Hacia 1917 crece la actividad de los anarquistas en La Pampa. Según Jorge Etchenique: Pampa libre, anarquistas en la pampa argentina, se organizan los primeros actos ácratas y crece la influencia entre los trabajadores rurales. Se venía de años de gran desocupación, que llevaron a saqueos y varios enfrentamientos con la policía. En el 17, ya hemos dicho, se desarrollaba una poderosa oleada de luchas en todo el país. La FORA dirigida por los anarquistas, que se había separado de la FORA del 9º Congreso (sindicalista) en 1915, impulsó un pliego de reivindicaciones para los obreros rurales con el eje de un jornal de 8 a 10 pesos por día. En Santa Rosa, capital de La Pampa, se editó un manifiesto en apoyo a estos reclamos, y finalizaba amenazante, “Si los chacareros no quisieran aceptar este precio por las buenas, hay un eficaz remedio para conseguirlo ¿Cuál? Ya lo sabéis, el… acordaos de lo que harían los obreros ferroviarios”, haciendo referencia a la reciente huelga general ferroviaria que había conmovido al país.
El manifiesto de Santa Rosa, con el pliego de reclamo de la FORA anarquista para los obreros de corte y trilla, los braceros, planteaba: “Estamos en vísperas de las rudas y brutales faenas agrícolas. Todo el mundo burgués, desde los señores del gobierno hasta los chacareros, todos los especuladores de la banca y del comercio hasta el último cerealista, tienen la vista fija en la gran cosecha. Mientras tanto nosotros, los trabajadores ¿qué hacemos? Nosotros que roturamos la tierra, que abrimos el surco, sembramos el trigo ¿qué hacemos? ¿Optaremos por someternos al capricho incondicional de los chacareros, sin antes estipular un precio más racional, más elevado que años anteriores?”, y llamaba a que “nos neguemos a empuñar la horquilla, si los señores chacareros o dueños de máquinas no se dignan pagar los jornales que abajo señalamos…” (La Protesta, 11/12/1917). Con estos reclamos, hubo enfrentamientos en localidades pampeanas: “en diciembre de 1917 fueron quemadas en General Pico las parvas de un estanciero que tenía peones a dos pesos por día y en Winifreda, Toay, Meridiano V. Tornquist, Médanos y otras localidades, fueron detenidos, revólveres en mano, los carros de los chacareros que llevaban gente a bajo precio” (Etchenique, pág. 31). Compárese la actitud de los anarquistas con la FORA sindicalista, que hacia 1920 impulsó un “pacto de solidaridad” con la Federación Agraria Argentina, que nucleaba a los chacareros, donde tras plantear la autonomía de los “obreros agrícolas asalariados” afirmaba que se podía establecer acuerdos “en la lucha que una y otra tienen emprendidas contra los actuales acaparadores y usufructuarios de la riqueza industrial y de la tierra”.
