El verano está caliente en Córdoba no sólo por las altas temperaturas que sofocan a los cordobeses que sufren la falta de luz y de agua, sino porque el ajustazo se siente en cada hogar de la provincia. Siete minutos alcanzaron para que el radicalismo, con un concejal nombrado en ese momento, de manera muy desprolija y mamarracha llegara al quórum para sesionar solos y aprobar el aumento de boleto urbano a $5.30.
El verano está caliente en Córdoba no sólo por las altas temperaturas que sofocan a los cordobeses que sufren la falta de luz y de agua, sino porque el ajustazo se siente en cada hogar de la provincia. Siete minutos alcanzaron para que el radicalismo, con un concejal nombrado en ese momento, de manera muy desprolija y mamarracha llegara al quórum para sesionar solos y aprobar el aumento de boleto urbano a $5.30.
Todos los concejales de la oposición no entraron y fueron a la Justicia donde se suspendió por 15 días el aumento. Afuera, centros vecinales y fuerzas políticas rechazaron el aumento y hubo represión, siete detenidos y policías heridos. Los carteles en la ciudad dicen “más rápido que el tren bala, el cometazo a las empresas de transporte, 7 minutos”.
El jueves de esa misma semana se les anuncia a los trabajadores de Renault que el viernes no se presenten a trabajar: suspendieron, por falta de piezas importadas, a 1.500 trabajadores en su fábrica de Santa Isabel con el 75% del jornal caído. La medida fue tomada sólo por ese día. En Fiat se mantiene el programa de cuatro días de trabajo desde diciembre.