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17 de septiembre de 2014

La doctrina Drago y la deuda externa de América Latina

Breves de la historia argentina

 Desde 1899 hasta 1908 gobernó Venezuela Cipriano Castro. Hubo empréstitos alemanes en armas, más la construcción del ferrocarril por parte de la compañía Berliner, expropiaciones a residentes alemanes y empréstitos compulsivos generándose una deuda externa impagable.

 Desde 1899 hasta 1908 gobernó Venezuela Cipriano Castro. Hubo empréstitos alemanes en armas, más la construcción del ferrocarril por parte de la compañía Berliner, expropiaciones a residentes alemanes y empréstitos compulsivos generándose una deuda externa impagable.
EEUU había formulado la doctrina Monroe, “América para los americanos”, por la cual las potencias europeas tenían vedado anexar territorios en América. En este contexto, el 11 de diciembre de 1901, el embajador alemán comunica que la negativa de Venezuela a pagar su deuda pública, contraída con empresas y súbditos alemanes, no podía ser tolerada, y que se procedería a bloquear sus puertos y bombardear lugares estratégicos, que dicha acción bélica no implicaría anexión de territorio, simplemente un medio de presión para que Venezuela cumpla.
El gobierno de Roosevelt interpretó la doctrina Monroe, con un corolario… proteger la integridad territorial de un país no implica permitir que un estado se niegue a cumplir y que, en consecuencia si se presionaba a Venezuela, no consideraba violada la doctrina Monroe. Con este visto bueno, las marinas alemana, inglesa y luego la italiana, bombardearon las costas.
En este contexto, el canciller argentino, Luis María Drago dirigió una nota a su embajador, señalando que es intolerable el cobro compulsivo de una deuda pública y que presionar a un país afecta su soberanía. Nuestra europeizada elite desarrolló una contradicción con el gobierno de Roosevelt, naciendo así lo que se conoce como Doctrina Drago.
El gobierno de Roca expresaba políticamente el carácter reaccionario del Estado de los terratenientes, la burguesía intermediaria y el imperialismo y, como tal, jugaba en las contradicciones concretas de este momento histórico. La solidaridad con Venezuela de ninguna manera significó un aflojamiento de la opresión interna sobre las masas, pero es evidente que se estaba incubando un sector de la oligarquía que, en forma lúcida, comenzaba a gestar el pacto con Yrigoyen y la posterior ley Sáenz Peña.
La Prensa, periódico cuyos editoriales evidenciaron en ese momento histórico un punto de vista hostil al gobierno norteamericano, explicitó que los estados latinoamericanos habían ganado su independencia sin Estados Unidos. En el editorial del 21 de diciembre de 1902 reclamaba “Sudamérica para los sudamericanos”.
El diario de Carlos Pellegrini El País calificó a la Doctrina Monroe como una “ficción” y llamó a una acción conjunta de la Argentina, Brasil y Chile.
El gobierno de Venezuela fue obligado a pactar, entregando el 30% de la recaudación.