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23 de julio de 2014

En sus respectivas visitas los presidentes de China y Rusia avanzaron en acuerdos de inversión y de estrategia en el área nuclear.

¿En el amanecer de una nueva dependencia?

Acuerdos internacionales con China y Rusia en el área nuclear

Con China se concretó el acuerdo para la construcción de la cuarta central nuclear Argentina, ubicada en el predio de Lima (Zárate Norte Pcia. Bs. As.) al lado de Atucha II con tecnología de uranio natural –agua pesada. Una central de diseño canadiense (Candu en la jerga) pero copiada por los chinos. Se trata de una central con tubos de presión compuesto por aleaciones de circonio y con el ciclo combustible uranio natural-agua pesada. 

Con China se concretó el acuerdo para la construcción de la cuarta central nuclear Argentina, ubicada en el predio de Lima (Zárate Norte Pcia. Bs. As.) al lado de Atucha II con tecnología de uranio natural –agua pesada. Una central de diseño canadiense (Candu en la jerga) pero copiada por los chinos. Se trata de una central con tubos de presión compuesto por aleaciones de circonio y con el ciclo combustible uranio natural-agua pesada. 
Fruto del amplio debate dado y la oposición de los trabajadores del área, no se compró un prototipo sin antecedentes en el país. La central que se le compraría a China es de la línea tecnología canadiense denominada Candu, similar a la ubicada en embalse Río Tercero provincia de Córdoba. Cuando a principios de los ‘70 se decidió la instalación de centrales de potencia para generación nucleoeléctrica, se optó por el diseño Siemens AG en la línea uranio natural–agua pesada entre las varias ofertas. Con la experiencia de la operación CN Atucha I, de recipiente de presión, el desarrollo de la capacidad de fabricación de elementos combustibles y la capacidad adquirida por las empresas nacionales, para la instalación de la segunda central se optó por el diseño canadiense de tubos de presión manteniendo la línea uranio natural-agua pesada. 
El gobierno de Cristina Kirchner pactó con la empresa del Estado chino Cnocc la compra de una central nuclear de 800 MW manteniendo la línea uranio natural-agua pesada con tubos de presión, pero no se trata de la copia con desarrollo propio autónomo de la central nuclear Embalse como se reclamaba desde varios sectores de especialistas y trabajadores del sector nuclear argentino. El arquitecto y responsable de la obra será Nucleoeléctrica Argentina SA (NASA), empresa que emerge como producto de la privatización de CNEA durante los años ‘90. 
Con este acuerdo se avanza en la asociación con los chinos desestimando la posible asociación con europeos y canadienses. Desde el punto de vista nacional, al mantener la misma tecnología, la Argentina está en condiciones de proveer partes sensibles y los principales insumos del reactor: los tubos de presión y los combustibles nucleares con los desarrollos de CNEA y la producción de Conuar-FAE SA respectivamente y el agua pesada que se puede producir en la planta de arroyito PIAP-ENSI SE, provincia de Neuquén.
El acuerdo con la empresa de energía atómica rusa Rosatom se inscribe con la pretensión de ubicarnos bajo sus líneas de desarrollo a largo plazo en el área nuclear. Buscando que la Argentina se acople a su plataforma tecnológica con reactores neutrones rápidos y ciclo combustible cerrado. Los reactores reproductores de neutrones rápidos están diseñados para producir combustible generando más material fisible del que consume. Esta tecnología, en desarrollo, está avanzada en la India y en China utilizando tecnología provista por Rosatom y aún no existen antecedentes de madurez operativa a nivel mundial.
Desde el aspecto de negocios en grandes componentes el acuerdo firmado contiene la intervención de Rosatom en la cuarta central nuclear en componentes importantes como la turbina y en la provisión de las futuras centrales nucleares. En este último caso se adoptarían los reactores rusos de uranio enriquecido –agua liviana con recipiente de presión conocidos como VVER. Los reactores son de los más seguros y difundidos a nivel mundial, no tienen nada que ver con los reactores en los que se sucedieron los accidentes de Chernobyl, pero resultarían una novedad para nuestro país. Por lo tanto existe la posibilidad de quedar atrapados frente al chantaje de los proveedores de combustibles u otro elemento sensible a la operación de la central nuclear.
 
Impulsar el desarrollo tecnológico nuclear independiente
Desde julio de 1957 y bajo hegemonía yanqui, entra en vigor el estatuto de OIEA (Organismo Internacional Energía Atómica) conformado por EEUU, Rusia (URSS en ese momento), Canadá, Gran Bretaña y Francia. Es decir que Rusia se encuentra entre las potencias imperialistas que dieron origen al principal organismo internacional de control, cepo y espionaje tecnológico hacia los países dependientes. Esto solamente para decir que Rusia no es una recién llegada a la industria nuclear. A este marco hay que sumarle el dato que Argentina preside desde enero del 2014 hasta el 2015 el grupo de países proveedores nucleares; 48 países que operan instalaciones nucleares.
Este último acuerdo aparecería con la intención de ubicarnos como un satélite de sus desarrollos y negocios en el área, dándole la espalda a un desarrollo en la tecnología nuclear de nuestro país con perspectivas de autonomía tecnológica.
Para optar por un verdadero plan de desarrollo nuclear independiente, integrado con la recuperación del patrimonio nacional y de nuestros minerales hay que reunificar la capacidad de diseño propio, que fue desmembrada en la época de las privatizaciones, para poder definir la política más conveniente. De forma que la actividad nuclear sea llevada adelante por el Estado argentino con un claro proyecto de impulsar el desarrollo tecnológico nuclear independiente.