La situación en Acindar
La situación en Acindar
El 7 de agosto la empresa comunicó que “desde el mes de julio Acindar se vio obligada a bajar la actividad de las distintas plantas debido a la baja de demanda que se ha producido en el mercado interno”. Luego de dar datos sobre esa disminución de la demanda concluye que para adecuarse a ella Acindar “detendrá las actividades” específicamente de Acería y por 9 días a partir del martes 12 de agosto, sumado a la parada de 5 días que realizó en julio. Para hacer esta “detención de actividades” la empresa “aplica”, o sea, exige, el adelantamiento de vacaciones y, al personal que no lo acepte, le aplica una suspensión con una quita del 15%. El resultado final: 300 suspendidos que cobrarán el 85% de su salario normal. Esta medida es la primera en el marco de una reprogramación de la producción que implica una baja del orden del 10% y por lo tanto traerá nuevas suspensiones, eliminación de turnos y pérdida de puestos de trabajo.
En una planta de más de 2000 obreros estos 300 aparecen sólo como un porcentaje de alrededor del 15%. Pero ocurre que la suspensión se aplica al 100% del plantel que opera la Acería –donde se produce el acero que luego se procesa en los trenes de laminación– lo que equivale a detener la parte vital de la línea de producción.
Lecturas de esta situación
Gran parte de los afectados considera que la situación es tolerable, no se inquieta y acepta, por ahora, la quita del 15%. Otra parte, inclusive de otros sectores de la planta, considera que no es bueno y que la medida abre las puertas a futuras pérdidas para los trabajadores, especialmente porque la empresa ha explicitado en su comunicado que la “detención” actual de Acería es “con la idea de evitar por el momento despidos y/o suspensiones por falta o disminución de trabajo”. Esto es un debate abierto que se desarrolla en la masa de trabajadores y que se profundizará durante los próximos días. Lo primero que hay que decir es que las suspensiones ya llegaron, y con pérdida salarial.
A nivel de la dirigencia gremial hay diversas declaraciones que ponen el centro en denunciar maniobras especulativas de la empresa. El secretario de la UOM de Villa Constitución, Héctor Ibarra, expresó esto en Radio Continental y al diario La Nación dijo: “no se percibe un escenario tan conflictivo como para que lo terminen pagando los trabajadores”.
Es cierto que, por sobre todo, no deben ser los trabajadores quienes paguen el costo de las caídas de la empresa, que ha tenido ganancias multimillonarias en todos estos años. Pero no se debe ocultar que lo que se está sufriendo son las consecuencias de la recesión que hoy golpea a la industria autopartista, la construcción, la metalmecánica, etc.
Por eso es nocivo y lleva a conclusiones erróneas el decir que el escenario no es tan conflictivo. Por el contrario, este hecho es la continuación y profundización de una situación donde la política económica nacional hace agua en la industria y la producción. ¿Sino qué otra cosa es la seguidilla de suspensiones en automotrices, autopartistas, ferroviarias, y hasta cierres en otros sectores y en el comercio?
Otro argumento que aparece reiteradamente, y que tiene también arraigo en una parte importante de los obreros, es que es preferible ceder algo -por ejemplo aceptar suspensiones y quitas– con el fin de “preservar” las fuentes de trabajo. Como primera cuestión hay que decir que lo que hay que preservar son los puestos de trabajo, que no es lo mismo. Es “tu” trabajo. Luego, que no hay concesión que sirva cuando la política errónea conduce a mayores pérdidas de los trabajadores sin consideración alguna, como está demostrado con la terquedad para seguir aplicando el impuesto al salario (ganancias sobre los sueldos) y se banca a gremios y dirigentes que aceptan suspensiones y bajos salarios.
Paraná Metal y la situación
en Villa Constitución
En Paraná Metal (ex Metcon, la fundición de Ford) o lo que ha quedado de ella en manos del grupo Indalo de Cristóbal López, emblemática por su heroica lucha contra el cierre en el año 2010, la situación es aún peor: desde el 18 de agosto suspende a sus 150 obreros por 21 días, con una quita del 25% de su sueldo. La empresa aduce también una importante caída de sus ventas luego de estancarse a comienzos de año. Las causas están, en este caso, muy vinculadas a la caída en la industria automotriz y autopartista.
Con lo cual tanto los trabajadores de Acindar y de Paraná Metal, como sus delegados y, por qué no, los dirigentes gremiales, se verán confrontados con la opción de aceptar mansamente estas y nuevas medidas que afectan los puestos y su salario, o iniciar un camino para levantar la guardia, enfrentar nuevas suspensiones o despidos y, sobre todo, derrotar la línea conciliadora con la política kirchnerista que baja desde Caló y la UOM nacional. Hoy es imprescindible unir los reclamos de cada fábrica e impulsar un paro nacional que detenga la ola de despidos y suspensiones, defienda el salario, enfrente las quitas y el impuesto al salario.
Para los trabajadores y sus familias y, por supuesto, para todo Villa Constitución, las consecuencias son malas ya que habrá una disminución obligada del consumo y las perspectivas de reactivación no están a la vista. El pueblo de Villa Constitución ha demostrado reiteradamente que no es ajeno a lo que ocurre a sus trabajadores y necesitará acompañarlos si emprenden un camino de resistencia y reclamos.