Hace 14 años, un 12 de noviembre de 2000 era asesinado Fernando, hijo de nuestro compañero Ramón Bogado. Un joven, como cualquiera de nosotros, muy solidario y luchador. No era indiferente a la realidad y luchó por cambiarla. Reproducimos una nota a Gonzalo, su hermano, que nos cuenta sobre Fernando.
Hace 14 años, un 12 de noviembre de 2000 era asesinado Fernando, hijo de nuestro compañero Ramón Bogado. Un joven, como cualquiera de nosotros, muy solidario y luchador. No era indiferente a la realidad y luchó por cambiarla. Reproducimos una nota a Gonzalo, su hermano, que nos cuenta sobre Fernando.
Gonzalo cuenta primero que “Soy del barrio de Rincón en Tigre, donde viví siempre. Mi hijo se llama Fernando y tiene 9 años. Trabajo en una empresa de distribución”.
—¿Cómo era Fernando?
—Fernando tenía 21 años y era un pibe muy bueno. El laburaba para una tercerizada que hacía cabinas de teléfono. Ganaba una miseria, con condiciones malísimas. Era el año 2000, estaba muy jodida la mano. Él salía de trabajar a las 5 de la tarde y se iba a colaborabar con el merendero que había en mi barrio, de la CCC. Era muy solidario. Organizaba los torneos de fútbol en el barrio y lo seguían mucho. También organizaba los picnics a La Plata (que hasta hoy vamos con mi hermano, mis tíos y mi viejo). Yo me acuerdo de eso.
—¿Cómo fue esa noche?
—Esa noche no fue a bailar, en ese momento se hacían los bailes de egresados en los clubes. Mi primo trabajaba de seguridad en el boliche y esa noche unos pibes que estaban drogados y borrachos, amenazaron a mi primo y le dijeron que cuando terminara el baile lo iban a agarrar.
Fernando le avisó a un policía y ellos no lo tomaron en serio, era normal para ellos… como nada. Terminó el baile, salimos todos juntos y caminamos unos 150 metros, estaba toda oscura la calle. Este grupo de unos 15 pibes se escondió y apareció entrando a disparar. Fernando venía con la novia, estaba con su bicicleta y se quedó a esperar que terminara el baile. Una de las balas le impactó a él. Yo salí primero en auto y cuando escuché los tiros, volvimos. Le podía haber tocado a cualquiera. Tiraron a mansalva, a mi primo le quitaron el bazo, estuvo un tiempo muy grave. Cuando llegué la gente estaba corriendo, fuimos a auxiliarlos. Otro amigo recibió un tiro en el brazo. Y Fernando quedó en el piso, a las 2 horas falleció.
—¿Quiénes fueron?
—Sabemos que esta gente estaba vinculada a la policía con drogas, robo automotor, prostitución, etc. Estaban arreglados con la cana. Tres estuvieron presos, les dieron condena de 14 años y por buena conducta salieron antes.
Hubo amenazas continuas a nuestros testigos, aprietes a la familia, etc. Fue difícil, pero declararon. En los barrios existen miles de casos en los que los culpables ni juzgados son. Así son las leyes en este país, el problema es allá arriba. Acá hubo mucha marcha y lucha de mi familia, los amigos y vecinos. Si no fuera también porque estuvo la CCC (organización en la que milita mi viejo) no hubiese sido lo mismo.
—¿Qué te dejó Fernando y cómo lo recordás?
—Lo que pasó nos pegó mucho. Fernando dejó un recuerdo imborrable, hasta ahora lo siguen recordando todos. Era muy solidario. Siempre nos preguntan por la familia y más. A él le impresionaba el hambre que había. Los chicos que iban al merendero, ahí estaba su merienda y cena a la vez, era muy duro en esos años.
En el velorio había pibes de todos lados, ahí me di cuenta de cómo lo querían. Me quedaron esos recuerdos, yo tenía 18 años y los domingos íbamos juntos a la cancha a ver a Boca, los bailes en los clubes y las peleas que teníamos (como cualquiera tiene… ¿no?) esas… son cosas que uno no se puede olvidar.
¡Mil gracias Gonzalo! Fernando siempre va a estar presente, porque él está y sigue con su familia y sus compañeros, en cada momento y en cada lucha, así siempre lo vamos a recordar y lo vamos tener presente… ¡Hasta la victoria siempre!