Gracias a esta movida obrera el Ministerio de Trabajo de la Nación llamó a conciliación a las partes y por ahora no se efectivizó el cierre de la planta de Santa Lucía. Una empresa, Cibasa propiedad del empresario K Enrique Ruffo, negocia por adquirir la fábrica en las mejores condiciones para ellos con lo cual no está garantizada la permanencia de la actual planta de empleados, mientras que los antiguos propietarios se niegan a pagar indemnizaciones para retirarse.
Los trabajadores en asamblea decidieron aceptar la propuesta de continuidad de Ruffo por 216 votos contra 169 que prefiere negociar por la indemnización. Sin embargo la negociación continúa en el ámbito del Ministerio de Trabajo y los obreros siguen en estado de alerta y movilización.
Esta problemática que estalló en una de las empresas más grandes por su número de operarios que hay en la provincia, obligó al gobierno provincial a tomar cartas en el asunto a través de funcionarios de la Secretaría de Trabajo y del Ministerio de la Producción, con la intención de calmar los ánimos pero sin propuestas concretas para conservar la fuente laboral.
Este problema viene siendo denunciado por los compañeros de la CCC desde principios del 2014 cuando los despidos en la industria del vestido y las empresas proveedoras de la minería presagiaban el comienzo de una crisis en el mercado laboral. Cuando fue el despido del compañero José Vega de la empresa TOP San Juan, la CCC se entrevistó con el ministro de la producción, Marcelo Alos y le manifestaron la preocupación por la pérdida de puestos de trabajo. Lamentablemente esta situación tiene una escalada en su intensidad con el anuncio de cierre de Delphi que se suma al cierre de la textil Orion, la química Valot, los despidos en Mariana y en Zucamor.
El gobernador Gioja consciente de la problemática apuró su regreso al ruedo, luego de la intervención quirúrgica a la que fue sometido para evitar que el conflicto adquiera ribetes mayores. Lo cierto es que su política agrominera exportadora no pudo resolver el problema ocupacional en San Juan y nos encontramos que no hay fuentes de trabajo que puedan absorber mano de obra calificada que queda cesante por el cierre de empresas. El parate de la industria automotriz en el país y fundamentalmente en Brasil que fueron el sostén del repunte industrial de los últimos 10 años, vuelve a poner en rojo los números de la desocupación, y demuestra lo endeble del modelo K compartido en su esencia por el gobernador de San Juan.