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10 de septiembre de 2014

Conversamos con el compañero Juan Carlos Alderete, presidente del PTP y coordinador nacional del Movimiento de Desocupados de la CCC, sobre la situación que se vive en los barrios de La Matanza y de todo el país.

Los narcos avanzan en los barrios

La realidad que oculta el gobierno

Nosotros lo veníamos diciendo, desde hace tiempo, cómo se iba agravando en el distrito el problema de la inseguridad. 
Lo vivimos, lo padecemos. 

Nosotros lo veníamos diciendo, desde hace tiempo, cómo se iba agravando en el distrito el problema de la inseguridad. 
Lo vivimos, lo padecemos. 
Cada vez queda más visible la enorme corrupción que hay en el sistema, en el Estado, en los jueces, los funcionarios y la policía. Lo que se conoce públicamente no es nada. Es muy grave lo que pasa  en el distrito. Ya desde hace tiempo que, en los barrios, los compañeros que tienen la suerte de tener trabajo se organizan para salir juntos. Hace más de un año que en los barrios estamos buscando mecanismos de avisarnos entre los vecinos. Algunos usan una sirena, otros un silbato, para cuidarse entre los propios vecinos. 
Todo con el agravante de la connivencia de los funcionarios, la policía, con los chorros. Se saben los nombres y apellidos. Ahora se agrava la situación porque los mismos chicos que roban y están en la droga, empezaron a hacer entraderas en los barrios donde viven. Entonces tenemos enfrentamientos entre los  vecinos de una cuadra, entre los padres de los chicos con los vecinos asaltados.  
 
Avanzan los narcos en lo social
Hay que decir que los narcos, que están en todos los barrios, han avanzado en el plano social. Inclusive dirigen algunas sociedades de fomento y clubes. Van al encuentro de la necesidad de la gente. Les compran remedios, ayudan con plata. En algunos casos hasta tienen comedores. Aparecen como “buena gente”. Nosotros los conocemos, no hablamos desde una oficina como algunos funcionarios. Por supuesto que el agravamiento de la crisis hace que cada vez más la pobreza y las necesidades sean mayores. 
Estos tipos se aprovechan de esas necesidades. Son peores que los punteros políticos tradicionales, que no habían llegado a esto. Ahora también se están involucrando algunos punteros. Esto lo vivimos en las redes de agua y cloacas en las que trabajan compañeros de las cooperativas de la CCC. Tuvimos que parar una obra porque los compañeros quedaron en el medio de tiroteos entre narcos y policías, se salvaron metiéndose en la zanja. Hace quince días la paramos porque un patrullero terminó adentro de una zanja. Los compañeros se salvaron porque se había cortado la luz 15 minutos antes, y no estaban, si no teníamos tres muertos. Los compañeros trabajan amenazados. Vienen tipos armados a decirte “ustedes quiénes son”. Nos dijeron de poner un patrullero y les dijimos que no, porque los patrulleros están en una convivencia tremenda con estos tipos. Esto es parte de la tremenda corrupción que te decía, por eso estamos buscando las formas de organizarnos en los barrios.
 
La organización no es fácil
Esto no es fácil ni sencillo, porque la gente tiene miedo. Saben muy bien que cualquiera que quiere levantar la voz, se entera el narco y ese vecino se tiene que ir del barrio. No hay un tipo de organización que permita enfrentar y correr al narco. En todos los barrios se sabe quién trae, quién vende, es público, no se esconde. Causa risa cuando aparece en la tele que descubrieron un “delivery” o “pizzería” que vende drogas, acá es a cara descubierta la venta. 
Nosotros tratamos de organizarnos y de ver las responsabilidades del Estado. Se hacen las denuncias que hay que hacer, públicamente, políticamente, en los juzgados, pero sin confiar en eso. Confiamos en la organización que nos podemos dar. 
Estamos junto con los familiares de víctimas de inseguridad en el distrito y hacemos actividades juntos. Tenemos un compañero de la Corriente que lo mataron, en Villa Unión. Entraron a la casa y mataron al pibe por defender al padre. Tenemos muchos compañeros que los aprietan cuando salen a trabajar. Acá se mezclan cosas porque, aunque muchas veces los hacen aparecer como un robo “normal”, cuando empezamos a investigar vemos que no es así. 
Otra cosa son las barbaridades que anda diciendo Berni sobre los extranjeros, terriblemente discriminatorio, y lo hace para tapar la gravedad de la cuestión. Yo hace poco estuve en Córdoba donde, como en otros lugares, hay experiencias en correr a los narcos y los transas. En Villa Rosario, el pueblo se unió, corrió a los narcos y tiene controlado el lugar. Hay otras experiencias. Hay que ver lo que hicieron en Lugano. La policía corre a la gente que tiene necesidad de vivienda, y dejan a los narcos adentro. Sí se sabe, se conocen los nombres y apellidos… hay una impunidad tremenda.
Para la Corriente este tema de la inseguridad es un punto más de lucha que tenemos que tratar con mucho cuidado. Cómo los que estamos en el lugar nos vamos organizando, sin irnos de boca. Desde afuera del barrio se puede decir cualquier cosa, pero hay que vivir en los barrios donde vivimos nosotros. Estamos buscando, bosquejando… 
En la propia organización, a los compañeros que tienen familiares involucrados, sean hijos o nietos, les da mucha vergüenza reconocer esto. Se esconde, porque los pibes son discriminados, y meten que la culpa es de la familia, de los padres. Nosotros planteamos que hay que organizarse frente al avance de la inseguridad y de la droga. Decimos que por ahí a tu hijo o tu nieto no le tocó, pero esto avanza y avanza, y no podemos esperar.  
Toda esa campaña que hay contra los padres, de que tienen la culpa por no mandar los chicos a la escuela y todo lo que dicen desde las oficinas del gobierno, encubre el agravamiento de la situación social, y que ellos saben quiénes son los narcos.
Esta situación se da en todo el país. Muchos compañeros de las provincias te dicen, tengo ganas de volverme a mi pueblo, porque allí no pasan estas cosas. Pero resulta que eso era cuando ese compañero se vino. Ahora ya no es así. Los pueblos se están enrejando. Hablamos de pueblos chicos donde se conocen todos.
Por eso decimos que esto ha tomado un volumen importantísimo, y en todo el país. Desde ya que la droga no es de hoy, pero no tenía la dimensión que tiene ahora. Por eso, tanto el Partido como la Corriente tienen que tomar estos temas con todo. Hemos planteado públicamente acá, y lo tenemos que hacer en todos lados, que el Partido y la Corriente tienen que estar en contra de la legalización de cualquier tipo de droga. Eso es lo primero, sin dudar. Sabemos que está el debate sobre la marihuana, pero nosotros tenemos que ser contundentes. Estamos en contra de la droga y tenemos un largo trabajo, una experiencia de muchos años, en la pelea por recuperar pibes adictos.