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11 de junio de 2014

Charla de Jacinto Roldán en el ciclo del Instituto Marxista Leninista de la Argentina (Segunda y última parte).

Construir un gran partido para la revolución

IMLM

Concluimos aquí con la publicación de la segunda conferencia sobre la vigencia del marxismo leninismo maoísmo para la lucha revolucionaria en la Argentina del siglo 21, que estuvo a cargo del camarada Jacinto Roldán, miembro del Comité Central del PCR, sobre la teoría y la práctica de la construcción del partido revolucionario.
 
Dos tipos de contradicciones

Concluimos aquí con la publicación de la segunda conferencia sobre la vigencia del marxismo leninismo maoísmo para la lucha revolucionaria en la Argentina del siglo 21, que estuvo a cargo del camarada Jacinto Roldán, miembro del Comité Central del PCR, sobre la teoría y la práctica de la construcción del partido revolucionario.
 
Dos tipos de contradicciones
En la lucha revolucionaria nos encontramos con dos tipos de contradicciones, como enseña el maoísmo. Una es la contradicción con el enemigo, y otra, las contradicciones en el seno del pueblo. Son contradicciones diferentes que deben resolverse con métodos diferentes.
Las contradicciones con el enemigo son antagónicas y son a muerte. El gobierno kirchnerista, y el conjunto de las clases dominantes, tienen como objetivo destruir al Partido. Trabajan para aislarnos en política, para dividirnos, para golpearnos y sacarnos del medio. ¿Qué tienen a favor? Todo el aparato del Estado: Los servicios de inteligencia, que nos infiltran, nos escuchan los teléfonos, etc. Tienen grandes medios de comunicación para ningunearnos o difamarnos según les convenga. Usan el aparato judicial para meternos presos y, llegado el caso, las fuerzas represivas para golpearnos en forma directa.
Cristina Kirchner, Berni, Milani, la Ley antiterrorista, la Ley antipiquetera. Bueno, acá hay varios procesados. Es decir que enfrentamos enemigos peligrosos, y subestimar al enemigo nos desguarnece.
Si uno pregunta sobre estas cuestiones, de palabra, pareciera que todos estamos  de acuerdo. Pero, en la práctica, no es así. Si subestimamos la vigilancia revolucionaria, si no damos pasos en la preparación y no jerarquizamos el trabajo entre los sectores patrióticos y democráticos de las Fuerzas Armadas, lo que aparece como dominante es que se subestima al enemigo. Así que tenemos que cambiar.
Este es el tratamiento que le tenemos que dar a la contradicción con el enemigo. Porque la lucha con el enemigo es sin piedad. Pero las contradicciones en el seno del pueblo y en particular las contradicciones en el seno del partido, exigen otro tratamiento. 
Mao Tsetung en Acerca de la Contradicción, señala: “La contradicción entre las ideas correctas e incorrectas es el reflejo, en el seno del partido, de la lucha de clases. Si en el partido no hubiera contradicciones, y lucha ideológica para resolverlas, la vida del partido tocaría fin, sería un partido sin alma”.
Las contradicciones en el seno del Partido, la lucha de líneas, se resuelven con un método democrático, partiendo del deseo de unidad, mediante la crítica y la autocrítica, para poder alcanzar así, una unidad en un plano superior. Y así tiene que ser una y otra vez. Porque si no, es al revés: entre nosotros golpes implacables y con el enemigo, más suavecito… Pongamos las cosas en su lugar: con el enemigo es a muerte, y entre nosotros nos podemos enojar. Nos enojamos muchas veces, nos vamos a seguir enojando, pero discutimos, sobre la base de un primer sentimiento de un comunista que es unir, no diferenciarse. A partir de unir, crítica y autocrítica para ir a una unidad superior. Es difícil, pero vale la pena intentarlo.
Cuando perdemos de vista la situación de las masas, o nos equivocamos en la valoración general, se dificulta el accionar del partido. 
Por ejemplo, cuando seguimos de largo después de la lucha agraria y subestimamos al kirchnerismo, pagamos. Y si se nos corre que después del Argentinazo –con todas las discusiones que tuvimos y que vamos a seguir teniendo– nunca pudieron sacar a las masas de la calle y en la situación actual sobreestimamos al kirchnerismo, también pagamos.
Por eso, para avanzar en nuestros objetivos estratégicos debemos escuchar mucho a las masas, partir siempre del momento político y tener una táctica acertada.
 
