En la rebelión chacarera de 1912 que pasó a la historia como El Grito de Alcorta, y en la fundación de la Federación Agraria Argentina en ese mismo año, confluyeron distintas corrientes políticas. En su trabajo A 100 años del Grito de Alcorta, Oscar Ainsuain y Mariana Echaguibel desarrollan exhaustivamente el tema, analizando en particular la corriente de izquierda, presente tanto entre los campesinos arrendatarios, como en los comerciantes que participaron de la lucha por la baja de arren- damientos y las condiciones de vida impuestas por los terratenientes, y desde luego entre los sectores obreros y políticos que impulsaron la lucha.
Dicen los autores que en el frente que confluyó en esta lucha “llegaron a prevalecer dos corrientes: un sector agrarista, católico, antiterrateniente, reformista (con influencia en toda la Pampa Húmeda, que años después lideraría Esteban Piacenza, titular de la FAA entre 1916 y 1945; y otro de izquierda, socialista (con un fuerte peso en el norte de Buenos Aires y La Pampa) y al que adherían, aunque con diferencias, Antonio Noguera y Francisco Netri. Pero también intervino una corriente más de izquierda”, que si bien era minoritaria, tuvo influencia en la FAA “a tal punto que logró imponer el nombre de Comité Central a la dirección de la bisoña organización”.
En la FAA, en el curso de la larga huelga que culminó en agosto de 1913, las primeras diferencias se dieron entre los seguidores de Antonio Noguera, socialista y primer presidente de FAA, y los de Antonio Netri (abogado y primer asesor legal de FAA, asesinado por sicarios de los terratenientes en 1916), caracterizado por Ainsuain y Echaguibel como “republicano moderno”, y la polémica giró en torno a si la Federación debía abordar cuestiones solamente gremiales (como planteaba Netri), o peleaba por incorporar el movimiento agrario a la lucha política, acercándose en particular al Partido Socialista (Noguera). Esta lucha de líneas se saldó al poco tiempo con la expulsión de Noguera, a fines de 1913.
Luego de la expulsión de Noguera, en 1914 se conformó el Centro de Agricultores Internacionalistas, socialistas que defendían el marxismo –en sintonía con los fundadores del Centro de Estudios Carlos Marx dentro del Partido Socialista–. Esta corriente, como señala el historiador Plácido Grela, fue la primera en impulsar la reforma agraria.
Decían en su manifiesto inaugural: “Ha llegado el momento de entregarle la tierra en propiedad a los arrendatarios. Esto se logrará mediante la aplicación de la Reforma Agraria”.
