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10 de marzo de 2015

Se sostiene el paro docente en varias provincias. El gobierno kirchnerista está más preocupado por pasarse facturas con otros sectores de las clases dominantes que por los miles de inundados y los bosques incendiados. Con la lucha y el Frente Popular unimos fuerzas para avanzar.

Hace falta un paro nacional

Hora Política Hoy 1559

1. La disputa interimperialista

1. La disputa interimperialista

La denuncia contra el gobierno y la muerte dudosa del fiscal Nisman sacó a la luz la profundidad de la disputa interimperialista que desde hace décadas sacude a la Argentina. Para entender el “caso Nisman” es necesario rastrear el pasado, y llegar al misil Cóndor 2, para encontrar el hecho desencadenante de una historia que incluye a las víctimas de la Embajada de Israel, la AMIA, y otras “muertes”, fuera y dentro del país, de las que no se habla. Ver nota de Otto Vargas, hoy 1558, pág. 3.

El período de las dictaduras de 1966 a 1973 estuvo marcado por la disputa de la hegemonía yanqui, con Onganía y Levingston, y la irrupción de otra superpotencia, con Lanusse: el socialimperialismo ruso, en el que la burguesía que había restaurado el capitalismo ocultaba al nuevo Estado capitalista con una máscara socialista (fascista en lo interno e imperialista hacia fuera). La piedra del escándalo de esta disputa fue la adjudicación del monopolio del aluminio, por Levingston, a la Kaiser yanqui, como último acto de su turno dictatorial; y la anulación de esa adjudicación como primer acto del turno de Lanusse, seguido de la entrega de ese monopolio al grupo Madanes Quintanilla – Gelbard, que integraba lo que por entonces llamaban “la multinacional rusa”.

Digamos de paso que una de las primeras obras de Néstor K fue la conexión eléctrica de Choele Choel a Puerto Madryn, que pagó el Estado, para que Aluar duplicara su producción.

Luego de la restauración del capitalismo en China, en 1978, y el colapso de la Unión Soviética, el mundo cambió: se unificó el mercado mundial capitalista, Estados Unidos emergió como la única superpotencia, decretó “el fin de la historia”, y se arrasaron con conquistas históricas de los trabajadores, los pueblos y las naciones oprimidas. Menem, como tantos otros (como los Kirchner años después), consideró que había que adaptarse al nuevo mundo. Estableció “relaciones carnales” con los yanquis, sumó a la Argentina como aliado de la OTAN (la organización militar de Occidente) enviando un barco a la Guerra del Golfo, a partir de lo cual aplicó la teoría de “la diversificación de la dependencia”, y privatizó las empresas estatales a manos de varios imperialismos.

 

2. De Menem y el Cóndor a Nisman

La disputa por el petróleo del Medio Oriente y otros países árabes fue y seguirá siendo feroz. Sobre la base de diferencias religiosas, étnicas y políticas, actúan todos los imperialismos, y alientan guerras sangrientas.

Menem había recibido financiación para su campaña electoral de Libia, Siria e Irán. El apoyo de esos países tuvo que ver con la promesa de Menem de un gobierno nacionalista, que heredaba dos elementos muy codiciados: un importante desarrollo tecnológico atómico, y el misil Cóndor 2, que había sido probado, con eficacia, a una distancia de 1.000 kilómetros. Irán, sobre todo, había puesto plata para ese proyecto, y aspiraba avanzar en lo atómico. Menem cedió a los yanquis: destruyó el Cóndor 2 y bloqueó la venta de un reactor atómico a Irán. Esa traición menemista está en la base de los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA, y probablemente, en el ahora comprobado asesinato del hijo de Menem.

Cuando el kirchnerismo llegó al gobierno mantuvo con los Estados Unidos acuerdos antiterroristas, y por presión yanqui impuso la ley antiterrorista. También, apoyó “la pista iraní” sobre los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA, traída a la Argentina por agentes de la CIA y el Mossad israelí, servicios con los que tenía estrecha relación el real jefe de la SIDE kirchnerista, Stiusso. Y Néstor K puso al frente de la investigación a Nisman, un hombre de estrechas relaciones con Estados Unidos.

Cristina K cambió. Negoció con Irán el acuerdo que abría la puerta al levantamiento de las capturas internacionales a los iraníes involucrados en “la pista iraní”. Acusó a Obama, en la cara, de terrorista, en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y dijo en un discurso: “si me pasa algo miren hacia el norte”. Con esta nueva orientación, la presidenta avanzó en acuerdos que profundizaron la relación con China en lo que ella y el presidente chino llamaron “una alianza estratégica integral”, y con Rusia avanzó en “una alianza estratégica”.

Además de los acuerdos con China sobre inversiones en obras públicas, financieros, atómicos y de otros rubros, se acordó instalar una base militar china en Neuquén. Nunca se entregó una base militar a una potencia extranjera. Esa base puede hacer un seguimiento estratégico de la base inglesa en Malvinas, la más importante de la OTAN en el Atlántico Sur, clave para el dominio de ese océano y los pasos interoceánicos. Por algo el nuevo embajador yanqui dijo de los convenios con China: “Esun tema que seguimos muy de cerca, sabemos que para el gobierno argentino es muy importante”. Además, Cristina K le entregó el dispositivo antártico argentino a Rusia, con lo que también le abrió la puerta a este imperialismo en el Atlántico Sur y la Antártida.

