El movimiento obrero, y las mujeres en particular, convirtieron en bandera de lucha la iniciativa impulsada por Clara Zetkin, en la 2ª Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en el año 1910, quien propuso: “una jornada especial” de las mujeres. Desde entonces, cada 8 de marzo las mujeres junto al conjunto del pueblo pasamos revista a nuestras condiciones de vida y de trabajo redoblando así la lucha para conquistar nuestras reivindicaciones. También hacemos de esta fecha una jornada de conmemoración por todas aquellas luchadoras que han ofrendado su vida en la lucha por la liberación de los pueblos y en la lucha contra la opresión.
La política de CK profundiza la doble opresión
Ha quedado en evidencia la esencia de la política kirchnerista de descargar con crudeza la crisis sobre las espaldas del pueblo argentino: la brutal inflación y la devaluación del peso -cuestiones no abordadas por la presidenta en su discurso de apertura de las sesiones legislativas-, las paritarias con techo, la no universalización de las asignaciones por hijo y de los planes sociales, el sostenimiento del IVA (impuesto que perjudica centralmente a los sectores más empobrecidos), el robo con el impuesto al salario (llamado “ganancias”), el saqueo de la Anses, el miserable aumento a los jubilados, todo esto unido al tarifazo en el transporte, el nuevo aumento de los combustibles, el aumento de los medicamentos, y el que se viene en la electricidad y el gas, más el recorte de los pocos subsidios que, con mucha lucha se consiguió.
Este conjunto de medidas son sobrados ejemplos de lo que este gobierno representa y su decisión de que la crisis la pague el conjunto del pueblo.
Cristina K habla de una Argentina que no reconocemos, la del relato. Su gobierno aplica una política que favorece los intereses de los monopolios, los terratenientes y el imperialismo a costa de la sangría de nuestro pueblo. Entonces aparece la Argentina real, la de la explotación de las trabajadoras y trabajadores con ritmos de producción enfermantes y salarios por debajo de la canasta básica; la de la represión salvaje y criminal a los originarios en Pampa del Indio para entregar sus tierras y haciendo oídos sordos a reclamos tan elementales como el agua, la Argentina de la explotación sexual, de las mujeres muertas por abortos clandestinos, de mujeres muertas por violencia sexual y la de la ausencia de jardines maternales zonales.
Nada ha hecho este gobierno para castigar a los mafiosos que, con la complicidad de funcionarios, jueces y policías, se enriquecen impunemente con el negocio del narcotráfico y la trata, en la que son esclavizadas cientos de mujeres. La reforma de la Ley Nº 26.364 aumentó algunas penas pero de fondo no resuelve el desmantelamiento de la redes de trata que día a día continúan esclavizando mujeres de nuestro pueblo. Indigna la impunidad de maltratadores, violadores y femicidas que no sólo dejan indefensas a las víctimas, sino que provocan el aumento escandaloso de las cifras de femicidios. Ante esta urgencia el gobierno se niega a destinar el presupuesto necesario para la plena vigencia de la Ley Nº 26.485 lo que permitiría garantizar, entre otras cosas, la contención de las víctimas y refugios.
Nuestro pueblo responde ante esta situación y crece la rebelión en las que las mujeres jugamos un gran papel
Está la pulseada de los estatales para romper el techo en paritarias: la combatividad y firmeza de los obreros del Astillero Río Santiago, de los docentes, médicos y estatales, que no quieren aceptar las migajas que ofrecen tanto el gobierno nacional como los provinciales. En este marco está el paro y movilización del 5 de marzo, en el que vamos a estar presentes denunciando y enfrentando el ajuste hambreador del gobierno nacional y los gobiernos provinciales, en el camino de garantizar y fortalecer el paro y jornada nacional multisectorial del 12 de marzo.
Crecen las luchas en solidaridad a la represión a los originarios en Chaco y a los petroleros en Santa Cruz. También crece la lucha de las mujeres por la carestía de vida, contra la violencia y por tierra para vivir, como vemos en la toma de terrenos en Lugano, toma en la que se demuestra la falta de políticas que tiendan a resolver el problema habitacional y donde la única respuesta que ofrece el gobierno nacional y de la Ciudad es la de la represión.
Somos parte de la rebelión que crece
Las mujeres somos parte de la rebelión que crece; salimos a enfrentar la carestía de vida con nuestros changos y bolsas vacías denunciando de esta forma que la inflación y los bajos salarios no nos permiten vivir dignamente, las que damos pelea para que los comedores del barrio puedan seguir funcionando y de esta forma garantizar un plato de comida para los que no lo tienen. Esas mismas mujeres son las que toman en sus manos la lucha por justicia en los casos de violencia y femicidios, realizando jornadas de lucha, como se hizo recientemente en Quilmes y Solano por el asesinato de la docente Natalia López o como en Tucumán por el femicidio de Paulina Lebbos.
Venimos del exitoso 28 Encuentro Nacional de Mujeres donde pudimos compartir y balancear experiencias de vida y de lucha. Este 8 de marzo exigimos:
Trabajo digno con salario acorde a la canasta familiar y el mismo salario por igual trabajo.
Educación para nuestros hijos desde la edad temprana.
Reglamentación de la ley de jardines maternales zonales.
Presupuesto acorde para la real y efectiva implementación de la Ley de Violencia.
Declaración de la Emergencia Nacional en Violencia Sexual y Doméstica. ¡Basta de femicidios!
Desmantelamiento de las redes de trata y prostitución.
La aprobación del proyecto de ley presentado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Seguro y Gratuito (cajoneado por la bancada K).
Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal seguro y gratuito para no morir.
Basta de persecución a las/os luchadoras/es populares ¡Basta de criminalizar la protesta social!
Este 8 de marzo es una cita de honor, una jornada de lucha contra la política del gobierno K, que profundiza la explotación de clase y la opresión de género.
Vibrando en medio de la lucha docente confluiremos las trabajadoras de la ciudad y el campo, las desocupadas, las amas de casa, las estudiantes, las mujeres que no estamos dispuestas, junto al conjunto de nuestro pueblo, a que los enemigos del pueblo avancen en descargar la crisis sobre nuestras espaldas.
Somos parte de nuestro pueblo, sufrimos la explotación de clase y la opresión de género. Y cada jornada de lucha es una boya en el camino para avanzar en romper con ambas cadenas y así junto al conjunto de nuestro pueblo conquistar la verdadera liberación nacional y social.
En la Capital Federal, el próximo viernes 7 de marzo nos damos cita en Plaza Congreso, para marchar a Plaza de Mayo a las 17 hs.
