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08 de abril de 2015

¡Asesinos!

GENERAL MOTORS

De la puerta de un baño de la Planta de Alvear de General Motors, copiamos una carta escrita por la familia de un compañero de una tercerizada de GM, quemado vivo cuando manejaba un tambor de thinner. En medio del silencio de la empresa y el sindicato.
Los monopolios no solo extraen plusvalía, sino que chupan como vampiros la propia sangre de la clase obrera. Los dirigentes sindicales que callan, quedan manchados por esa sangre.

De la puerta de un baño de la Planta de Alvear de General Motors, copiamos una carta escrita por la familia de un compañero de una tercerizada de GM, quemado vivo cuando manejaba un tambor de thinner. En medio del silencio de la empresa y el sindicato.
Los monopolios no solo extraen plusvalía, sino que chupan como vampiros la propia sangre de la clase obrera. Los dirigentes sindicales que callan, quedan manchados por esa sangre.
“Estimados compañeros:
Nos dirigimos a ustedes con el ánimo de agradecerles profundamente la colecta que han organizado y llevado a cabo, a cada uno de ustedes que colaboraron, sacando de su bolsillo lo que se ganan diariamente para el sustento de sus familias. En una situación impensada para nosotros, tener que atravesar por tan tristes y difíciles momentos, lo único que pensamos, es que hubiera dicho o pensado él, ante este gesto de compañerismo de parte de ustedes. Los apreciaba demasiado, él seguramente está viendo desde algún lugar todo esto, y les va a compensar tanta solidaridad.
Nunca imaginamos tanto compañerismo, aprecio que generó mi marido, tantas palabras de elogio a su persona estos días “gran persona”, “responsable”, “trabajador”, ”educado” queriendo terminar su trabajo como correspondía. Ojalá que se cumplan los derechos y no haya más injusticias de este tipo que destroza familias enteras.
Esta familia debe seguir adelante, mis hijos con sus estudios y futuro, para alcanzar las metas que Leo tanto anhelaba para ellos y trabajaba tan duro como cada trabajador hoy en día. Ustedes nos están ayudando a darnos un envión para pensar en lo que viene y a lo que hay que sobrevivir. No nos quedan más palabras de agradecimiento, aprecio y amor hacia ustedes, compañeros que estuvieron siempre presentes, en todo momento.
Gracias, gracias, gracias”. 
Para Jaime Ardile, presidente de General Motors para Sudamérica, el mayor problema es la devaluación del real en Brasil. (La Nación 5 de abril del 2015)