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19 de noviembre de 2014

Entrevistamos a la compañera Andrea Sandino en oportunidad de su participación en el Encuentro de Educadores de América del Sur y del Caribe, realizado recientemente en Buenos Aires.

“Los maestros somos los peor pagos en Colombia”

Andrea Sandino, dirigente docente de Nuevos Maestros por la Educación

Sandino comienza contándonos que es integrante de la corriente Nuevos Maestros por la Educación, “como parte del proyecto político por el Movimiento por la Defensa de los derechos del pueblo. Fuimos invitados para discutir la situación de los docentes y la defensa de la educación pública en América Latina y el Caribe”.
 

Sandino comienza contándonos que es integrante de la corriente Nuevos Maestros por la Educación, “como parte del proyecto político por el Movimiento por la Defensa de los derechos del pueblo. Fuimos invitados para discutir la situación de los docentes y la defensa de la educación pública en América Latina y el Caribe”.
 
—¿Cómo es la situación de los educadores en tu país?
—El panorama no es muy alentador como pasa en el resto de América Latina y el Caribe, ya que el gobierno colombiano encabezado por Juan Manuel Santos, desde hace veinte años viene profundizando el modelo neoliberal, donde la educación en este momento es el centro del debate, para construir un país como plataforma de inversión extranjera, en el cual la formación del capital humano ha sido el centro. Frente a los resultados de la OCDE (Organización para el desarrollo y crecimiento económico) de cómo la educación debe orientarse al control político e ideológico y definir la calidad a través del maestro. La Ocde ha trabajado en compañía de los empresarios en Colombia de cómo definir un modelo educativo, centrado en la evaluación y el control del maestro principalmente. Que lo que busca es hacer unas reformas educativas en las facultades de Educación, en el modelo educativo y en el estatuto docente que tenemos los maestros, y obviamente en la primera infancia, como en búsqueda de formar en los niños, sujetos acordes al capital, al capitalismo. 
Esto ha hecho que la educación pública esté en detrimento ya que se ha buscado privatizar, a través de entregarle a consorcios y empresarios la infraestructura y el dinero para que administren las instituciones educativas a través de currículos únicos; desprestigiar también al maestro y culpabilizarlo de toda la situación que pasa en las instituciones, como la drogadicción, las pandillas, los resultados académicos que no han sido favorables, los resultados de pruebas estandarizadas… Por eso han buscado una política que a través de la evaluación, se pueda controlar al maestro y definirle desde allí también su salario, dependiendo también de los resultados que tengan las instituciones, desconociendo los contextos escolares.
 
—¿Cómo es la relación de la educación estatal o pública con la privada? 
—Tenés bastantes diferencias, porque la educación para la elite de las clases dominantes, es una educación que tiene unas características completamente diferentes en infraestructura, número de estudiantes, el salario de los maestros, el tiempo que dedica, porque tienen jornadas únicas, tienen preparación en deportes, en artes. Mientras que la educación pública está para los sectores marginales. La clase media también tiene una educación, que es privada en su mayoría… ahorita la educación privada tiene mayor número de estudiantes, en todos los niveles, principalmente en la educación superior. 
En la educación superior, las universidades públicas son el 10% del total en Colombia. Incluso por eso la mayoría de los colombianos vienen a estudiar a Argentina y Brasil. Digamos que la educación media y la educación básica, yo pienso que están en un 50 y 50, porque en Colombia hay altos niveles de pobreza, sobre todo en las zonas marginales, los territorios alejados, los departamentos que han sido creados por el Estado, pues la única educación que se ofrece es la educación pública. En las ciudades hay una educación privada, donde las clases medias han accedido y obviamente la educación de elite también, en privados o en el exterior. Entonces, la educación de los pobres como que la han dejado al servicio público.
 
