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11 de junio de 2014

Boudou en Tribunales

Un negociado que puede provocar un tembladeral político

 El lunes 9, Boudou debió ir a declarar a los Tribunales. Es el primer caso, para un vicepresidente, en la historia argentina. El juez Ariel Lijo señala que Boudou, junto a su socio y amigo José María Núñez Carmona,  “habría adquirido la empresa quebrada (Ciccone)”; y que para beneficiar a esa empresa, habría parado una licitación con la que la Casa de la Moneda estatal podría haber fabricado todos los billetes necesarios. Otros juicios investigan al vicepresidente por enriquecimiento ilícito, la compra de vehículos sin licitación, la compra de bonos de la deuda externa argentina que no tenían valor (estaban en default) aprovechando que sabía que se iba a realizar el canje de deuda, etc.
Hace pocos días, Boudou volvió a amenazar. Dijo que, si lo procesan, “conmigo me llevo a varios”. Son muchos y poderosos los que están nerviosos. La investigación del negociado con Ciccone roza a Brito (Banco Macro); a Echegaray, el jefe de la AFIP; a Scioli, a quien Boudou acusa de tener como financista a la empresa del juego Boldt, a la que vincula con Duhalde, etc. 
Pero el gran tema es que habría sido Néstor Kirchner quien dio la orden de sacar a Boldt de Ciccone (que la alquilaba) y tomar el control. Y Cristina Kirchner, cuando se destapó el negociado de Boudou y su banda, fue quien motorizó la expropiación tratando de cerrar la causa.
Con tantos pesos pesados en juego, es comprensible que, alrededor de la causa Ciccone se desarrolle una verdadera guerra de grupos de servicios de inteligencia. El estudio de abogados que defiende a Boudou es de dos altos ex jefes de la SI (Secretaria de Inteligencia, es decir, de espías), Darío Richarte y Diego Pirota. Guillermo Reinwick, yerno de Ciccone, y testigo clave contra Boudou, es un ex agente de la Side. La guerra de servicios no acaba ahí, otros ex funcionarios como Miguel Angel Toma y Juan José Alvarez, trabajan con Massa, quien además es el que le presentó a Boudou a Néstor K. Tampoco Macri puede hacerse el distraído, ya que fue su mano derecha, Horacio Rodríguez Larreta, quien llevó al actual vicepresidente a la Anses.