La convocatoria de las comunidades mocovíes, ava guaraní y qom de la zona de Berisso, Ensenada y La Plata reunió durante dos días a representantes de pueblos y naciones originarias que hicieron escuchar sus reclamos y pusieron sobre la mesa la realidad de miles de hermanos que, en el campo y en las ciudades, sufren la represión, las discriminaciones y múltiples vejaciones que conforman lo que han denominado un “genocidio silencioso”.
La convocatoria de las comunidades mocovíes, ava guaraní y qom de la zona de Berisso, Ensenada y La Plata reunió durante dos días a representantes de pueblos y naciones originarias que hicieron escuchar sus reclamos y pusieron sobre la mesa la realidad de miles de hermanos que, en el campo y en las ciudades, sufren la represión, las discriminaciones y múltiples vejaciones que conforman lo que han denominado un “genocidio silencioso”.
El viernes al mediodía dio inicio el Encuentro, con una emotiva ceremonia en la que los distintos pueblos, de manera común, invocaron a las fuerzas de la naturaleza por el buen desarrollo de las jornadas. En sus lenguas e idiomas, en la apertura formal, representantes de cada comunidad fueron dando cuenta de retazos de la larga lucha de este verdadero subsuelo sublevado desde antes de la patria –parafraseando a Scalabrini Ortiz- tras más de 500 años de la conquista y colonización de América.
Apertura
Fue emocionante ver a las distintas generaciones expresar su convicción y orgullo de pertenencia, desde una abuela mocoví de 88 años, oriunda de Venado Tuerto en Santa Fe, hasta un joven mapuche de Neuquén.
El Encuentro se desarrolló en el camping de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad, cuyo secretario general adjunto expresó su alegría por poder albergar a los hermanos.
Tras la bienvenida de los representantes de las comunidades anfitrionas, con una amplia convocatoria a “caminar unidos”, tomaron la palabra representantes de las delegaciones. Estaban presentes ranculches de La Pampa (con su Consejo de Loncos que es también convocante), Mendoza, Bahía Blanca y San Luis; collas y aymaras de Jujuy; mapuches de Río Negro y Neuquén; una gran delegación de qom y wichi del Chaco; mocovíes de Santa Fe, collas y aymaras residentes en Capital Federal y en el distrito de La Matanza del Gran Buenos Aires; mocovíes de San Javier y Venado Tuerto en Santa Fe; qom residentes en Rosario, diaguitas de Tucumán, lules de Rosario, ava guaraní y guaraníes de Salta y Jujuy, y quechuas y aymaras de San Luis.
En sus idiomas y en castellano se fueron expresando las realidades de los originarios. Hubo un sentido homenaje a compañeros fallecidos en estos años, algunos por enfermedades como Estela Silo de Jujuy, otros, como el recordado Mártires López en un dudoso accidente por el que se sigue reclamando justicia, y los originarios caídos en las luchas de estos años, como Javier Chocobar y Roberto López.
Hubo grandes coincidencias en la descripción de la realidad de las comunidades rurales y urbanas que mantienen la pelea por tierra y territorio, que terratenientes y comerciantes, amparados por los gobiernos locales y el nacional, pretender seguir usurpando. Se destacaron las pésimas condiciones de vida a los que “nos condena la política de este gobierno que no nos reconoce y hace campaña con nosotros”, como dijo uno de los oradores. Fue constante la expresión de alegría por el encuentro de comunidades tan diversas, y a la vez con tanto en común, porque como expresó otro de los oradores “Nosotros somos la Argentina”. Se manifestó el orgullo de pertenencia y la necesidad de unidad de todos los pueblos originarios y con el conjunto del pueblo argentino (ver discurso de Margarita Peñailillo), “porque buscamos la unidad y la fortaleza de cada uno”, y “quieren mantenernos divididos para seguir robándonos”, dijeron varios.
El presidente del Consejo de loncos ranculches, Pedro Coria, expresó que “sería bueno mandarle una foto de este Encuentro a la presidenta, que dice que los que hicieron este país son los que vinieron del otro lado del charco. Los pueblos y naciones originarias seguimos vivos y luchando”.
“No sé si hemos ganado hoy o en qué día ganaremos, pero que nuestros hijos sepan que seguimos luchando por recuperar lo que nos quitaron en estos 500 años. Algunos de nosotros habremos de caer en esta lucha, como otros han caído, pero sabemos que 10 más se van a levantar para seguir esta lucha”, expresó otro orador.
