Miguel desarrolló un intenso trabajo en la organización de los jóvenes, tanto en el colegio secundario donde iniciara su militancia, en las barriadas de Escobar, como en los principales centros industriales como la Ford, donde ingresó a trabajar y de donde fue despedido poco antes de su secuestro.
Miguel desarrolló un intenso trabajo en la organización de los jóvenes, tanto en el colegio secundario donde iniciara su militancia, en las barriadas de Escobar, como en los principales centros industriales como la Ford, donde ingresó a trabajar y de donde fue despedido poco antes de su secuestro.
Hasta el día de hoy continúan impunes los directivos de la empresa imperialista yanqui que colaboraron con los grupos de tareas de la dictadura videlista, confeccionando las listas de los obreros clasistas y antigolpistas, como continúa impune el general Riveros, a cargo de Campo de Mayo, así como los policías de la Bonaerense entre los que estaba el intendente de Escobar, Luis Patti, que le hicieron la “zona liberada” a las tropas que mandó Riveros para el secuestro.
Los que lo conocieron, y las nuevas generaciones de jóvenes clasistas y revolucionarios, mantienen en alto los ideales por los que Miguel luchó, enfrentando la nefasta política del gobierno kirchnerista, y refirmando su compromiso de que los culpables de su secuestro y el de los 30.000 desaparecidos paguen por sus crímenes contra el pueblo.
