Que el ministro Kicillof haya tenido que hacer este anuncio, aunque haya sido hecho por el “asesoramiento” del FMI o por una gran jugada especulativa, es un triunfo sobre todo de los 7 años de lucha de los trabajadores del Indec.
Que el ministro Kicillof haya tenido que hacer este anuncio, aunque haya sido hecho por el “asesoramiento” del FMI o por una gran jugada especulativa, es un triunfo sobre todo de los 7 años de lucha de los trabajadores del Indec.
Pero el ministro de Economía no difundió la nueva serie revisada del PBI para el lapso comprendido entre los años 2005 y 2012 (de la que pude surgir que se haya pagado lo que no se debía, particularmente en los años posteriores a los electorales de 2009 y 2011) y tampoco dijo cuánto era que había caído finalmente la actividad en el último trimestre de 2013 para que el indicador del total del año se ajustara tanto a la baja, lo que despierta serias dudas sobre la confiabilidad del nuevo dato.
Por supuesto que es necesario exigir que se investigue también, quienes, en “un clima” que “pronosticaba” que eso no iba suceder –por lo que había aumentado el precio de esos bonos–, fueron los que, teniendo “la justa”, los vendieron unos días antes del anuncio que desplomó su precio en el mercado.