El historiador León Pomer es un estudioso de la guerra del Paraguay, particularmente de la influencia que tuvo en la conformación interna de la política argentina. Ver su libro La Guerra del Paraguay, Centro Editor de América Latina, 1971.
El historiador León Pomer es un estudioso de la guerra del Paraguay, particularmente de la influencia que tuvo en la conformación interna de la política argentina. Ver su libro La Guerra del Paraguay, Centro Editor de América Latina, 1971.
Pomer encontró un recibo de un herrero catamarqueño del 5 de noviembre de 1867, al gobernador Maubecin, que textualmente dice: “Recibí del gobierno de la provincia de Catamarca, la suma de 40 pesos bolivianos, por la construcción de 200 grillos para los voluntarios catamarqueños, que marchan a la guerra contra el Paraguay.”
Irónico este herrero, dejó testimonio del reclutamiento forzado. Suele ocurrir que detalles como éste alumbren un profundo sentido político de un momento dado. La guerra se desarrollaba de acuerdo al interés de la elite que gobernaba la Argentina y sus socios de Brasil y Uruguay, coordinados por el capital financiero de los ingleses. Las masas oprimidas en cambio, resistían participar de una guerra que no era la suya.
Existieron sublevaciones de tropas que marchaban a la guerra, hubo numerosas deserciones en Entre Ríos, con los desbandes del arroyo Basualdo y posteriormente de Toledo, con centenares de miembros de la tropa que regresaron a sus hogares, negándose a combatir.
También hubo desbandes en Córdoba. En La Rioja, el gobernador Julio Campos le escribe al ministro de Guerra: “No me pida tropas de línea, los habitantes tienen horror a ser soldados de línea.” Tres días después, 250 reclutas concentrados en Catuna, son sublevados por Aurelio Zalazar.
En San Luis, fusilaron a Juan Rosa Quiroga que había organizado un levantamiento general.
En Mendoza, noviembre de 1866, se sublevan 280 hombres reclutados para marchar al Paraguay, abren las puertas de la cárcel y liberan a los presos. La proclama dice que se los reclutó para el servicio de la frontera, pero en realidad los llevan a una guerra. Es el comienzo de la rebelión de Mendoza, San Juan, San Luis y Catamarca.
Según el diario ECO de Corrientes, el 22 de marzo de 1867, las tropas de Salta a bordo del vapor Chacabuco, se sublevaron en el puerto de Esquina y obligaron a desembarcar en el Chaco, donde se desbandaron.
Con este panorama, el poeta Hilario Ascasubi fue encargado de reclutar en Europa a mercenarios, muchos de los cuales cuando vieron lo que era la guerra y las enfermedades en la selva, también desertaron. Es curioso cómo la correspondencia oficial sobre este tema, utiliza la palabra desmoralizado.
El alzamiento de los pueblos contra la participación en la guerra contra el Paraguay, todavía debe estudiarse en detalle, permanece casi oculto y constituye una de las páginas más gloriosas de la dignidad nacional.