Hermana del gran caudillo salteño Martín Miguel de Güemes, fue su eficaz colaboradora. Después de la Revolución de Mayo, convirtió su casa en taller para confeccionar la indispensable ropa de las fuerzas montoneras. Organizó también una red de mujeres mensajeras y espías de gran utilidad logística. En 1815, gracias a sus gestiones, se llegó a la paz de “Los Cerrillos” entre su hermano y las fuerzas de Buenos Aires.
24 de septiembre de 2014