¿Es casualidad que la denuncia y la muerte dudosa de Nisman se produzcan cuando Cristina K profundiza “la alianza estratégica integral” con China y “la alianza estratégica” con Rusia? Nadie es tan ingenuo como para no ver esto.

 

3. Un gran movimiento contra los acuerdos

La denuncia y la muerte dudosa de Nisman acorralaron a Cristina K, hasta que el fallo favorable del juez Rafecas le permitió respirar, hacer el acto y pronunciar el discurso del 1/3.

Sin embargo, la situación de fondo no cambió. Hay mucha bronca, y crece el odio en sectores de las masas. El 70% del pueblo está en contra del gobierno. Con el resto, el kirchnerismo, que va a conservar una elevada cantidad de diputados y senadores, puede ser la principal fuerza política después de las elecciones, si pasa a ser oposición de un nuevo gobierno al que le deje “paquetes” armados y una grave situación económica y social.

Es clave hoy, y hacia delante, la lucha contra los convenios entreguistas, frente al embellecimiento de los imperialismos chino y ruso que hace el gobierno, el apoyo a esos convenios por parte de Macri y Massa, y el silencio de otros candidatos.

Por eso, es necesario desnudar el carácter antiobrero y antinacional de esos convenios (ver pág. 3, Gracias Cristina). Explicar los sufrimientos que van a provocar al pueblo con la pérdida de decenas de miles de puestos de trabajo de obreros, técnicos y profesionales; y cómo van a arruinar ramas enteras de la industria nacional. Desenmascarar que esos acuerdos vienen con mano de obra y legislación china, con inversiones que son préstamos con intereses leoninos que se duplican con los “seguros”. Es necesario exigir la publicidad de los acuerdos y las cláusulas secretas, como las que liquidan la industria naval nacional. Y condenar la base militar china y la entrega del aparato antártico a Rusia, que nos hacen parte del dispositivo estratégico de esas potencias imperialistas, lo que va a traer sangre, como ya se vio con las relaciones carnales de Menem con los yanquis.

Es necesario desarrollar un amplísimo movimiento de lucha contra los acuerdos con China, con las fuerzas obreras, campesinas, populares, organizaciones sociales y políticas. El PTP y el PCR, las fuerzas clasistas y antiimperialistas, tenemos en esto una tarea de honor. Como hicimos con Bush y el ALCA en Mar del Plata, como hacemos cada 2 de abril por Malvinas y en el 30 aniversario frente a la embajada inglesa, como enfrentamos el acuerdo con la Chevron junto a los mapuches y el pueblo neuquino, como la multisectorial chaqueña que frenó la instalación de una base yanqui en la provincia y la rionegrina que impidió la entrega de 320.000 hectáreas a capitales chinos, como en la jornada del 4/3 con movilizaciones y acuerdos multisectoriales en Capital Federal, en Rosario, Tucumán, Jujuy y muchas otras provincias.

 

4. La Argentina real

La situación política se va a tensar mucho y de diversas formas. Hay que seguir atentamente lo que suceda con el caso Nisman. Hay robos de armamentos militares: 26.000 balas (otros dicen 100.000), un misil, 120 fusiles FAL (¿o 1.000?). Hay grupos que se están preparando. Se dice que el gobierno se prepara para resistir embestidas en agosto, octubre y diciembre.

La situación económica es muy grave. Llevamos 18 meses de recesión en la industria. La automotriz es la más castigada: la presidenta dijo que no había despidos en los días que cerraba Perdriel, la histórica matricería de la Renault. Cayeron las exportaciones de peras, manzanas, uva, limón, frutas en conserva, aceite de oliva, etc. Están en crisis los pequeños y medianos productores tamberos, laneros y demás producciones regionales. Cayó el precio de la soja. También cayó el petróleo, lo que nos beneficia por ser importadores, pero cerró la perspectiva de explotación de Vaca Muerta: Sinopec despidió a 120 trabajadores, San Antonio a 200, la Chevron paralizó sus inversiones y frenaron las suyas Sinopec y Total. Circula un plan de 7.000 despidos en las empresas petroleras y los trabajadores se preparan para ocupar las plantas si ese plan se ejecuta.

El gobierno K va a dejar de herencia un déficit fiscal del 6% del producto bruto interno, y una alta emisión de dinero para financiar ese déficit. Reconoce que va a dejar una deuda (sumados dólares y pesos) de 253.000 millones de dólares, es un 49% mayor que la del 2001. Pero esa deuda es mucho mayor porque no cuentan los juicios ganados por los jubilados, ni los intereses de la deuda, ni las deudas de las provincias, los municipios y las empresas estatales. En total, la deuda fiscal ronda los 400.000 millones de dólares. Por eso se aferran al robo del impuesto al salario (mal llamado ganancias), y al IVA.

