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25 de febrero de 2015

Mientras Cristina Kirchner decía en su viaje a China que la Argentina tiene capacidad para alimentar a 400 millones de personas, nuestros niños en distintos lugares del país mueren por desnutrición.

Muertes por desnutrición

¿Década ganada?

 

Néstor Femenía, un niño qom de 7 años, Villa Bermejito, Chaco,  murió  por desnutrición y tuberculosis el 6 de enero de este año. Pesaba 20 kilos.  Diagnóstico oficial de su muerte: “por enfermedad”.  

 

Néstor Femenía, un niño qom de 7 años, Villa Bermejito, Chaco,  murió  por desnutrición y tuberculosis el 6 de enero de este año. Pesaba 20 kilos.  Diagnóstico oficial de su muerte: “por enfermedad”.  

En Pichinal, Salta, una niña de 11 meses, falleció el 11 de agosto de 2014, por cuadro de “desnutrición grado 2”. Su peso era de 5 kilos y la altura de 63 centímetros. Y un niño de 8 meses, murió el 5 de setiembre de 2014, por “desnutrición grado 1” y la autopsia reveló que presentaba un cuadro “moderadamente desnutrido para su edad”, ya que cuando falleció pesaba 7 kilos y medía 67 cm.

En Morillo, Salta, en enero de este año, murió  un bebé de nueve meses, Alan Mijael Villena, de la etnia wichi,  por un cuadro de “diarrea y deshidratación por desnutrición”.  Y un bebé de un año, también wichi, falleció, por un cuadro de “desnutrición grado dos o severa”.

También en Salta, un niño de 9 meses murió el 1 de febrero de 2015, con un cuadro de desnutrición en Colonia de Santa Rosa. El parte médico emitido sobre la causa del fallecimiento afirmó que la muerte se produjo por “diarrea y deshidratación por desnutrición”. 

Dos niños de un pueblo originario de Misiones fueron internados el 27 de enero de este año en el hospital Provincial de Pediatría, por un cuadro de diarrea y desnutrición severa, confirmaron funcionarios del Ministerio de Salud Pública provincial.

 

 

No hace falta ir a al Chaco o a Salta o a Misiones para ver la desnutrición, y la tuberculosis que es la enfermedad del hambre.

¿Cómo hablar de “década ganada” si mueren en nuestro país chicos por desnutrición?

Conocemos estas muertes mediatizadas, ¿pero cuántos niños argentinos mueren por este flagelo? Con los datos truchos  del INDEK se oculta a los pobres, mienten al decir que hay alimentación y salud.

Y ni qué hablar de las declaraciones de funcionarios del gobierno: el jefe de gabinete Capitanich frente a la muerte del niño qom chaqueño expresó que “se trata de un hecho aislado y que a su vez es un hecho lamentable. Se produjo en un contexto ambiental y social determinado". ¿Desconoce el ex gobernador del Chaco la situación de gravedad social de la provincia que  tiene como antecedente un amparo ratificado por el Superior Tribunal de Justicia, que ordenó al Gobierno del Chaco garantizar los derechos de los pueblos originarios? El gobernador salteño, Juan Manuel Urtubey del FpV en declaraciones a los medios ante la muerte de estos niños tuvo que admitir que “la desnutrición infantil existe en Salta y todavía nos sigue golpeando”. Y responsabilizó de este flagelo a la cultura de los originarios wichi: “son nómades”, “hay una enorme creencia en lo que es la medicina alternativa”. Y confirmó lo que no solo pasa en Salta: “tenemos comunidades que no tienen agua potable”.

 

La salud de la población, en especial de nuestros niños, está atada  a la provisión de agua potable, viviendas adecuadas, medio ambiente saludable, ingresos del grupo familiar que cubra la canasta básica de alimentos. Todas necesidades que hoy no están cubiertas para la parte más vulnerable de la población.

 

Cuando en nuestro país en los primeros días de enero fue noticia el record de recaudación de AFIP, la denuncia del lavado de dinero a empresas ligadas al gobierno, Cristina K dijo en China que la Argentina tiene capacidad para alimentar a 400 millones de personas, podríamos decirle a la Señora presidente y a los gobernadores: cuando un niño tiene hambre, el remedio es sencillo: comida!!, porque la comida es el correlato de la salud.

 

Con la continuidad de esta política de profundización de la dependencia, hambre y entrega no será posible resolver las necesidades más urgentes de la población e impedir que nuestros niños se sigan muriendo de hambre.