El lunes 6, un importante número de veteranos somiseros, representando a un número mayor de afectados, cansados de promesas, versos y ninguneo, se plantaron frente a la oficina local de la Anses -que dirige un joven de La Campora-, porque hace un año y medio -o más-se retiraron de la fábrica y no han cobrado todavía la jubilación.
El lunes 6, un importante número de veteranos somiseros, representando a un número mayor de afectados, cansados de promesas, versos y ninguneo, se plantaron frente a la oficina local de la Anses -que dirige un joven de La Campora-, porque hace un año y medio -o más-se retiraron de la fábrica y no han cobrado todavía la jubilación.
La raíz del conflicto es una caprichosa y malintencionada interpretación de una serie de requisitos particulares referidos a las condiciones de la jubilación, si les corresponde categorías, si están o no homologadas por el Ministerio de Trabajo, etcétera.
Tras varios encuentros y promesas fallidas de Diego Bossio, llegó el momento de actuar. Los compañeros veteranos subsisten con ahorros o con alguna changa . Muchos compañeros que están en condiciones de retirarse y jubilarse continúan prestando servicios por temor a, en caso de hacerlo, correr la misma suerte.
Muchos afectados apelaron con abogados, y otros, como esta decena de curtidos compañeros, a la lucha. Se plantaron frente a la Anses, con varias carpas, parrilla para cocinar y para el mate, con una periódica quema de gomas que aterroriza a los camporistas administradores de la Anses cuya dueña, como todo el mundo sabe, parece ser la señora Cristina Fernandez de Kirchner.
En los últimos días de la semana pasada comenzaron a aparecer soluciones. Día a día se suman a la lista los nombres de compañeros cuya situación se ha ido resolviendo. La lucha vuelve a mostrar, una vez más, que es un camino de triunfo. La UOM, fiel a la conducta que le ha imprimido siempre el brunelismo, ausente sin aviso.