 

5. Paro nacional y Frente Popular

Las fuerzas populares y revolucionarias se enfrentan a tareas muy grandes.

Continúan las grandes luchas de los docentes y estatales, entre muchas otras. Trabajamos para encabezar las luchas, multiplicar las multisectoriales, y unir al movimiento obrero, campesino y popular en un paro nacional activo de 36 horas, multisectorial. Con ese objetivo es posible avanzar con iniciativas como la jornada nacional convocada por la CTA, la CCC y otras organizaciones para el 17/3, para sumar fuerzas hacia el paro convocado por la Federación del Transporte el 31/3, que puede transformarse en un paro nacional con la combatividad necesaria para pegar duro a la política K de ajuste y entrega.

Al mismo tiempo, trabajamos para completar la campaña por la personería del PTP en todos los lugares donde no se llegó. Y trabajamos para organizar las juntas, mesas o comités del Frente Popular en cada provincia, municipio, empresa, barrio, facultad, colegio o zona agraria. Para hacer conocer el Frente Popular por las masas, sus candidatos, su programa y sus propuestas para dar vuelta la tortilla en la Argentina.

El primer objetivo político son las elecciones anticipadas que arrancan en Salta el 12/4, y siguen con Santa Fe, Neuquén, Capital Federal y Chaco, que irán tiñendo la situación hacia la segunda boya, las PASO nacionales del 9 de agosto.

Donde se tomó con firmeza el trabajo por la personería del PTP, la construcción del Frente Popular y el fortalecimiento del PCR, se dieron saltos y se avanzó de manera importante. Vienen momentos difíciles que exigen multiplicar las fuerzas y producir los cambios necesarios para estar a la altura de la situación, y usar la pintada y el volante y también los medios modernos de comunicación.

La situación es única. Si las fuerzas populares y revolucionarias se vuelcan activamente a las masas, con el paro nacional activo y con el Frente Popular, vamos a crecer, ganar nuevos aliados, abrir relaciones, y avanzar en todos los lugares necesarios para el camino liberador.

Al salir esta edición de hoy se habrá realizado la jornada nacional por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, la primera gran cita de la agenda de lucha.

 

Recuadros

¿Gracias Cristina?

 

Las exigencias que impuso China en los acuerdos ferroviarios muestran bien quién manda y quién concede, quién se beneficia y quién pierde. Vale el ejemplo de los durmientes.

China impuso la exigencia de que la Argentina importara 2.700.000 durmientes sobre los que se apoyan las vías del ferrocarril. En la Argentina hay 5 fabricas de durmientes. Una de ellas, en Córdoba, tiene 80 obreros y puede producir 240.000 durmientes por año. Otra, en Mar del Plata, tiene 75 trabajadores y puede fabricar 375.000 durmientes por año. Estas 5 empresas, que suman alrededor de 400 trabajadores están en condiciones de fabricar los 2.700.000 durmientes en dos años. Quiere decir que, al importarlos de China se las dejará sin trabajo, provocando la pérdida de 400 puestos de trabajo por dos años.

Tenemos todos los insumos y el transporte para fabricar el hormigón pretensado para abastecer a las fábricas de durmientes argentinas, lo que produciría puestos de trabajo en la minería, las cementeras, el transporte, etc. ¿Cuántos puestos de trabajo se pierden al traerlos hechos en China?

Los tornillos y planchuelas que ajustan la vía al durmiente son de hierro. La mina de hierro de Sierra Grande fue entregada a capitales chinos que se llevan todo el mineral en bruto con enormes beneficios fiscales: no ingresan las divisas de lo que exportan, no se les puede aumentar los impuestos, no paga el impuesto al cheque, lo que declare como “exploración” se le descuenta de ganancias, le reintegran el IVA, y pagan un miserable 3% de regalías. Se llevan el hierro regalado y nos lo traen como tornillos y planchuelas a precio de oro. ¿Cuántos puestos de trabajo se pierden por haber entregado la mina y aceptar que hasta los tornillos vengan de China?

Los durmientes importados de China cuestan 249 millones de dólares (más los intereses y los seguros). Los durmientes fabricados en la Argentina son de un 30 a un 35% más baratos que los importados de China, y más baratos todavía si se cuentan los intereses del 8% y los seguros del 7% que cobran los bancos chinos. Además, los fabricados en la Argentina se pagan en pesos, y los importados de China se pagan en dólares, agrandando la bola de nieve de la deuda que termina siendo pagada con los impuestos que paga todo el pueblo.

A este pequeño ejemplo de los durmientes hay que agregarle las represas, acueductos, usinas atómicas, ferrocarriles, barcos y demás productos pactados por el gobierno K y China, se podrá tener una idea de los cientos de miles de puestos de trabajo que pierden los trabajadores, los técnicos y los profesionales, la parálisis o quiebra de sectores de la industria nacional, y los miles de millones de dólares que el pueblo tendrá que pagar con sudor y lágrimas al imperialismo que tanto admira Cristina K.