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05 de noviembre de 2014

El viernes 31 de octubre, preparando una gran jornada nacional de lucha por la aparición con vida de los 43 estudiantes secuestrados en Ayotzinapa, nuevamente decenas de miles  de personas salieron a las calles en la capital mexicana y en todo el país.

México: “Mantener la ira”

Reclamo de familiares de los 43 estudiantes secuestrados

 Dos días antes de la marcha, el 29 de octubre, familiares de los estudiantes de la Normal habían mantenido una reunión con el presidente de México Enrique Peña Nieto, de la que salieron manifestando su indignación por la falta de respuestas del Estado y reafirmaron que la demanda principal es la aparición con vida de los estudiantes secuestrados la noche del 26 de septiembre en Iguala, tras una terrible represión que costó la vida a otros 6 estudiantes. 
Emiliano Navarrete, padre de uno de los normalistas, afirmó que su hijo no está desaparecido, “fue raptado por los policías”. “No somos sus ovejas para que nos maten cuando se les dé la gana”, dijo y exigió al presidente la aparición de su hijo, “tuvimos la necesidad de venir a exigirle, como ciudadano y a preguntarle por qué su gobierno actúa de esa manera, acribillando a nuestros muchachos, agrediéndonos y comportándose de una manera inhumana”. “Llamamos a todos a mantener la ira”, manifestaron los familiares tras la entrevista con Peña Nieto.
Ese mismo 29 de octubre se conocía la aparición de otra fosa, en Ocotitlán, con los restos de 13 personas, que se ha informado que no tiene que ver con los hechos de los estudiantes de la Normal.
 
Quisieron sobornar 
a los padres de los 43
Se conoció que el gobierno de Guerrero, a los pocos días del secuestro de los estudiantes, ofreció $100 mil a cada padre, a cambio de su silencio “y de que dejáramos de buscar a nuestros muchachos”, como denunció un familiar.
Clemente Rodríguez Moreno, padre de Christian Rodríguez, de 19 años, se preguntó si lo ocurrido a su hijo fue “un castigo por haber conocido la educación y los libros” y responsabilizó a las autoridades de los tres niveles de gobierno de colaborar con grupos del crimen organizado para cometer asesinatos y desapariciones forzadas.
“No sabemos dónde están, qué les ha pasado, si cargan la misma ropa, los golpean o los torturan. Yo lo estoy esperando con los brazos abiertos y voy a luchar hasta encontrar a mi hijo y a sus compañeros me pase lo que me pase, aunque sea lo último que haga. Quiero encontrar a mi hijo aunque sea la última vez que yo lo vea”, dijo con voz entrecortada por el dolor.
“Siento en mi corazón que (mi hijo) está vivo, pero el maldito gobierno me dio una puñalada en lo más profundo de mi corazón, donde más me duele. Dice la canción que los hombres no deben llorar, pero la verdad es un pinche dolor que no soporto”, declaró Rodríguez en medio de aplausos, gritos de solidaridad y lágrimas de muchos estudiantes del plantel sur del Colegio de Ciencias y Humanidades, de la UNAM, con quienes se reunieron el sábado 1 de noviembre.
Valentín Cordelio González, cuñado de Gabriel García Hernández, uno de los 43 muchachos secuestrados, subrayó que “Iguala está hecho un cementerio”, en referencia a la gran cantidad de fosas clandestinas que se han encontrado ahí en semanas recientes, pero advirtió que “no vamos a ir a recoger cuerpos y luego largarnos a nuestras casas, como quiere el gobierno”.
 
Uniendo las luchas
El viernes 31, los estudiantes de la unidad Zacatenco del Instituto Politécnico Nacional (IPN) marcharon a la Secretaría de Gobernación en el Distrito Federal, para exigir la aparición con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa y reafirmaron el paro que mantienen hace más de un mes contra las reformas privatistas que pretende llevar adelante el gobierno en esta institución de estudios superiores que cuenta con más de 160 mil estudiantes.
Hubo marchas y acciones en varios lugares del país, principalmente en el Estado de Guerrero, al que pertenece Iguala. Miles marcharon en Acapulco, y se realizaron tomas de municipios y, en varios casos, distintos sectores ingresaron a radios para difundir proclamas denunciando al “narco Estado” y al “narco gobierno”.
Además, durante la semana se repitieron manifestaciones frente a sedes diplomáticas mexicanas en varias ciudades, y crecen las manifestaciones solidarias, como la realizada junto a las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora en nuestro país (ver recuadro).
Artistas, intelectuales y científicos de todo el mundo están tomando posición exigiendo “Regrésenlos”. Así han marchado artistas mexicanos el día de todos los muertos, plásticos e ilustradores realizan distintas expresiones solidarias en murales y pancartas, así como se han manifestado distintas asociaciones científicas.  El 5 de noviembre, al salir esta edición, se realizaba un paro nacional en solidaridad con los normalistas.