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29 de julio de 2015

El gobierno Tsipras aprobó un ajuste peor que los anteriores, lo que agravará aún más la crisis.

La traición de Tsipras

Grecia nuevamente gobernada por la Troika

Syriza se ha transformado rápidamente en una fuerza que continúa el régimen colonial de la deuda a través del Tercer Memorándum, cualitativamente peor que los anteriores, en condiciones de una crisis profunda y generalizada. De hecho, Grecia está hoy nuevamente gobernada por la Troika, que dicta hasta los detalles de los procedimientos legislativos e incluso las menores decisiones gubernamentales. Como dice la Organización Comunista griega KOE, el gobierno de Tsipras eligió convertirse en un instrumento de la Troika, y un rehén del viejo y podrido sistema político.
Syriza impuso en el Parlamento, con la ayuda de los representantes de la derecha, una serie de medidas de brutal ajuste, impulsadas por el gobierno, no como parte de un acuerdo con la Troika: ¡fueron adoptadas para que la Troika graciosamente acepte imponer el Tercer Memorándum a Grecia!
 El Parlamento fue usado como en el tiempo de los gobiernos abiertamente protroika, volviendo al status colonial de ser la escribanía de resoluciones tomadas fuera de Grecia. Con estos procedimientos se aprobaron en pocas horas una serie de medidas que eran tabú, incluso para los gobiernos previos.
 La presidenta del Parlamento, Zoe Konstantopoulou, declaró que nunca votaría a favor del acuerdo porque deja al Parlamento griego como “mera decoración” frente a las presiones externas, y se negó a presidir la sesión por ese motivo. Ella presidió la comisión que investigó la deuda griega, que llegó a conclusiones semejantes a las investigaciones sobre la deuda argentina, ilegítima y usuraria. 
Además, el gobierno de Tsipras violó abiertamente la Constitución, en una forma todavía más provocativa que la de los últimos gobiernos. De acuerdo a la Constitución el resultado del referéndum equivale a una ley votada por el Parlamento, y sólo puede ser derogada con otro referéndum. El 5 de julio, el pueblo griego rechazó una serie de medidas concretas propuestas por la troika, que ahora han sido incluidas en las leyes adoptadas por el parlamento.
La troika empuja al gobierno de Tsipras, obligándolo a imponer políticas que ningún otro gobierno pudo imponer. Las leyes y el Tercer memorándum, acentuarán el carácter de Grecia como una colonia y empeorarán todavía más rápidamente la ya intolerable catástrofe social. Los bancos griegos están quebrados y serán tomados gratis por el imperialismo alemán y otros, junto con lo  que queda de infraestructura, y propiedad pública.  La gran mayoría del pueblo griego sufrirá una nueva oleada de creciente pauperización y la catástrofe humanitaria empeorará rápidamente.
Una parte de la izquierda cree que la adopción de la moneda nacional es suficiente para sacar a Grecia de la crisis. Hay que tener en cuenta que la propia Alemania planea un Grexit, con lo que esto no sería un arma para la liberación nacional.
KOE plantea que es necesario un plan de reconstrucción de la economía nacional, apoyado por las grandes masas populares, como requisito para la preparación de condiciones mínimas que permitirían un curso hacia la soberanía popular y la independencia nacional. De acuerdo con esto, la adopción de la moneda nacional sería parte de un plan a favor del pueblo.