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10 de septiembre de 2014

Reproducimos extractos de los discursos en el homenaje a Violeta (Mónica Sullings) realizado en el Club Romerense de La Plata, a cinco años y medio de su fallecimiento.

Homenaje a Violeta (Mónica Sullings)

“Si no hay campesinos revolucionarios ¿cómo se va a hacer la revolución?”

Delia G, delegada de la CCC

Delia G, delegada de la CCC
“Durante cuatro años fui al Encuentro y no hablé. Nunca me decía “vos tenés que hablar”, me daba tiempo porque yo tenía vergüenza. En el del 2005 le digo: “Moni, hoy voy a hablar”. “Bueno, tranquila, ponete al lado mío” me dice. Y hablé. Al salir me felicitó, desde ahí hasta hoy nadie me para. Perdí el miedo, ella me lo enseñó. 
En los Encuentros ella solucionaba todo. Nunca nadie se quedaba sin comer o se separaba: nos juntaba a todas. Dormía en medio de nosotras. Yo me levantaba a las seis de la mañana y la despertaba: “Moni, ya tengo el mate”.
Hace veinte años que estoy en la CCC. Creo que como ella no sé si voy a encontrar. La llevo en mi corazón, la quiero con toda el alma. Veo a su familia y la veo a ella y a su sonrisa”.
 
María, ex presidente de Asoma
“Me da mucha alegría que tengamos la necesidad de brindarle un homenaje a esta gran mujer que es Mónica, o Violeta, como la conocimos. Aquella mujer que dio muchas cosas y dejó muchas cosas, porque aunque ella hoy no esté sí está en nosotros, en cada compañera o compañero, en cada joven.
Metió los pies en el barro, con la clase más oprimida. Esa práctica en las quintas era para encontrarnos a nosotras. Vio que lo único que hacíamos era trabajar, trabajar, trabajar y criar a los hijos. No nos dábamos cuenta de que nosotras, las mujeres, también teníamos derechos. Con su paciencia nos enseñó. Para ella no fue ninguna traba sentarse en el surco y leer el diario del Partido a las mujeres campesinas, muchas que no saben leer ni escribir. No, no era una traba para ella.
Quería que la clase campesina sea parte del PCR: Decía: “Si no hay campesinos revolucionarios ¿cómo se va a hacer la revolución?”
A cada uno nos pulió. Nos hizo entender que si necesitábamos algo teníamos que aprender a luchar por nuestros derechos. Así que digo especialmente a la juventud: uno tiene que leer, estudiar y poner en práctica todo esto. Y no basta con estudiar, hay que andar y conocer para hacer este camino. Así hizo esta hermosa mujer que supo ganarse su lugar, su respeto.
 
Evaristo, miembro del Comité zonal del PCR
“Violeta fue una comunista revolucionaria que dedicó su vida a servir al pueblo”, esa es la esencia de Violeta. Es lo que en este homenaje reafirmamos.
Hoy estamos honrando a una patriota que peleó hasta el último minuto de su vida por la segunda independencia. Por la segunda revolución que nos libere de las dos grandes montañas que oprimen a nuestro pueblo e impiden el desarrollo de nuestro país: que son los imperialismos que disputan no sólo la Argentina sino el mundo y toda América Latina. Y los terratenientes.
Como diría el camarada Mao Tsetung: la muerte puede tener distintos significados: La muerte puede ser heroica, como fue la de Enrique Rusconi, y en él nombro a los miles que enfrentaron a sus asesinos en la lucha por la revolución. Pero también hay heroísmo en aquellos que mueren como Violeta. Luchando hasta el último minuto de su vida por los ignorados, por los que no tienen nada, por terminar con la explotación de los obreros ocupados y desocupados, por los campesinos sin tierra, por los originarios despojados, por los niños sin presente, por los jóvenes sin futuro.
Con la muerte de la querida camarada Violeta se nos derrumbó en esta región una montaña del Partido. Era en la dirección del Partido la voz de los que pasan hambre, de los que perdieron el trabajo, de los que echaron de las quintas. De los ignorados, como bien los definiera el camarada Otto Vargas refiriéndose a los obreros rurales, a los campesinos pobres, criollos y originarios.
Desde la dirección de zona la conocimos en Chascomús, contándonos de su trabajo en Gándara, siendo actriz vocacional, incorporándose al MAYA. Allí conoció al Partido. Se le abrió el mundo que buscaba. Encontró una huella y ya nunca la abandonó hasta su muerte. Lo más importante: Guió hacia esa huella para que muchos de las ignoradas abrazaron ese camino. 
Violeta entendió que la Revolución es el único camino para transformar esta patria, este mundo injusto, en algo digno de ser vivido. Y en Violeta fue haciendo carne esto. Pero lo más importante es que logró que muchas mujeres, hombres y jóvenes sencillos de nuestro pueblo, lo fueran comprendiendo.
Para esto hay que lograr que te escuchen. Para eso hay que saber escuchar, ser parte. Sentir como propio el sufrimiento del otro. Paciencia, mucha paciencia. Cariño profundo por el pueblo, caminando codo a codo, no de arriba de un caballo. Sin subestimar. Con la confianza más profunda en que todos puedan encontrar con la ayuda del partido el camino para la liberación definitiva del pueblo y de la patria.
Con su andar conmovió a dios, que para nosotros es el pueblo. Pero siempre ofreciendo un puesto de lucha y organizando el crecimiento de su querido PCR. Gran organizadora de los Encuentros. Quería que hasta la última mujer sencilla fuera protagonista de la lucha política.
Homenaje es recuerdo. Honramos a nuestros muertos para que su ejemplo siga viviendo. Es aprendizaje: ella ayudó a que se organizaran, y muchos se incorporaron al Partido a los compañeros campesinos pobres, principalmente de Asoma. 
No olvidamos a aquellos que ayudaron a construir este rancho. Al querido camarada Negro Mansilla, delegado del Hospital de Melchor Romero, fundador de Asoma. A la camarada Meca, primera campesina que organizó las mujeres del campo para ir a los Encuentros de Mujeres. A Ramonita, de Villa Arguello, con la que también militó Violeta. Al querido Negro Rodríguez, uno de los fundadores de Asoma. Al Rengo Lizarraga, campesino pobre de los históricos de Asoma. Quiero agradecer a los camaradas de Chascomús, que le hicieron conocer y la afiliaron al Partido. A los que fueron fundamentales en su formación. En primer lugar a dos cuadros fundamentales de nuestro Partido: Ramón, su compañero. Y sobre todo al camarada Jacinto, maestro de la mayoría de nosotros.
Y a todos los sencillos que aprendieron con ella y de los cuales ella aprendió. Y ella está y seguirá estando en el corazón de los ignorados.