Cristina se mostró una vez más de cuerpo entero. Relató todo lo que han hecho, mezclando verdades a medias y mentiras, con los mismos argumentos de la década ganada con los que perdió dos elecciones en el 2013. Pero busca darle argumentos a ese 30% de ciudadanos que la votó: que hay que cuidar lo hecho -sobre todo a los grupos monopólicos banqueros y terratenientes a los cuales favoreció- y particularmente a los sindicalistas colaboracionistas y traidores con los cuales pretenden dividir la unidad de la clase obrera hacia el paro nacional multisectorial.
No habló ni una palabra de las razones por las cuales el 70% de la ciudadanía no los votó. No habló de la inflación brutal que viene desde hace cinco años; de la inseguridad que agobia, llena de temor y dolor a la clase obrera y al pueblo; del narcotráfico que potencia al infinito esa inseguridad. No dijo una palabra cuando hace unos días Sergio Berni propuso despenalizar la producción, comercialización y consumo como un lobista de los carteles narcos. Habló la Iglesia, la Corte Suprema, todos empezaron hacer gestos, menos ella. ¿Por qué? ¿Afecta algunos de sus negocios? Aquí ni siquiera miente: hace silencio. El silencio otorga.
Sin embargo, en su discurso hizo énfasis con palabras más cuidadas contra los docentes: quiere frenar los paros y la lucha de los docentes en este comienzo de clases. Quiere dividir entre los docentes buenos y sumisos, los que realizan el apostolado y los docentes vagos que faltan mucho. Perversa forma de abordar los gravísimos problemas que tiene la educación pública, fruto de estados que trabajan para beneficiar el negocio de la educación privada. No explica que los docentes se vuelven locos trabajando, corriendo de una escuela a la otra para poder sumar dos cargos; trabajando de mañana, tarde y noche por los sueldos miserables que se les paga; salarios que son licuados por la inflación y la devaluación. Ella, en vez de darles mejor sueldo los quiere oprimir más con presentismo y busca ponerle la sociedad en contra. No lo ha logrado; tampoco lo va a lograr ahora.
Elogió las obras sociales por su trabajo en la salud, sin embargo les debe 21.000 millones de pesos que no les quiere pagar. Defendió lo que ha hecho en salud cuando los hospitales se caen a pedazos y los sueldos de profesionales, enfermeros y el personal son de pobreza y faltan los insumos. Un Estado cuyos gerentes trabajan para el negocio de capitalista de la salud privada, tal como en educación y seguridad.
Cristina atacó a los presos
de Las Heras
Pero donde mostró más la hilacha de fue con respecto a los piquetes y a los trabajadores condenados en Las Heras. A la presidenta le preocupan las molestias que le causan al pueblo los cortes de calles y rutas, método que el pueblo ha encontrado para que alguno se ocupe de los gravísimos problemas que padece, sino nadie se ocupa cuando se cansan de peticionar y elevar notas de reclamos.
Un gobierno que ignora premeditadamente que hay paco en todas las esquinas por el que mueren miles, que se asesina todos los días gente inocente, que hay cocinas de droga por todo el país. Que el Estado es un antro de corrupción -particularmente las cúpulas de las policías-, quiere crear un código de convivencia para parar al pueblo en sus luchas. ¿Les parece poco la judicialización de la protesta y los 18 muertos que tiene su gobierno? Pero este gobierno tiene que hacer pasar el ajuste brutal que lleva adelante, ya tiene la ley antiterrorista aprobada y sacaron una ley para lavar dinero. Es infame que alguien que calla ante la inseguridad y los narcos le hable al pueblo pidiendo ayuda para que no haya piquetes, porque son molestos. Su política es la razón de los piquetes, de eso no habla.
Quiere frenar el piquetazo y paro nacional del 12 de marzo. Le arde el paro y piquetazo de 20 de noviembre del 2012. Hay derechos fundamentales de las personas amparados en la Constitución que están por encima de derechos operativos como el de transitar que están legislados hasta en los municipios.
Pretende aislar a los sectores combativos de la clase obrera y el pueblo. Por supuesto les tira ganchos a los radicales y al macrismo para que la apoyen. Recordamos muy bien cuando De La Rua y los radicales querían prohibir los cortes con el apoyo del terrateniente Crotto y el banquero Escasany (Galicia), pero fueron derrotados porque hubo un argentinazo. La presidenta miente al referirse a los compañeros condenados de Las Heras porque se olvida de las torturas. Muchos cuentan que sectores kirchneristas mataron a Sayago. No está claro pero en Santa Cruz se torturó en la investigación del caso. Ahora una jueza kirchnerista condena a cadena perpetua. Cristina quiere que la Cámara lo convalide. ¿Acaso tiene miedo de que se llegue a la verdad y se enoja porque la clase obrera lucha para que esta condena infame caiga? ¿Cree que vamos a dejar a los compañeros librados a su suerte?
Ella, por más que hable, deberá explicar la corrupción de la ruta del dinero K, Lázaro Báez y los negocios de la familia Kirchner, Jaime, De Vido y Boudou. Debe explicar y resolver, para amenguar un poco la mordida, la corrupción en este Estado podrido para que haya dinero para un plan de emergencia antiinflacionario y no devaluatorio, en vez de salir a pagar a los fondos buitres, el Club de Paris y a Repsol, por robarnos todo y a endeudarse mucho más de la ya impresionante deuda externa ilegítima y usuraria que ha pagado.
No subestimemos, debemos dar una gran lucha política en estos días porque ha hecho un discurso para reforzar los argumentos de los traidores y colaboracionistas en los gremios y para apretar a los conciliadores. Para librar la gran pulseada contra el ajuste y que no siga pagando el pueblo la crisis, y profundizar la lucha en paritarias, debemos discutir en las asambleas y así lograr un parazo nacional de estatales y docentes el 5 y 6 de marzo en el camino a un paro y jornada nacional el 12 de marzo.
