Soportando una persistente lluvia, con un marcado fervor patriótico y organizado por la Junta Americana de los Pueblos Libres junto al Foro Artiguista Entrerriano, a la vera de la ruta 18 y a 25 km de la ciudad de Paraná el día sábado 22 de febrero, en horas del mediodía, un grupo de manifestantes recordamos los 200 años de la Batalla del Espinillo. En el lugar se colgaron pasacalles y carteles que quedaron puestos en los alambrados aledaños con consignas a través de los cuales se rindió homenaje a los combatientes de entonces, en ellos se reivindicó el federalismo y se levantaron las banderas del pasado proyectadas en el presente.
Más tarde, reunidos en asamblea se leyeron sendos documentos alusivos en los cuales se denunciaron los atropellos sobre los pueblos y se rescataron las luchas anteriores y actuales, ello junto a la necesidad de la construcción colectiva bajo paradigmas que promuevan un sistema productivo distinto que avente el capitalismo y las consecuencias de pobreza y destrucción que conlleva, rescatando por otra parte los valores de la solidaridad, el respeto a la biodiversidad, el abrevar en la profundidad de nuestras raíces ancestrales.
Asimismo, se aprovechó la oportunidad para rendirle un sentido homenaje al periodista Mario Alarcón Muñiz –de larguísima, digna e indiscutible trayectoria-, censurado de sus programas radiales y de la conducción de eventos culturales por sus públicas manifestaciones de denuncia de las injusticias, políticas antipopulares y contradicciones entre los dichos y los hechos de los gobiernos provincial y nacional.
El Espinillo no es una batalla más en el contexto de la guerra interna por la que atravesó nuestra organización nacional. Ella fue la primera que bajo las consignas de defensa de las soberanías regionales, las fuerzas entrerrianas al mando del general Eusebio Ereñú derrotaron a las tropas porteñas que, comandadas por el barón Eduardo von Holmberg, pretendían sujetar a los pueblos detrás de los intereses centralistas, perfilándose en ese momento lo que después sería el abierto conflicto por dos modelos de país: el unitario, promovido por las clases ilustradas –con asiento principal en Buenos Aires- ligadas económica y culturalmente a una concepción de país dependiente y, el federal que –no sin contradicciones internas- perseguía la construcción de la unidad política desde el respeto y la unión libre de los pueblos.
El Combate del Espinillo significó también el nacimiento de Entre Ríos como provincia autónoma y el fortalecimiento de la Liga de los Pueblos Libres. Liga que llegó a integrar, además de esta provincia, a las de Misiones, Corrientes, Santa Fe, Córdoba y lo que actualmente es la República Oriental de Uruguay bajo el liderazgo de José Gervasio Artigas, a quien el director supremo Gervasio Antonio Posadas por Decreto del 11 de febrero de 1814 había declarado “traidor a la patria” y puesto el precio de $ 6.000 a quien lo entregara “vivo o muerto”.
La batalla abrió el ciclo de la lucha por el federalismo, el cual se cierra también en Entre Ríos con la derrota final de Ricardo López Jordán en 1876 a manos de las tropas nacionales (con fusiles Remington, ametralladoras Gatlin y cañones Krupp), en tiempos que simultáneamente se va consolidando una Argentina oligárquica con su incorporación al mercado capitalista mundial marcada con los rasgos de la subordinación propia que provoca la división internacional del trabajo.
El evento también contó con la participación de trabajadores e integrantes de la cultura, cooperativistas, productores, militantes de otras organizaciones donde cada uno de los que tomaron la palabra realizó profundas reflexiones y aportes en el anhelo y el camino de la unidad de los pueblos de América (Abya Yala), libre, soberana y justa. Entre ellos dirigentes de nuestro espacio, el Partido del Trabajo y del Pueblo, y los aliados de la Corriente Socialista Popular del Partido Socialista y del Partido Socialista Auténtico.