¿Por qué camino van a avanzar las masas hacia la revolución?
El otro gran tema es ¿Por qué camino van a avanzar las masas hacia la revolución?
El Cordobazo de 1969, el Argentinazo de 2001 y la rebelión agraria de 2008 fueron grandes puebladas que bocetaron cómo va a ser la insurrección en nuestro país y nos dejaron planteadas enseñanzas y desafíos.
Como nos enseña el leninismo, a la insurrección no se llega solo con la acción espontánea de las masas, la insurrección se prepara, y ahí viene el papel que tiene que jugar el PCR como partido de vanguardia para que la clase obrera pueda jugar su rol.
Esto, en las condiciones internacionales actuales, de derrotas de las revoluciones en el mundo, es mucho más complejo y requiere una profunda discusión. Sobre todo porque hay un bombardeo todo los días de que “el mundo cambió”, “que ya no hay faro rojo”, etc., con el objetivo de llevar al escepticismo a la juventud. Quieren demostrar que la revolución es un imposible; “lo posible, y lo sensato” sería el kirchnerismo por ejemplo, que con esa política trabaja entre los jóvenes.
Nosotros decimos orgullosos que somos comunistas y que peleamos por la revolución. Y decimos que es posible porque es necesaria: es la única forma de resolver los sufrimientos, los padecimientos y las urgencias de nuestro pueblo. Y tenemos una infinita confianza en nuestra línea y en el potencial revolucionario de la clase obrera y el pueblo Argentino.
Nosotros analizamos las condiciones internacionales, no para explicar que no se puede y adaptarnos a este sistema podrido, sino que las analizamos para partir de la realidad objetiva en nuestra lucha revolucionaria.
¿Acaso no estamos hoy en mejores condiciones que los bolcheviques de Lenin en 1917, donde triunfó la revolución cuando el proletariado solo tenía como antecedente la breve experiencia de la Comuna de París? Hoy en cambio tenemos la certeza que la revolución es posible y que la sociedad por la que luchamos se hizo realidad y significó un gran avance para toda la humanidad.
Luego del 20 Congreso del PCUS de 1956, cuando la contrarrevolución en Rusia llevó a que todos los partidos comunistas de América Latina empujaran la vía pacífica, en contra de la lucha armada, se hizo la gloriosa Revolución Cubana en 1959. Pese a esas condiciones internacionales, el pueblo cubano hizo posible el triunfo de la revolución en el patio trasero del imperialismo yanqui.
 
¿El PTP sirve para 
afirmar este camino?
En la Conferencia de 2010 analizamos los cambios que se habían producido en la situación política de la Argentina y, en virtud de esos cambios, definimos pelear por la personería del PTP para dar batalla al kirchnerismo también en el terreno electoral. En la conferencia se aprobó pero, en la práctica, tuvo mucha resistencia. Mucha resistencia. Mucha discusión.
¿Planteamos lo del PTP porque abandonábamos nuestros objetivos revolucionarios o, justamente para afirmar un camino de triunfo para esos objetivos revolucionarios, buscábamos los caminos de aproximación que nos permitieran en cada momento llegar a las grandes masas?
Nosotros nunca confiamos en que por la vía de estas elecciones tramposas se pueda lograr la liberación nacional y social. Nunca pensamos eso. Nunca le prometimos a las masas que sus problemas se resolverían votando “diputados obreros”. Por el contrario, siempre dijimos que la clase obrera y el pueblo sólo se liberarán por vía de la revolución. Lo que sí pensamos es que la revolución la hacen las masas y que si esas masas, que desde 2001 nunca abandonaron las calles, mientras seguían en la lucha, también buscaban opciones electorales, nosotros no le debíamos regalar la política, en ese terreno, a las clases dominantes. 
Hubo y hay mucha discusión. Hubo ideas equivocadas que contraponían elección con revolución. O la idea de que, cuando hay reflujo, se participa de las elecciones y, cuando hay auge, se las boicotea. Pero la enseñanza es que el partido del proletariado siempre tiene que tener posición electoral. En todo caso el voto bronca era una posición electoral que se correspondía con el “que se vayan todos”. Participábamos de las elecciones con esa posición. 
Pero cuando el centro de las masas que están en las calles, es ver a quien votan, para tener un papel activo no podemos tener la misma posición.
Como señaló Otto Vargas en esa conferencia de 2010: “Cuando Lenin hizo votar al Partido Bolchevique, se dice que era en un período de reflujo. Sí, pero se olvidan que los bolcheviques votaron para la Convención Constituyente en plena revolución. Constituyente que tuvieron que disolver cuando hicieron la insurrección. No es que los bolcheviques solamente votaron en momentos de reflujo, para la Duma. Sino que en plena revolución votaron para la Asamblea Constituyente”. Otto dice: “¿Y alguien puede acusar a Lenin de parlamentarista? Yo creo que a nadie se le ocurriría decir eso.”
Han pasado tres años y medio y ya tenemos la personería en la provincia de Buenos Aires, San Juan, Salta, Santa Fe y Neuquén. Es decir que estamos en condiciones de lograr la personería nacional del PTP. Otro contingente de provincias está avanzando en la afiliación. Lo novedoso es que, después de tanto boicot por parte de la fracción, pasamos a afiliar y pelear la personería en la Capital Federal.
Por eso, mirado desde hoy, podemos afirmar que la pelea por la personería del PTP y la conformación de un frente que reagrupe a las fuerzas verdaderamente nacionales y populares en estas elecciones es correcta, porque nos está permitiendo avanzar en nuestros objetivos estratégicos. 
En medio de esto debemos fortalecer al PCR. Tenemos por delante la colecta financiera. A nosotros no nos banca nadie, compañeros. Y sin dinero no hay partido revolucionario que pueda cumplir su misión. Y sin Partido revolucionario no hay revolución. 
El otro tema es sobre la cotización porque la cotización es parte de la pelea por la asimilación de los nuevos y viejos camaradas. La cotización es una de las condiciones ineludibles para ser afiliado al partido. Por lo tanto vale para el partido y la JCR en todo el país.
Nos preparamos para encabezar y dirigir las luchas que se vienen y también para las elecciones. El acuerdo con Unidad Popular es la base para seguir reagrupando las fuerzas populares, patrióticas y democráticas.
El kirchnerismo, y en este punto están de acuerdo el conjunto de las clases dominantes, tratará de seguir descargando con todo el ajuste sobre la clase obrera y el pueblo. Y ese ajuste no pasa sin represión, pero ese ajuste tampoco pasa sin lucha. Va a haber lucha, va a seguir habiendo lucha porque la clase obrera y el pueblo argentino no quieren ir para atrás, como se demostró en el gran paro nacional del 10 de abril. El pueblo argentino no está dispuesto a ser el que pague los platos rotos. Por eso dije y repito: “Un reguero de luchas recorre la Argentina”. Por nombrar solo algunas están las multisectoriales que unen a ocupados y desocupados, con grandes luchas en Chaco, Jujuy, en Misiones, en La Pampa. A pesar de Caló, secretario de la UOM, luchan los metalúrgicos en Aluar, en Córdoba, en las autopartistas del Gran Bs. As., etc. A pesar de Yasky, siguen las luchas de docentes y estatales, y se va a un nuevo Encuentro Nacional de hermanos Originarios. Venimos de las elecciones de la CTA donde hemos tenido un gran avance. Tenemos que seguir dando pasos en el armado del frente político. 
 
