Los fundamentos de Lijo en los autos de procesamiento de la causa Ciccone, han confirmado la trama de vínculos y encubrimientos realizados por el gobierno de Cristina Fernández, acompañado de presiones judiciales y extrajudiciales, amenazas diversas y guerras de servicios de inteligencia. También se ha procesado a parte de los Ciccone, por las maniobras en levantar la quiebra.
Los fundamentos de Lijo en los autos de procesamiento de la causa Ciccone, han confirmado la trama de vínculos y encubrimientos realizados por el gobierno de Cristina Fernández, acompañado de presiones judiciales y extrajudiciales, amenazas diversas y guerras de servicios de inteligencia. También se ha procesado a parte de los Ciccone, por las maniobras en levantar la quiebra.
Una de las cuestiones que podría develar el juicio oral a Boudou, por ahora sin fecha, es “la ruta del dinero” de los que se adueñaron de la “máquina hacer billetes” y quiénes son estos nuevos dueños.
Las investigaciones periodísticas señalan a Núñez Carmona, socio y representante del vicepresidente, como el que se quedó con el 70% de las acciones de la “nueva” Ciccone –acusado de ser el verdadero dueño en las sombras del fondo The Old Fund– a través de la ayuda financiera del Banco Macro y bajo el atento respaldo presidencial.
Desafiando toda capacidad de asombro, la investigación judicial ha descubierto que, de acuerdo a “los registros”, la verdadera dueña de Ciccone Calcográfica es Dusbel SA, empresa extranjera de nacionalidad desconocida, que aportó $2,4 millones de origen igualmente desconocido. El “domicilio” de Dusbel resultó ser la casa de un empleado del Automóvil Club.
The Old Fund pasó a repartirse entre Dusbel y European Advisory Panel que, pese a su nombre se constituyó en el estado de Delaware, el que más se parece a un paraíso fiscal en Estados Unidos. El yerno de Ciccone, Reinwick, denunció que esa empresa no era suya y que se estaba ante un potencial fraude. Una curiosidad es que entre los papeles que llegaron desde Delaware hay unos de nombre peculiar: “First Family LLC”. La traducción literal sería: “Primera Familia”. Pero la traducción correcta es peor: “Familia Presidencial”, La Nación, 29/06/2014.
Los vínculos presidenciales
Lijo señala que entre otros contactos que vinculan a Vandenbroele y a The Old Fund con Boudou y Núñez Carmona se encuentran llamadas a la Secretaría de Presidencia de la Nación. Sí o sí había que estatizar la “nueva” Ciccone pero por motivos diferentes a los enunciados en el debate legislativo.
Estos motivos son, entre otros: el contrato del Frente para la Victoria con The Old Fund para imprimir las boletas electorales para las elecciones presidenciales del 2011: más de 12 millones de pesos; una factura de más de 3 millones de pesos pagada por la Jefatura de Gabinete a cargo de Aníbal Fernández, y el contrato por el cual la “nueva” Ciccone imprimió 410 millones de billetes de cien pesos, cobrando 160 millones de pesos.
A esto hay que agregar que Boudou “recomendó” al Banco Provincia de Buenos Aires que recibiera a Vandenbroele. Lo atendió el presidente del banco, y luego el directorio acordó no objetar el levantamiento de la quiebra para que pudiera adueñarse de Ciccone (“Cosa de fantasmas”, hoy del 21/03/2012).
Por todo esto se estatizó la “nueva” Ciccone en julio del 2012, por orden de la presidenta, para que no se investigara a quienes eran sus dueños hasta ese momento.
Otros vínculos claves
Un vínculo clave entre Amado Boudou y los verdaderos dueños de The Old Fund, y que todavía no fue llevado a declarar, es Máximo Lanusse, segundo de Vandenbroele en la “nueva” Ciccone. Lanusse trabajó como gerente en el Macro, ligado al presidente de dicho banco, Jorge Britos. Se sabe que Britos y el Banco Macro aportaron gran cantidad de dinero para el funcionamiento de la “nueva” Ciccone.
Esto explica cómo Vanderbroele, un monotributista con un ingreso mensual de $1.500, depositó más de medio millón de pesos para sacar a la imprenta Ciccone de la quiebra, sin que se investigara el verdadero origen de ese dinero.
Como si todo esto fuera poco, London Supply, empresa concesionaria de los aeropuertos de Calafate, Río Gallegos y Ushuaia que casualmente tiene en su directorio a varios amigos de Boudou, depositó $1.800.000 en la quiebra de Ciccone. Como se recordará, Boudou consiguió que la AFIP le otorgue a la “nueva Ciccone una moratoria ‘especial’, con un interés por la deuda del 6% anual, cuando la inflación es del 25%”.
Todo esto ha sido determinante para que la bancada de Diputados del Frente Para la Victoria pagara todos los costos y evitara el juicio político al vicepresidente. Además le costó una “faringolaringitis” a la presidenta, que canceló su viaje a Paraguay, evitando tener que cederle a presidencia a Boudou mientras se discutía su caso en Diputados.