Sobre este tema, Lenin recomienda a los verdaderos comunistas que no sean oportunistas ni arribistas. Que lancen sus consignas y, con ayuda de la gente del pueblo, extiendan y distribuyan volantes y recorran las viviendas de los obreros y de los campesinos; que hablen con lenguaje sencillo (…). “No corran, por nada del mundo, tras un ‘lugarcito’ en los escaños del parlamento, despierten en todas partes el pensamiento… cojan a la burguesía por la palabra, utilicen el aparato creado por ella, las elecciones creadas por ella …den a conocer el bolchevismo como nunca habían tenido ocasión de hacerlo (…)”
V. I. Lenin: La enfermedad infantil del “izquierdismo” en el comunismo. 1920.