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26 de marzo de 2015

El trabajo en negro

7,3 millones de precarizados

 En su discurso del 1 de marzo, la presidenta Cristina Fernández dijo, referido al tercer trimestre de 2014, que “la tasa de trabajo no registrado se redujo al 33,6%”, presentando ese porcentaje como un gran logro del modelo, por supuesto en relación a 2003. Pero no dio cifras absolutas, porque la disminución de ese porcentaje resultó en el tercer trimestre de 2014 de una mayor caída en la ocupación de los trabajadores no registrados en relación a los registrados.
Si hubiera dado las cifras sabríamos que ese porcentaje significa algo más de 4 millones de trabajadores en negro, a los que si se suman los cuentapropistas no registrados la porción de empleos en negro llega a 42%, lo que representa algo más que 7 millones de trabajadores.
La semana pasada se conoció el resultado de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del cuarto trimestre de 2014, que estimó que los asalariados sin descuento jubilatorio representaron un 34,3 por ciento. En el mismo período de 2013, el porcentaje era de 33,5 por ciento, o sea casi un punto menos que en 2014. Esto quiere decir que a fines de 2014 había 4,2 millones de trabajos informales, que con los cuentapropistas en las mismas condiciones suman 7,3 millones de trabajadores. Pero lo que más impresiona es el completo estancamiento en la mejora de los números oficiales desde 2009. Por caso, ese año había 4,1 millones de trabajadores informales. Hoy hay unos 100.000 más que entonces. Es más, la tasa de informalidad del Indec en la actualidad es similar a la que tenía la Argentina en 1996.
De acuerdo con los datos oficiales, las cifras del empleo precario asalariado se disparan en el NOA (42,8%) y NEA (40,7%), mientras bajan en la región Patagónica (20,2%). En el Gran Buenos Aires avanza hasta 38,2 por ciento.