Tras esconder a Amado Boudou, el kirchnerismo logró del Senado la media sanción al proyecto que otorga inmunidad judicial a los bancos centrales extranjeros, solicitado por China para habilitar un acuerdo de monedas, que hasta Clarín (11/7/2014) quiere vendernos que serviría “para sumar al Banco Central una disponibilidad de reservas en yuanes equivalente a unos 8 mil millones de dólares”.
Tras esconder a Amado Boudou, el kirchnerismo logró del Senado la media sanción al proyecto que otorga inmunidad judicial a los bancos centrales extranjeros, solicitado por China para habilitar un acuerdo de monedas, que hasta Clarín (11/7/2014) quiere vendernos que serviría “para sumar al Banco Central una disponibilidad de reservas en yuanes equivalente a unos 8 mil millones de dólares”.
Aunque a renglón seguido dice que “Pichetto desnudó el objetivo principal del gobierno detrás del proyecto recién en el cierre de la sesión. Detalló que el presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, le explicó que debía sancionarse ‘porque la semana próxima viene la delegación de China; y en estos términos estamos tratando de establecer una relación comercial más fluida’, indicó”. O sea que de lo que en realidad se está hablando es del financiamiento de una mayor apertura comercial con China, para sostener las compras de ese país en desmedro de la industria nacional dado el creciente déficit comercial con el mismo. “Asimismo, el legislador sostuvo que ‘para que el Banco Central de China pueda tal vez operar en la Argentina hay que darle las garantías suficientes’”.
Esto por supuesto encubierto con la misma cláusula de todos los acuerdos entreguistas con las demás potencias imperialistas: “que los bancos centrales extranjeros tendrán inmunidad judicial en el país si hay una reciprocidad ‘en la misma medida’ de la que se otorgue al Banco Central en ese país”. ¡Cómo si la Argentina estuviera en las mismas condiciones de hacerlo que las grandes potencias!
Para seguir comprando a China
El Banco Central de la República Argentina y el Banco Popular de China estarían tramitando de nuevo un acuerdo (ya hubo dos antes) para no emplear el dólar como moneda de intercambio comercial entre los dos países, en transacciones que totalicen hasta 8.000 millones de la divisa estadounidense, lo que se llama un swap.
Un swap de monedas es una operación de canje, por el cual cada parte accede a la divisa de la otra, entregando a cambio una suma equivalente en su propia moneda. En este caso, Argentina podrá acceder, en caso de considerarse necesario, a un máximo de 59.000 millones de yuanes entregando en contrapartida la suma equivalente en pesos (hasta unos 60.000 millones de pesos aproximadamente).
Dejando atrás el “cuento” de los 20.000 millones de dólares chinos a poco de asumir la presidencia Néstor Kirchner, en 2009 el BCRA acordó con el Banco Central de China un plan de canje de monedas entre ambos países por 10.000 millones de dólares, que ya venció. Después, en mayo de 2013, con el cambio en la cúpula de China se volvió a hablar formalmente del tema durante la visita del vicepresidente de China Li Yuanchao al Senado, lo que se continuó en el almuerzo que ofreció el vicepresidente Amado Boudou en la Cancillería argentina en honor de su par chino.
Ya a fines de 2013, en sus primeras declaraciones tras el anuncio de su nombramiento como ministro de Economía, Axel Kicillof reiteró que se buscaba acordar con el gobierno de China el cambio de pesos por yuanes, para así fortalecer las reservas. Opción que no existía ni existe hoy porque no se podrán convertir los yuanes en dólares.
Las divisas chinas no se pueden contabilizar como parte de las reservas, porque no se trata de una moneda convertible. De hecho, las arcas de los principales bancos centrales del mundo no tienen yuanes; las monedas más utilizadas con este fin son el dólar, el euro, el yen y la libra esterlina. Es decir que no se puede salir fácilmente a cambiar yuanes por dólares.
En realidad, la única utilidad del swap es para financiar las importaciones de China con su propia moneda, ya que Argentina recibiría 59.000 millones de yuanes a cambio de unos 60.000 millones de pesos. Así, de realizarse el acuerdo, parte de los 11.000 millones de dólares que se necesitan este año por importaciones chinas se podrían compensar con yuanes, lo que aliviaría la caída de dólares en las reservas. Pero, como China haría lo mismo, pagar con pesos los 7.000 millones de dólares de compra de soja, tampoco entrarían dólares al país…
Lo más que podría hacer este swap es facilitar que se sigan comprando locomotoras y vagones a China, ahora también con el varias veces anunciado acuerdo sobre el Belgrano Cargas. “Granos por ferrocarriles” resume “el modelo” de la relación con el nuevo imperialismo de China, como hace más de cien años lo fue con el viejo imperialismo de Inglaterra.