Uno de los momentos más intensos de la apertura fueron las palabras de la abuela Margarita, mocoví de Venado Tuerto, quien a sus 88 años -y desde la silla de ruedas en la que se encuentra- despertó los aplausos de los presentes reclamando “que dejen de mentir, y que este gobierno abra un poquito los brazos. Que nos den lo que estamos pidiendo, nuestra tierra…”. “Si damos de comer a nuestros hijos, no podemos pagar el alquiler, denunció la abuela mocoví”.
Los residentes qom de Rosario describieron la dura realidad de los asentamientos “en los que nos cuesta mucho pelear el tema de la vivienda”, denunciaron cómo el gobierno practica a fondo el clientelismo para dividir, y la pelea por ganar las juntas vecinales. En el mismo sentido se expresaron los representantes quechuas y aymaras de origen boliviano residentes en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires.
Una representante de los mapuches de Neuquén denunció que “venimos de la tierra donde se está viendo el auge de la entrega de nuestra soberanía, a los Estados Unidos, a China, a los ingleses. Donde se avanza en el extractivismo y el daño a nuestra mapu”, expresando que el gobierno de los Kirchner profundizó esta entrega…”. Sobre el final de la apertura, la delegación de la nación diaguita de Tucumán, compuesta por representantes de la comunidad Quilmes del Valle Calchaquí, la comunidad Sorco Yampa y la Comunidad del Pueblo Diaguita, denunciaron la grave situación en la provincia por el encarcelamiento del cacique Francisco Solano Chaile, quien está al frente de la lucha ante el intento de despojo de los sitios sagrados de los Quilmes para un emprendimiento turístico y vitivinícola, amparado por el gobierno provincial.
Ya desde las presentaciones, quedaron marcados los ejes de debate que surcarían los talleres, centrados en los reclamos de tierra y territorio, y de vivienda, educación, salud y trabajo tanto en el campo como en las barriadas; la necesidad de una ley que contemple los derechos de los originarios, así como las cuestiones específicas de las mujeres, los jóvenes y los mayores.
Comisiones
Durante toda la tarde del sábado, se debatió en Comisiones: Personería Jurídica; Tierra y territorio; Originarios de la ciudad y el campo; Mujer originaria; Juventud originaria; Identidad, cultura y educación. Lo debatido en los talleres quedó expuesto en el plenario de cierre donde se pusieron a votación las propuestas.
El primer taller que leyó sus conclusiones fue el de Juventud originaria. El reclamo central fue tierra para producir y vivir. Manifestaron el repudio a la criminalización de las luchas por agua y tierra. Cuestionaron la ley de Educación, la falta de escuelas bilingües; y denunciaron la falta de comedores para estudiantes que recorren largas distancias para estudiar. Por otra parte, denunciaron que quienes tienen un plan hoy no pueden acceder a becas de estudio. Entre las delegaciones, participaron jóvenes de Bolivia quienes contaron la experiencia educativa en el país hermano. Propusieron hacer un censo de familias y tierras para exigir al gobierno resolver las necesidades de las comunidades específicas de cada comunidad. Para concluir, reclamaron más participación en los debates de los jóvenes, debido a que son hoy los que están al frente de las luchas.
En el Taller Identidad se propusieron avanzar en la investigación histórica para visibilizar las luchas ancestrales: desmonumentar a los genocidas y enarbolar monumentos a héroes originarios. Por otra parte, plantean que la base cultural está dada por el territorio, que “es alma de nuestra identidad y sin ésta, es difícil mantenerla y multiplicarla”. Se señaló la importancia de conocer la legislación vigente para poder defender las comunidades o la ejecución de un proyecto. Se propuso exigir una reglamentación para la protección de los artesanos y de los símbolos ancestrales, manoseados industrialmente. Además, la protección para detener el saqueo de los sitios arqueológicos: cada comunidad debe conservar sus tesoros y no los museos. Propusieron además, que el próximo Encuentro tenga un taller específico de educación y se enfatizó en el reclamo de escuelas bilingües.
En el Taller Tierra y territorio, con respecto a la tierra: que se dé cumplimiento al artículo 75, inciso 17 de la Constitución nacional. Territorio: reconocimiento en su todo madre tierra.