—¿Cuánto ganan los docentes y cuál es la relación con el costo de vida?
—Los maestros somos los profesionales peor pagos en Colombia. Digamos que tenemos un déficit de un 35% diferente a otro empleado estatal que ingrese de cualquier otra profesión. Ganamos un 35% menos. Eso ha hecho que la evaluación sea un condicionante para poder acceder a una mejor calidad de vida y a un mejor salario. Se nos hace una evaluación de competencias, anual, para medir los conocimientos que no son necesariamente disciplinarios sino de casos y a través de ese examen solamente un 20% por presupuesto puede ascender año a año. Uno asciende de categoría, año a año, se presenta a un examen. Si uno pasa ese examen puede dar clases a un nivel mejor. Entonces, uno tiene niveles y grados. Entonces uno hace una maestría, un doctorado, un perfeccionamiento, tiene que hacer el examen. Solamente para la educación básica. En la educación superior también hacen evaluación pero es por puntos, y eso ya tiene que ver con producción académica. La educación inicial está hecha principalmente por madres, hogares comunitarios, personal no profesionales. Llamamos educación inicial a la educación de 0 a 5 años, la segunda etapa es la educación básica, le sigue la educación secundaria, después la educación media y por último la educación superior. La media es como la transición entre la secundaria y la entrada en la universidad. Tiene un enfoque hacia lo técnico y lo tecnológico. En Colombia hay un sistema único educativo. Hay un Ministerio de Educación que da todos los parámetros, cada unidad territorial tiene una secretaría que es la que administra. Se crea un plan de educación durante un período de diez años que desembocan en unos planes sectoriales de educación, en donde cada entidad territorial desarrolla el plan general que plantea el ministerio.
 
—Contanos de las luchas de los docentes… 
—Digamos que el Magisterio es el sindicato más grande que tiene Colombia porque somos de los pocos empleados del Estado que todavía estamos organizados a través del sindicato. Pero digamos que el sindicato ha perdido credibilidad porque ha sido cooptado; una cooptación por parte del gobierno, ya que la disputa entre Juan Manuel Santos y Uribe hizo que muchos votaran por Santos pensando que era una salida por lo del conflicto armado de Colombia y una salida a la paz, y en esa medida, digamos que, han acompañado el proceso político de Juan Manuel Santos y han patrocinado o agenciado las políticas en educación. Digamos que hay una cooptación entonces al interior del sindicato, hay luchas, dentro de los sectores socialdemócratas, que son actualmente la mayoría quienes definen ese acompañamiento con Santos, mientras que otros sectores clasistas como el nuestro decimos que el sindicato tiene que ser totalmente ajeno a patrón, y por el contrario hacerle frente a las políticas neoliberales.
 
—¿Cuáles son los reclamos más importantes?
—Digamos que la evaluación está definiendo todo el sistema educativo a través de resultados, desconociendo los contextos escolares, las realidades en infraestructuras, la capacitación de los maestros y desconociendo todo el proceso de formación que también hacemos los maestros… en la cual la evaluación termina siendo un control político, ideológico, porque permite que el Ministerio, a través de pares externos, a través de diferentes fórmulas, puedan revisar qué tanto aplicamos las políticas neoliberales que se ven en el currículum a través de los estándares y las competencias, desmovilizando al maestro, quitándoles el papel como maestros de debatir, de construir colectivamente, de conocer las comunidades para volverse un operario de la educación que tiene que cumplir con requerimientos llenos de lineamientos que ya están dados. Digamos que ese es el problema de la evaluación.
 
—¿Además de tu función gremial, trabajás de docente? ¿Qué podés decir de lo que ves todos los días en clases?
—Sí, yo soy docente de la media, en Bogotá. Donde somos 32 mil maestros. Yo creo que hay un problema grave de despolitización del magisterio. Hay una despreocupación de los maestros frente a la educación pública. La búsqueda la ven como un oficio, una tarea, no como la posibilidad de pensarse o soñarse un mundo diferente y la escuela como un lugar donde se pueda debatir, se pueda generar conciencia crítica y demás… Yo creo en los jóvenes, creo que los jóvenes sí pueden pensarse, construir un mundo diferente, pero también los contextos en los que viven, el problema del narcotráfico, una sociedad que ha vivido de la violencia, del facilismo, necesitan una educación diferente a la que nos han dado.