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15 de abril de 2015

Las ganancias del sector financiero

Principales beneficiarios del ajuste inflacionario

La devaluación y el aumento de las tasas de interés que inauguraron el año 2014, con el hachazo a los salarios y la caída de la actividad productiva, tiene sus ganadores.

La devaluación y el aumento de las tasas de interés que inauguraron el año 2014, con el hachazo a los salarios y la caída de la actividad productiva, tiene sus ganadores.
Durante 2014 el sistema bancario obtuvo ganancias de $46.000 millones, superiores en un 58% a las de 2013.  La rentabilidad financiera fue una de las más altas de “la década ganada”, en un año de estancamiento de la actividad económica, reducción de los ingresos de las grandes mayorías por la inflación y ajuste del consumo privado.
Del informe del Banco Central al respecto, surge que la mayor parte de las ganancias del sector ya no provino de la intermediación financiera ni del cobro de comisiones por servicios, sino de la renta cobrada por sus tenencias de deuda pública, en especial, la emitida por el Banco Central.
El primer envión de las superganancias del sector lo recibieron los grandes bancos que disponían de dólares, con la devaluación de enero de 2014 que superó el 22%. Sólo en ese mes, el diferencial de cotización le generó a los bancos una ganancia de $9.737 millones. A partir de ahí, su rentabilidad pasó a estar sostenida por las inversiones en títulos, especialmente las Letras del Banco Central, que les reportaron intereses por $44.350 millones, más de dos veces la renta obtenida por esta misma inversión un año antes.
Esto es producto de la bicicleta financiera que se inauguró junto a la devaluación de enero, al duplicar las tasas de interés que paga el Banco Central, en las Letras (títulos de deuda) que renueva y amplía cada semana, para quitar de circulación los pesos que emite de más para financiar el gasto público corrupto creciente.
El negocio surge de ese festival de bonos al que se ve obligado el Banco Central, al supeditar el manejo de la política monetaria a las necesidades financieras del gobierno. En resumen: para paliar el creciente déficit fiscal corrupto, el Banco Central emite y luego absorbe parte del mismo dinero pagando tasas de interés promedio que van del 26,3 al 30% anual. De ahí se deriva el llamado déficit cuasifiscal del Banco Central: le presta al gobierno sin interés y paga a la intermediación financiera una cifra que ya supera los $90.000 millones al año en intereses (equivalente a 10.000 millones de dólares al cambio oficial) para retirar de la circulación lo que le da al Gobierno sin cobrar.