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24 de septiembre de 2014

No a la nueva ley de hidrocarburos

Movilizarse para frenar la entrega

El gobierno nacional, luego de una tirante negociación de cuatro meses con las provincias productoras de hidrocarburos, y con un acuerdo entre el secretario legal y técnico de la Presidencia Zanini, y los gobernadores Sapag y Buzzi, de Neuquén y de Chubut respectivamente, enviaron al Senado el proyecto de una nueva Ley de Hidrocarburos.

El gobierno nacional, luego de una tirante negociación de cuatro meses con las provincias productoras de hidrocarburos, y con un acuerdo entre el secretario legal y técnico de la Presidencia Zanini, y los gobernadores Sapag y Buzzi, de Neuquén y de Chubut respectivamente, enviaron al Senado el proyecto de una nueva Ley de Hidrocarburos.
Los gobernadores, a cambio de un canon o bono de ingreso por las concesiones y por una posible participación junto a la Secretaría de Energía en esas concesiones, se han arrodillado frente al gobierno nacional para aprobar esta ley entreguista. Las pocas modificaciones que se hicieron al proyecto inicial fogoneado por el presidente de YPF SA, Miguel Galuccio, no solo no cambian, sino que mantienen y profundizan su carácter expoliatorio.
Esta nueva ley no está pensada para resolver las necesidades de nuestro pueblo y garantizar nuestra soberanía energética, muy por el contrario, porque es una ley en-treguista: Todos los beneficios son para los monopolios petroleros que son principalmente extranjeros. Se extienden los beneficios del decreto 929/13 a partir de una inversión de 250 millones de dólares y no de 1.000 millones, como era antes, permitiendo exportar el 20% y un 60% del caso de lo producido en el mar en el tercer año. Tendrán exenciones impositivas para importar equipos fomentando la importación de maquinaria y equipos, en lugar de promover el desarrollo de equipos pesados en nuestro país. El modelo de negociación con las petroleras, es en base al acuerdo entre YPF SA y Chevron, y el más reciente con Petronas, donde se mantienen en secreto los términos del acuerdo, se hicieron entre empresas con domicilios en paraísos fiscales, y en caso de litigio las partes se someterían a la justicia de países extranjeros.
Las concesiones de las áreas a las petroleras serán de 25, 30 y 35 años según sean convencional, off shore o no convencional, con opción a 10 años más, y así repetirlos casi a perpetuidad.
Es una ley antifederal
Limita la participación de las provincias. Quita todo tipo de protagonismo en la actividad a las empresas petroleras provinciales. Pone un tope de regalías para las provincias del 12% en la primera concesión, y un máximo de 18% en la tercera. Pero se puede reducir al 5% según el tipo de explotación y ubicación de los yacimientos.
Elimina el impuesto a los sellos, y permite un cobro máximo de ingresos brutos de 3% (en Neuquén es actualmente del 3,5%). 
 
Es una ley antiobrera
Para bajar costos y hacer más rentable el negocio para las petroleras pretende cambiar el régimen laboral, principalmente en el sector de Servicios Especiales. Para los otros sectores de la actividad se pretende ajustar, mantener el impuesto al trabajo, no reconocer la zona para los que ya estaba acordado, y consolidar los diagramas esclavizantes para los trabajadores.
 
Para una política de verdadera soberanía energética proponemos
1. Recuperar la totalidad de los yacimientos de manos de las operadoras, caducando las concesiones otorgadas a las operadoras de áreas como Chevron, Total, Pan American, Sinopec, etc. Por ser ilegítimas e ilegales en Neuquén por estar en contra de lo establecido en el Art. 96 en la Constitución provincial.
2. La operación debe estar en manos de una YPF 100% estatal y federal, para convertirla en empresa pública Sociedad del Estado, con control de los trabajadores, técnicos y profesionales, la Universidad y las organizaciones populares. Controlando toda la actividad hidrocarburífera en sus aspectos ambientales, sociales, económicos y productivos. De la misma forma deberán recuperarse para el Estado nacional todas las destilerías del país.
3. Esta empresa deberá tener una clara política que termine con la superexplotación de los obreros petroleros, reinstalando los turnos de 8 horas de trabajo sin reducción salarial, incorporando un turno mas, y flexibilizando los diagramas de trabajo.
Para lograr la soberanía energética, y poner la energía al servicio del pueblo y de nuestro país. Volvamos al camino del Gral. Mosconi.