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19 de marzo de 2014

En pocos días miles saldremos nuevamente a las calles a repudiar, en este 38 aniversario, el nefasto golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 y a seguir peleando contra la impunidad de ayer y de hoy.

Basta de ajuste y represión

A 38 años del golpe de Estado de 1976

El lunes 24 de marzo cientos de miles volveremos a demostrar que “para la impunidad no hay feriado”, como acuñó el Encuentro Memoria Verdad y Justicia, ese nucleamiento de decenas de organizaciones que nos vuelve a convocar a dar la pelea por las libertades democráticas, tanto las de ayer como los de hoy, en Plaza de Mayo y en las principales plazas del país.

El lunes 24 de marzo cientos de miles volveremos a demostrar que “para la impunidad no hay feriado”, como acuñó el Encuentro Memoria Verdad y Justicia, ese nucleamiento de decenas de organizaciones que nos vuelve a convocar a dar la pelea por las libertades democráticas, tanto las de ayer como los de hoy, en Plaza de Mayo y en las principales plazas del país.
El gobierno nacional, sin la bambolla de otros años (con sus militantes en la lenta digestión del genocida Milani al frente de las Fuerzas Armadas), viene llevando adelante una política por la que intenta apropiarse de la inmensa lucha del pueblo argentino contra la dictadura, como si fuera producto de su política el enjuiciamiento a los genocidas. 
Pretende desconocer la inmensa lucha popular por la anulación de las leyes de impunidad, desde el momento de su implantación, pelea que duró 18 años, durante los cuales el kirchnerismo no hizo el más mínimo apoyo a este planteo. Esto sin hablar de la lucha contra el golpe de Estado de 1976 –al que muchos de los integrantes del actual gobierno apoyaron- ni de la resistencia contra ella, desde el mismo comienzo de la dictadura y la denuncia de las desapariciones, encarcelamientos y torturas, en la que los Kirchner no tuvieron nada que ver. Ellos en esos años hacían plata en Santa Cruz usando instrumentos económicos de la dictadura, como la Circular 1050, cobrando intereses usurarios a sus deudores.
 
La verdadera historia
Como una de las características de este gobierno es falsear la historia para presentarse como los “salvadores de la patria”, conviene rescatar cómo fueron los hechos de la lucha contra el golpe y la dictadura. La historia oficial sigue negando que el principal objetivo del golpe y de la represión fue frenar el impresionante auge revolucionario de masas que se desarrolló entre 1969 y 1976. Fueron los años en que grandes masas pelearon por la vuelta del general Perón, hecho que cambió la situación política pero no frenó el auge revolucionario. A la muerte de Perón, el 1 de julio de 1974, los preparativos golpistas se precipitaron. En ese entonces, el mundo estaba disputado principalmente por dos superpotencias: EEUU y la URSS, país en el cual una burguesía imperialista de nuevo tipo había tomado el poder. Ambas potencias trabajaron para el golpe de Estado, lo que denunciamos en su momento y hasta el día de hoy no nos perdonan muchos sectores de las clases dominantes.
Se sabe, y lo ha reconocido hasta el cardenal Bergoglio, hoy papa Francisco, que el PCR tuvo una clara posición antigolpista, ya desde noviembre de 1974, cuando alertó contra el peligro de golpe de Estado “venga de donde venga” y pugnó por unir a todas las fuerzas patrióticas y democráticas contra el golpe, luchando por las libertades democráticas y demás reivindicaciones populares. Meses después planteamos una plataforma de emergencia y la consigna de armar al pueblo para enfrentar y derrotar el golpe. Esta posición es uno de los grandes méritos históricos del PCR. 
En esos años, algunas organizaciones de la pequeño burguesía radicalizada pusieron equivocadamente el blanco en el gobierno peronista y otros, como la dirección del PC, fueron abiertos colaboracionistas del golpe y del sector videlista de la dictadura. Hoy, desde algunas usinas oficiales mantienen esta versión, incluso queriendo borrar las fronteras entre el gobierno peronista y la dictadura.
Queridos camaradas dieron sus vidas en la consecuente defensa de la posición antigolpista y son parte de los mártires de este Partido y su Juventud, al igual que los que fueron secuestrados desde el mismo 24 de marzo de 1976, combatiendo a la feroz dictadura. 
El PCR planteó desde el inicio de la dictadura videlista que había que quedarse en el país para cavar trincheras y pelear. Podemos decir con orgullo que fuimos parte de las principales luchas que fueron desgastando a esos genocidas, impulsando la lucha en las fábricas, barrios y aulas, formando parte de las Madres de Plaza de mayo desde el inicio, combatiendo la política belicista contra el hermano pueblo de Chile, planteando una propuesta política para ganar la guerra antiinglesa por Malvinas y terminar con la dictadura, “hasta que no quede piedra sobre piedra” de la misma.
 
