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11 de febrero de 2015

A comienzos de febrero, compañeros desocupados de la CCC de Posadas, realizaron un acampe de tres días, en reclamo por los certificados de avance (obra cumplida) de dos barrios con un total de 46 viviendas. 

Acampe de los desocupados de la CCC de Misiones

La trampa de la “economía social” K

Por el acampe pasaron cientos de compañeros y se recibió la solidaridad efectiva del CTA y ATE. Una noche hubo provocaciones parapoliciales con un supuesto borracho que intentó atropellar la carpa en la calle con su vehículo. Llamada la policía, la respuesta fue: “abandonen el acampe, no podemos hacer nada”. 

Por el acampe pasaron cientos de compañeros y se recibió la solidaridad efectiva del CTA y ATE. Una noche hubo provocaciones parapoliciales con un supuesto borracho que intentó atropellar la carpa en la calle con su vehículo. Llamada la policía, la respuesta fue: “abandonen el acampe, no podemos hacer nada”. 
Finalmente el viernes 6 de febrero fueron recibidos por el presidente del Instituto de Vivienda Santiago Ros, con la noticia de que un certificado de poco más de 1 millón de pesos estaba depositado y el restante vendría la próxima semana. Es una demostración más de la trampa de la llamada “economía social” o “tercer sector” por los funcionarios que hablan de la “inclusión. 
El contrato de viviendas tiene el presupuesto del mes de marzo del 2014, se firmó en setiembre y comenzó entre ese mes y octubre por la demora del municipio en acondicionar los terrenos. 
Se trabaja con Cooperativa de Trabajo pero es una mentira de que está exenta de tributos pues, debe pagar Rentas provincial y hacer engorrosos trámites para sortear un 10% del IVA y ganancias. Pagás, y luego te “acreditan” para próximas deudas. Hecha la certificación de todas las casas por etapa, se demora 30 días como mínimo en que la Nación (De Vido) deposite el importe a la provincia y luego de otro trámite de varios días se deposite en la cuenta de la Cooperativa. En resumen, el contrato que especifica 5 meses termina por su propia mecánica en por lo menos 8 o 9 meses. Claro que en ese lapso no se actualizan los importes de materiales ni de mano de obra: para el gobierno no hay inflación. 
En todo ese lapso hay que pagar los gastos administrativos, el contador, presentar balances necesarios, el técnico (su sueldo está para sólo 4-5 meses). Y, en el medio, soportar los meses sin trabajo con el sueldo estipulado. 
 
Buscan enfrentar a los compañeros
Una parte de los compañeros tiene que hacer changas; las mujeres tienen más dificultades; los oficiales más experimentados buscan otro trabajo; hay que pagar serenos todo el día para evitar el robo de materiales y las provocaciones que no faltan durante casi 10 meses pues recién allí, con jugosos viáticos e informes, la Nación recibe la obra. “Bueno, ustedes ahora son empresarios”, nos repiten los funcionarios todos los días. “Quieren ganar más, sean vivos, hagan como las otras cooperativas (las que el oficialismo regentea con sus punteros) en vez de 4 trabajadores por casa, trabajen con dos”. Así flor de empresarios de la “economía social kirchnerista” terminamos siendo. 
A todas estas situaciones te empuja la política K –ellos que son “inclusivos” y muy generosos– terminan creando una serie de contradicciones entre los compañeros ante la difícil situación que vivimos. Los compañeros terminan viendo como enemigos o contrincantes a sus propios compañeros, delegados, etc. Corren los rumores, “la plata está, pero se gastó en otra cosa”, etc.  
 
Hacia el plenario de Salta
Por tanto hay que reforzar los cuidados y encontrar los métodos y elementos para que todos los compañeros conozcan y tomen las decisiones sobre las compras, gastos y la administración en general. Manejarse con delegados de cada sector, asambleas permanentes, rendiciones periódicas (semanales es lo mejor) y, en lo posible, manejo bancario para todos los pagos y así evitar el manejo de plata en efectivo por los peligros y problemas que ello trae. Y unir a todos para enfrentar al verdadero enemigo que es la política oficial que quiere con su “verso” social entramparnos cada vez más. 
Triunfamos ahora, demostramos que somos capaces de construir y administrar (aun cuando todavía tengamos errores) pero no somos Schocklender (de la Fundación de las Madres de Plaza de Mayo) que estafó por millones con plata adelantada para construir las casas que ahora nosotros estamos haciendo y sufriendo en Misiones. Denunciamos por los medios: los estafadores como Schocklender son premiados, los que trabajamos somos castigados. Tenemos que empujar en la CCC, frente al gobierno nacional y provincial, una política y acciones conjuntas para no aceptar más este tipo de contratos leoninos. Será tarea para discutir y decidir en el Plenario Nacional de Salta.