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17 de junio de 2015

El Partido de la Democracia del Pueblo (HDP) logró, con el 12,98% de los votos, sobrepasar el proscriptivo mínimo del 10%, necesario para lograr representación parlamentaria, en las elecciones del 7 de junio en Turquía. 

Turquía: las elecciones golpean al gobierno

Una alianza de kurdos, minorías nacionales y la izquierda ganó 79 diputados

El proscriptivo tope, impuesto por la dictadura militar de los ‘80, otorgaba al partido más votado las bancas de los que quedaban debajo de ese mínimo.  Con 12,98% de los  votos, el HDP logró 79 diputados e impidió que el Partido Justicia y Desarrollo (AKP) del presidente Recep Tayyip Erdogan, que fue el más votado, lograra la mayoría absoluta que tenía desde el 2007. El AKP pretendía un cambio constitucional antidemocrático al que muchos calificaban como una “vuelta al sultanato”.
El copresidente del Partido de la Democracia del Pueblo (HDP) Selahattin Demirtas, abogado defensor de presos políticos, proclamó la “gran victoria de la izquierda”. El Partido de la Democracia del Pueblo es una amplia coalición que abarca a unas 60 organizaciones. Las integran los kurdos, armenios, alevíes (congregación religiosa que agrupa un alto porcentaje de habitantes de Turquía) y otras minorías nacionales, diversos sectores sociales, la comunidad LGBT, etc. Está co dirigido por la editora socialista turca Figen Yüksedag. Esta codirección destaca el papel de la mujer y, a la vez, muestra la unidad de la minoría kurda con la mayoría turca. 
Demirtas destacó la “injusticia” de una campaña electoral en la que el AKP ha utilizado “todo el poder del Estado” pero “la gente que está a favor de la libertad, todos los oprimidos, todos los trabajadores, todas las mujeres y las minorías han ganado juntos”. “A todos los felicito de todo corazón” por la “gran victoria” de los partidos de la oposición, dijo Demirtas. “Es una victoria conjunta de la izquierda”. 
En el camino de Gezi
El logro del HDP es también consecuencia de las grandes protestas antigubernamentales del 2013. Hace justo dos años, la policía reprimió brutalmente un acampe que intentaba evitar la tala del arbolado de Gezi, en el centro de Estambul, para construir un gran shopping. La respuesta popular fue un gran movimiento en el que confluyeron muy diversos sectores ideológicos, étnicos y religiosos, que protestaban contra la política del gobernante AKP. Durante 10 días, hasta que las manifestaciones fueron duramente reprimidas, más de tres millones de personas participaron en protestas pro Gezi en 80 ciudades de Turquía. “El HDP tiene en su esencia el espíritu de Gezi”, decían en un acto de la coalición en Estambul. 
El HDP es también de algún modo heredero de anteriores siglas independentistas kurdas que, presentando candidatos independientes, consiguieron poco más del 6% de votos en 2011. 
 
Los kurdos apoyan 
a la izquierda
Esta vez el movimiento kurdo, a propuesta del fundador de la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) Abdullah Öcalan -encarcelado desde 1999-, apostó por presentarse como grupo aliándose con varios partidos de izquierdas turcos, con minorías religiosas y otras organizaciones de la sociedad civil como feministas, ecologistas y LGBTI. 
El HDP ha renunciado al independentismo kurdo y se ha propuesto buscar un encaje territorial para los kurdos, dentro de Turquía, bajo un gobierno progresista. El PKK da una enorme importancia a la lucha contra el patriarcado y por la liberación de la mujer, en una zona, como la de Medio Oriente, en la cual la situación de la mujer es de gran opresión. Treinta y un mujeres ingresan al parlamento en las listas del HDP.
 El HDP ha hecho un llamamiento a todos los sectores de la población turca, más allá del 20 por ciento kurda. “La razón por la que el HDP ha ganado tantos votos es porque no ha dejado a nadie, como sí lo hacen los que nos gobiernan ahora”, dijo un manifestante. “Ha abrazado todos los idiomas, todos los grupos étnicos y todas las creencias religiosas y les prometieron la libertad “. Otro líder de HDP, Figen Yüksekdag, calificó de “vergüenza” el mínimo del diez por ciento establecido por la ley electoral turca para la representación parlamentaria. 
Despectivamente, Erdogan y sus seguidores tildaron al HDP de ser un partido de “armenios, ateos y homosexuales”. Desde ya, también de “sediciosos”. Pero estos ataques verbales fueron acompañados de todo tipo de atentados: Estallaron artefactos explosivos en sus oficinas de Adana y Mersin. En Bingöl, desconocidos acribillaron a tiros al conductor de un vehículo de campaña de la coalición. En Erzurum, una turba ultranacionalista asaltó un mitin. El viernes antes de las elecciones dos artefactos estallaron en medio de un mitin multitudinario del HDP. Dejaron cuatro muertos y numerosos amputados. Por eso la celebración fue acompañada por el dolor por las víctimas.
En Diyarbalir, bastión kurdo, el HDP logró 78.3% de apoyos, pero además fue tercera fuerza en Estambul, una ciudad lejos del sureste kurdo. Sus 12,45% de votos en la capital comercial turca evidencian el impulso que la izquierda no kurda ha dado a la causa. En total, la coalición ganó en toda Turquía tres millones de votos más respecto a la suma de candidaturas independientes kurdas en 2011.
Miles de kurdos salieron a las calles en ciudades como Diyarbakir, en el sureste, para celebrar los resultados de las elecciones, con fuegos artificiales y banderas: La multitud bloqueó el tráfico en varios puntos de Diyarbakir. En otras ciudades, los jóvenes han salido a las calles con banderas y han disparado en el aire en un gesto de celebración. Por primera vez, un partido prokurdo obtiene representación parlamentaria como partido y no a través de candidatos independientes.