“Adonde vayan los iremos a buscar”
El pueblo no logró derrocar a la dictadura, a la que acorraló con sus luchas. Los genocidas lograron su retirada, pactada con las direcciones de los grandes partidos. Así reconquistamos libertades democráticas muy valoradas por el conjunto del pueblo argentino y logramos imponer hechos como el juicio a las Juntas Militares. 
La lucha popular se sobrepuso a las leyes de impunidad, y logró su derogación. Por eso, si bien los juicios conseguidos son un triunfo de la lucha popular y los condenados bien condenados están, no cerramos los ojos a que este camino facilita, en los hechos, el “punto final biológico” para decenas de responsables de crímenes contra el pueblo. Valiosísimos y valientes testigos han fallecido. El gobierno se ha opuesto al histórico reclamo de juicios por jurados y unificar los casos por campo de concentración y a establecer la culpabilidad por grado de responsabilidad en la represión. Se niega sistemáticamente a abrir todos los archivos del Estado, un material insustituible tanto para ir a fondo en juzgar a los responsables de tantas atrocidades, como para avanzar en la recuperación de los hijos apropiados; saber qué pasó y dónde están los cuerpos de los compañeros secuestrados y asesinados, y reparar la verdadera memoria histórica. Hoy, el gobierno con sus proyectos de “resignificar” los centros clandestinos de detención da otro paso, en un camino que incluye terminar con las megacausas para el 2015, “tratando de dar por concluidos los juicios, dejando el saldo de la inmensa mayoría de las víctimas de la represión sin justicia y decenas de miles de partícipes del genocidio libres y al servicio del Estado” (PCR-JCR, marzo del 2013).
 
De la impunidad de ayer a la de hoy
El gobierno kirchnerista, con su discurso, intenta ocultar su responsabilidad en gravísimos hechos represivos que se vienen sucediendo desde el 2003 y que suman una veintena de asesinatos en la década kirchnerista. De igual manera, avanza en garantizar la impunidad a nefastos personajes como el odiado De la Rúa, absuelto por la justicia K.
Esta política represiva ha recrudecido en los últimos tiempos. El coronel Berni en Seguridad y el general Milani al frente de las Fuerzas Armadas, junto al reclamo de la presidenta –el 1 de marzo- que cesen los piquetes, muestran que el gobierno seguirá desplegando el garrote y la judicialización de las luchas populares. Lo dijo el gobernador Closs de Misiones, al justificar la reciente represión a los docentes: “es lo que pidió la presidenta”. A esto hay que sumar la condena a los trabajadores petroleros de Las Heras y los miles de procesados, muchos de ellos sobre la base del espionaje más artero por parte de fuerzas represivas, como el Proyecto X de la Gendarmería. Por eso se hace imperiosa la pelea por el tratamiento del proyecto de Ley contra la Criminalización de la Protesta Social, presentado por diputados y en el que han participado organismos como Liberpueblo.
El gobierno cuenta, para hacer pasar esta política como “nacional y popular”, con organizaciones y dirigentes de derechos humanos que han sido cooptados, causando un gran daño a la lucha democrática y engordando ideas de derecha en sectores de las masas. Como ejemplo, basta el silencio cómplice ante los hechos represivos del gobierno; la corrupción de la Fundación que dirige Hebe de Bonafini y su desembozado apoyo a Milani.
 
Este 24/3, ni ajuste ni represión
La lucha popular ha venido desenmascarando la política del gobierno kirchnerista, que pretende descargar la crisis sobre las espaldas de los trabajadores y el pueblo con una política de ajuste y represión. La bronca creciente en las masas hacia esta política y la firmeza de la lucha de estatales y docentes contra las pretensiones de imponer un techo a las paritarias teñirán este 24 de marzo en el que una vez más hacemos nuestras las consignas del Encuentro Memoria Verdad y Justicia, reclamando:
 Basta de impunidad. Ni ajuste ni represión. 
 30.000 detenidos desaparecidos ¡presente! 
 Cárcel común y efectiva a todos los genocidas. Apertura de todos los archivos de la dictadura. Restitución de la identidad de los hijos apropiados. No a la manipulación de la memoria.
 No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos. Exigimos al gobierno: Ni ajuste ni represión. Absolución de los petroleros de Las Heras. Fuera el genocida Milani. Fuera Berni.
 Que la crisis no la paguen los trabajadores y el pueblo. No al pago de la deuda externa. No a la entrega.