Del taller participaron 30 hermanos de distintos pueblos. Los diaguitas dieron a conocer la persecución y encarcelamiento del cacique Francisco Solano Chaile y comuneros de la comunidad de Quilmes que resisten con cortes de ruta contra la usurpación a la ciudad sagrada de Quilmes.
Plantearon, además, que toda toma de decisiones de los representantes debe ser avalada por la asamblea de la comunidad indígena a la que pertenecen. Con respecto a las comunidades urbanas, exigir el cumplimiento de la Ley 23.302 donde dice que el Estado tiene la obligación de construir viviendas para una mejor calidad de vida. Exigen: Aplicación de la Ley 26.160. No a la explotación indiscriminada de nuestros recursos naturales. No a la megaminería a cielo abierto. No a la base militar china en Neuquén. No a la entrega de territorio a extranjeros. No a la entrega de lugares sagrados en Tucumán. No al patrimonio de la humanidad de la Ciudacita perteneciente a la comunidad Solco Yampa (Tucumán). No a la explotación sobre Río Colorado. No a la contaminación extractivista en Calilehua. Consulta a las comunidades sobre el uso del territorio. No al rally Dakar. Apoyar todas las luchas reivindicativas de la clase trabajadora.
El Taller de personería jurídica estuvo compuesto por 20 hermanos de distintas comunidades. Plantearon la necesidad de avanzar con las personerías jurídicas en cada comunidad para la resolución de trámites y proyectos en el Inai y con el Estado nacional, porque “si no tenemos este elemento, para el Estado no existimos”, ya sea para conseguir para siembra, animales o proyectos culturales. A su vez contaron todas las dificultades de acceso a las personerías jurídicas que tiene cada comunidad. La hermana delegada en el CPI y lonco de la comunidad ranculcheg de La Pampa recibió el apoyo para llevar su voz en el Inai, para frenar el avance de la ley que le quita derechos a las comunidades originarias.
Del Taller originarios en la ciudad y el campo participaron 22 hermanos de distintas comunidades. En su mayoría denuncian que el Estado les impide vivir en comunidad ya sea por problemas de papeles y legales, de tenencia de la tierra, o cuando salen a buscar alguna oportunidad en la ciudad por trabajo, salud. Denuncian la recurrente discriminación en la ciudad y en los pueblos, sobre todo de políticos. Los hermanos enfatizaron en mantener la unidad de las 36 etnias por los derechos ya sea en las comunidades como en las ciudades.
Por su parte, en el Taller Mujer Originaria participaron alrededor de 40 y 50 mujeres, jóvenes y adultas, rurales y urbanas, quienes contaron todas sus experiencias de lucha. Se abordó el tema de la mujer originaria, donde se planteó que la mujer ocupaba lugares diferentes a los actuales, desde desarrollo laboral y profesional hasta ocupar cargos políticos en las comunidades, en condiciones de lucha, sin apoyo de los gobiernos. A su vez se denunció la violencia física, ideológica y cultural del Estado hacia la mujer originaria. Las dificultades de las hermanas para acceder a la salud. Señalaron la necesidad de profesionales bilingües, que conozcan las necesidades de la comunidad. Manifestaron que el rol de la mujer originaria está intrínsecamente ligada al territorio: tener o no tener la tierra nos da un rol. Exigen: participación de pueblos originarios en los sistemas educativos, mayor presupuesto para educación bilingüe, hermanas originarias profesionales en los hospitales. Ley de emergencia en violencia hacia la mujer. A su vez invitaron al Encuentro Nacional de Mujeres en Mar del Plata.
Peña y cierre
El sábado por la noche, hermanos de las distintas delegaciones realizaron fogón y guitarreada. Nahuel (Urbanero) le dedicó una canción a los originarios. El domingo a la mañana, antes de la lectura de las conclusiones de los talleres, una pequeña delegación de vecinos del Abasto: Juana, Norma, Ramiro y Gustavo, subieron al escenario para contar cómo vienen siendo estos meses de lucha por un pedazo de tierra para vivir. Cabe señalar que un grupo de compañeros de esa ocupación estuvieron cocinando y colaborando con el funcionamiento del Encuentro. Luego de relatar la experiencia, fueron aplaudidos intensamente por los presentes.