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28 de mayo de 2014

 En el partido de Villarino, al sur de Bahía Blanca, hay una concentración de 8.000 obreros rurales, 50 en km 2, que trabajan en graves condiciones de explotación. Hace poco tiempo hubo un conflicto que conmovió toda la región, sublevándose toda la población. Hablamos con Walter, de 20 años, uno de estos obreros rurales de la cebolla.

Un día en la vida de un obrero de la cebolla

Trabajadores rurales de Villarino, provincia de Buenos Aires

—Contame como es el día de un obrero rural

—Contame como es el día de un obrero rural
—Nos levantamos a las 5 de la mañana, esperamos que nos pase a buscar el micro y nos vamos al campo (en otros lados directamente viven ahí) y empezamos a trabajar. Destapamos las pilas y ahí empezamos la descolada (que vendría a ser cortarle la cola y el bigote a la cebolla y amontonarlas en canastos o baldes de 20 litros), eso durante todo el día. Nos llevamos las masitas y desayunamos ahí mismo y también almorzamos debajo de la pila. Tipo 4 o 5 de la tarde nos estamos volviendo a nuestras casas.
 
—¿Cuánto es el salario? ¿Cómo son las condiciones de trabajo?
—El precio es por bolsa. Cuando te ocupan a principio de año ya te dicen cuánto te van a pagar. En esta temporada la bolsa de cebolla está valiendo mucho menos, ahora la están pagando $6, cuando años anteriores la pagaban $10. Mientras a la gente en el súper la cebolla le sale cada vez más cara, a nosotros nos están pagando menos. Y si tenés en cuenta la inflación tendríamos que estar cobrando más. Algunos que ni producen la tierra son los que se la están llevando en pala. La temporada dura de 4 a 6 meses más o menos, y el resto del año tenés que rebuscártelas; o juntás plata durante la temporada como hacen muchos o te buscas una changa; y ahí sí estás jodido, porque todo Villarino se dedica solo a la cebolla y algo al zapallo pero no tanto. Algunos sobreviven con los planes sociales. 
Sobre las condiciones para comer, no tenemos una cocina, comemos ahí nomás en la tierra, abajo del sol y entre los yuyos. Comemos un poco y después seguimos trabajando. También hay accidentes como en todo trabajo, es común cortarte los dedos en el recorte de la cebolla o como estamos en el campo que te piquen las tarántulas. Acá lo que hay mucho es gripe, vos imagínate que nos levantamos a las 5 y vamos a trabajar con toda la escarcha, el piso parece un asfalto, hay mucha gente con las defensas bajas.
 
—Nos enteramos que hace poco hubo un conflicto en el que se rebeló toda la población ¿por qué fue?
—La razón del conflicto fue porque la inspección del gobierno nacional venía a sacar plata con el aval de la intendencia. Con un discurso supuestamente de izquierda vino a hacer multas por disparates, pedían cosas que en el campo no existen, como botas con puntas de acero, imagínate que los obreros con alpargatas se cansan. Pusieron multas millonarias (que en algunos casos llevaba a fundirse al productor más pequeño), decían que lo hacían por tener a la gente trabajando en negro y porque trabajan menores pero el principal perjudicado era el trabajador. Cortamos la ruta, terrible quilombo se armó, vino la gendarmería y se levantó toda la zona de Luro, Buratovich, Ascasubi, etc. 
 
—Pero es lo que corresponde, que estén en blanco y que los menores no trabajen. ¿No?
—La gente sabía que vinieron a facturar. Más vale que lo que corresponde es estar en blanco, pero al ser por temporada, te blanquean por los días que trabajaste esos seis meses, sacándote las asignaciones familiares por el resto del año, que no tenés cómo vivir. Porque las asignaciones no son universales como dicen sino que te las sacan si estás registrado, por lo que te obligan a estar en negro.
O sea al productor le sacaba metiéndole multas y al obrero le sacaba la asignación. Ahora, los grandes arrendatarios que ni siquiera tocan la tierra sólo tienen ganancias. Hay muchos menores trabajando que tendrían que estar en la escuela, pero la situación de la familia por el abandono del Estado llevó a que dejen; para mí está bien en algunos casos, por ejemplo mayores de 16 años -que hace varios años que dejaron de estudiar-, porque si no están trabajando están sometidos a estar en la droga o robando, porque en el pueblo no hay nada para hacer. De palabra el gobierno habla de los menores pero junto con la intendencia podrían generar las condiciones para que los pibes puedan volver a la escuela y terminar, donde la familia tenga trabajo estable todo el año.
Con todo lo que se armó tuvieron que parar la mano, ahora se normalizó porque no vinieron más, blanquearon que fue un triunfo pero el tiempo dirá como sigue. Si no, volveremos a la ruta.
 
—Decinos ¿por qué decidiste sumarte a la Juventud Comunista Revolucionaria?
—Porque me gustó ser revolucionario y el tema de tratar de cambiar un poco las cosas, para que la tierra sea realmente para los que la trabajan.
 
Ley de corresponsabilidad gremial
Por nuestro lado, queremos agregar que una salida más de fondo es que apliquen la ley 26.377 (ley de corresponsabilidad gremial), que mejoraría muchísimo la situación de los obreros rurales, a favor de los pequeños y medianos productores, donde los arrendatarios que sin tocar la tierra se la llevan en pala serían los que más tendrían que pagar junto al comprador del producto (se estima un 3%). Tendrían que pagar la obra social, los haberes jubilatorios, ART, etc. Así los obreros rurales tendrían más libertad para elegir donde quieren trabajar. Además, los planes sociales se darían de alta automáticamente cuando termina el último día de la temporada, y no tres meses después como viene pasando. n