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10 de diciembre de 2014

El 25 de noviembre sesionó la Legislatura de Chubut para tratar un proyecto de ley que prohibía la megaminería y el uso de tóxicos para la misma en todo el territorio chubutense. 

Una vez más, la esencia deja a un lado las apariencias

La política minera del kirchnerismo

Ese proyecto de ley llegó al recinto por iniciativa popular, es decir, se juntaron más de 13 mil firmas para avalar la aprobación de la ley. Pero ya en la Legislatura, los diputados kirchneristas desecharon el proyecto de ley avalado por el pueblo y aprobaron uno que no prohíbe la megaminería, sino que la suspende por 180 días.

Ese proyecto de ley llegó al recinto por iniciativa popular, es decir, se juntaron más de 13 mil firmas para avalar la aprobación de la ley. Pero ya en la Legislatura, los diputados kirchneristas desecharon el proyecto de ley avalado por el pueblo y aprobaron uno que no prohíbe la megaminería, sino que la suspende por 180 días.
Durante estos años siempre estuvo el debate sobre la política de este gobierno: Si esta década fue la década ganada o no; cómo se ganó la Asignación por Hijo, la ley de medios, la nacionalización del 51% de YPF… si el kirchnerismo es lo mejor dentro de lo que hay, o no; si las cosas que se hacen desde este Estado son lo máximo posible e ir por más en este momento sería descabellado, o no.
Durante la sesión en la Legislatura chubutense, el kirchnerismo tenía dos opciones: representar al pueblo, su lucha contra la megaminería y su iniciativa popular o representar a los monopolios mineros. Eligieron representar a los monopolios mineros imperialistas. Al punto tal de que uno de los diputados del FPV se estaba mensajeando durante la sesión con el gerente de Yamana Gold para modificar uno de los artículos.
Como hicieron con Chevron, el kirchnerismo volvió a elegir al imperialismo chino, yanqui, canadiense e inglés. Eligieron favorecer a una minoría buitre que viene chupándose nuestros recursos naturales y la guita del pueblo, a costa de la contaminación. Eligieron fortalecer la legislación minera del menemismo, que hace pagar sólo el 2% de regalías a las mineras extranjeras para enriquecer a los Estados imperialistas que son los mismos que son acreedores de nuestra deuda externa y a los que hoy este gobierno les sigue pidiendo plata para préstamos.
En definitiva, esa es la esencia de este gobierno que reconoce que esos monopolios la “juntaron con pala” (como dijo CFK) durante estos diez años, mientras el pueblo no llega a fin de mes por la inflación.
Frases que embellecen una apariencia, como “patria o buitres”, o lo de “nacional y popular” chocan con la realidad para dar paso a la verdad: los 10 años de kirchnerismo son “buitres sí, patria no” y “nada de nacional y popular”.
Como pasó después de que nos reprimieron afuera de la Legislatura de Neuquén cuando nos movilizamos contra el pacto con Chevron, otra vez digo y pienso, con bronca: que no me digan que este gobierno es lo menos peor, si representan a lo peor de lo peor. Que no me digan que hay que bancar al kirchnerismo para no volver a los 90 si siguen defendiendo y aplicando la política de Menem. Lo que tampoco quiero que me digan más es que no hay otra cosa posible, porque parece que lo posible es entregar todo al imperialismo.
Pero qué me van a decir que no hay otra cosa posible, si somos muchos y muchas los protagonistas de la lucha popular en Esquel contra la megaminería y una empresa extranjera, que no sólo frenó un proyecto minero que prácticamente estaba inaugurado, sino que derivó en cientos de luchas contra la megaminería en todo el país y también en este proyecto de iniciativa popular. Que sí existen otros candidatos y propuestas electorales (que obviamente no son ni Massa, ni Scioli, ni Macri, ni Carrió) que pueden realmente ser expresión de los sectores populares y que propongan otro gobierno, para otro país, con verdadera soberanía nacional y sin contaminación ni saqueo.
Si un pueblo como Esquel se levanta contra un monopolio minero extranjero y con la lucha logra vencerlo, es porque existe otra cosa necesaria y posible de lograr.