Al momento de triunfar la revolución bolchevique en octubre de 1917 en Rusia, en nuestro país la central obrera más importante era la FORA (Federación Obrera Regional Argentina) 9° Congreso. Adoptó este nombre ya que en dicho Congreso en 1915 se consumó el triunfo de la corriente sindicalista. Los anarquistas se separaron y conformaron la FORA 5° Congreso. A fines de 1918, la FORA sindicalista realizó su décimo congreso. Allí participaban también sindicatos independientes, y los dirigentes gremiales del recién fundado Partido Socialista Internacional.
Este Décimo Congreso aprobó una declaración de apoyo al “proletariado revolucionario de Europa”, cuenta Sebastián Marotta, reconocido dirigente sindicalista que presidió dicho Congreso. El apoyo era en particular a “los trabajadores de Rusia y Alemania [donde se desarrollaba una insurrección obrera luego derrotada] por los heroicos esfuerzos que realizan para dar cima a los anhelos que constituyen el nervio de la actividad creadora del proletariado universal: libertar el trabajo y suprimir la explotación del hombre por el hombre, condición primordial para la instauración del régimen de productores libres e iguales”. En la misma declaración –acordada según cuenta Marotta con los dirigentes del PSI representados por José Penelón, se afirma el propósito de la FORA “de hacer accesible libremente a la actividad de los obreros sindicados y redimidos todas las fuentes, naturales y sociales, de la producción, anhelo en el que está implícita la liberación de la humanidad”.
No podemos olvidar además que militaron en nuestro país dirigentes como M. Komin Alexandrovski, ruso, que había participado en la Revolución de 1905; fue deportado y llegó a la Argentina en 1909. Aquí creó un grupo de asistencia al Partido Obrero Social Demócrata de Rusia y fundó la Federación de Obreros Rusos en América del Sur. Alexandrovski volvió a Rusia luego de la Revolución de Octubre (ver Otto Vargas, Tomo 2 de El marxismo y la revolución argentina).
La influencia de la Revolución Rusa trascendió largamente al movimiento obrero. Muchas personalidades de la ciencia y la cultura se manifestaron en su apoyo, de las que hemos nombrado a Borges y a Ingenieros. Justamente en la Revista de Filosofía por él dirigida, hay varios artículos favorables a la Revolución de distintos autores, como el ingeniero Nicolás Besio Moreno titulado “Resonancias morales de la revolución mundial”. Los “terceristas” en el Partido Socialista editaron la revista Claridad, uno de cuyos números fue dedicado al triunfo “maximalista”.