Un buen momento para crecer
Quiero decir que del 12 Congreso para acá hemos avanzado. Este es un buen momento para crecer y poner a foco que e s urgente prepararnos, y preparar a las masas para una situación que se puede precipitar. Es un buen momento para pegar un salto en las fuerzas del Partido y avanzar en su organización.
Tenemos una concepción de lucha por el poder que nos exige pensar en grande. Y para pensar en grande nos tenemos que proponer construir un gran Partido que se mueva entre las masas como pez en el agua, que sea el impulsor de un gran movimiento revolucionario en las fábricas, los barrios, las zonas agrarias, las escuelas, entre los intelectuales y que sea el impulsor de un gran frente popular, patriótico y democrático. 
Tenemos con qué. Tenemos la línea aprobada en el 12 Congreso. Somos un Partido que en 46 años de historia no ha traicionado nunca al proletariado. Como dijo Roque Romero el 1° de mayo: “somos un Partido que puede mostrar todo lo que escribió, no tenemos nada que esconder. Si hasta nuestros errores y el análisis que hicimos de ellos están publicados”. 
Somos un Partido que tiene como ejemplo a sus mártires y héroes. Todos aquellos que con su silencio derrotaron la tortura y la cárcel de los enemigos del pueblo y se mantuvieron, hasta el último aliento, fieles a su clase y a su Partido y salvaron al Partido. También tenemos queridos camaradas que hemos perdido, que han fallecido en estos años. Todos ellos, nuestros mártires y nuestros muertos, son nuestras banderas y no los vamos a traicionar. 
Estamos orgullosos de las compañeras y compañeros que han tomado la decisión de hacer suyo este partido que lo único que ofrece es un puesto para el combate de los explotados y de los oprimidos para su liberación. Repito: El Partido Comunista Revolucionario lo único que ofrece es un puesto para el combate de los explotados y de los oprimidos para su liberación. ¿Les parece poco? Es lo mejor que cada uno de nosotros tenemos. Lo mejor de nuestras vidas.
Al finalizar su exposición, el camarada Jacinto Roldán señaló la presencia del compañero Germán Caraita, hermano originario y concejal del PTP en Urundel, de la provincia de Salta, quien fue aplaudido y saludado por los presentes. A continuación, se abrió una ronda de preguntas y debates.