Tomamos como obligación no faltar a “la escuela” de General Alvear. Allí tuvimos la oportunidad de vivir un día junto al glorioso pueblo de General Alvear, de la mano de una docente. Y con aquella experiencia, quedó resonando en nuestras cabezas una frase que reza, “hay que aprender de las masas”. Fue el 19 de junio, víspera de un día caro a nuestra historia.
Desde hacía 15 días estaban sosteniendo 6 cortes de diversas rutas en forma total: habían acampado y pasaron allí noches de 5º bajo cero, y dos con lluvia. La fuerza de la medida tenía que ver con la convicción de no dejar pasar la ley que permitía la exploración actual para la explotación minera con químicos contaminantes como cianuro y arsénico en Punta del Agua, pueblo de San Rafael limítrofe de Alvear.
Llegamos en el momento de mayor auge. “Acá hay 15 mil de los 45 mil habitantes”, nos informó un productor de ciruelas. La tan preciada unidad patriótica y popular que deliberaba en asambleas por piquete y luego en asamblea general, hacía rondar el fantasma de aquellos cabildos abiertos: los comerciantes, los productores del campo, los obreros rurales, los docentes, los trabajadores, unidos en la Municipalidad de Gral Alvear, haciéndola suya, utilizando los teléfonos, sillones, entrando y saliendo, deliberando, ejecutando, y finalmente festejando.
“General Alvear no es la misma que hace un mes”
“Esto jamás se me hubiese ocurrido que pasaría”. Son algunas de las frases de los protagonistas.“Yo estoy en este piquete con mis hijos desde el primer día, desde el 6 de junio”, decía un obrero rural, “y de acá no nos vamos hasta que no salga el proyecto de ley”. Una de las obreras rurales, en el rol de cocinera, explicaba: “los comerciantes traen alimentos y nos rotamos para cocinar, el otro día hicimos una lentejeada, no quedó nada”. Agregó el nombre que le habían dado a la cocina: “este es el piquete gourmet punto com”. Todos tenían una historia que contar de los 15 días de lucha, de unidad popular, de alegría, de camaradería, pero también de bronca y asco por aquellos que impiden su felicidad y no resuelven sus necesidades.
Se nos confirma que la realidad muestra que el verdadero cambio social no viene de la mano de estas elecciones, sino por el contrario, es la lucha popular en las calles la que demuestra su eficacia. Llenaron de banderas argentinas los autos, las motos, las bicicletas, las calles, los comercios, imprimieron folletos, afiches, boletines, se realizaron pintadas: “Kobos retirá el veto”, “Alvear resiste”; pasacalles comerciales: “No a la minería contaminante. Kiosco Alvarez”, “Sí a la vida. Repuestos Martínez”. Había murales en la Municipalidad para informar e informarse. “Acá hasta los pibes de 8 años te explican cómo se da el proceso de contaminación minera”, comentaba sonriendo un productor y aclaraba: “hicimos un curso intensivo de 15 días, todo el pueblo”. Produjeron videos en DVD para mostrar en los colectivos que debían detenerse en el corte, luego los dejaban pasar. “Sabíamos si lo habían visto o no, porque cuando cruzaban nos aplaudían”, agregaba la realizadora del video.
Los medios tradicionales de la provincia jugaron un papel vergonzoso, ninguneando o tergiversando lo que acontecía en Gral. Alvear. La excepción fue uno que dedicó toda su programación a transmitir lo que ocurría, y una radio pequeña que dispuso noteros en cada corte, “si nos quedábamos sin comida o pasaba algo, le decíamos a Lucio (notero) y ahí nomás llegaban todos”, exclamaba una docente.
Ese día el pueblo había declarado paro total, los comercios estaban cerrados, los colegios también, las chacras estaban vacías, el pueblo estaba en los cortes. Se hizo presente el frío invernal, pero el calor popular y las brasas del Argentinazo permitían mantener en alto las banderas en los 8 cortes en la prov. (se habían extendido a pueblos de San Rafael y uno a San Carlos).
El martes 19 se concentró la expectativa, pues se trataba una nueva ley en Senadores que reflejaba el reclamo de Alvear: prohíbe el uso de sustancias químicas en la actividad minera. El 20 la trataba diputados. Ese martes al irnos, ya cerca de las 22.30 hs, nos comunicaron que había sido aprobada en Senadores. Inmediatamente se armó un camionetazo para el miércoles en la mañana, a las 10 hs, estar en Mendoza (360 km) frente a la Legislatura apoyando esa ley (Una anterior menos clara en las exigencias no contaminantes de la minería había sido sin embargo vetada por el gobernador Kobos que mostró su hilacha versera y mentirosa como su jefe K con quien pretende ir de vice…).
Un fantasma recorre el sur de Mendoza…
Esto que ocurría no pasaba solo por una minera contaminante, subyacían otros temas, otras preocupaciones que denotan un cambio, que nació allá por el 2001 y que va a ser difícil de acallar. Una docente nos comentó: “yo a los chicos les dije: esa no es la escuela, la escuela es lo que estamos haciendo en la calle y los cortes en Gral. Alvear hoy”.
El nivel de organización popular es alarmante para las clases dominantes, porque hasta la policía, como institución, se unió a la lucha. La práctica de este pueblo en organización y lucha nos dejó tareas. Por ello, quedó resonando en nuestras cabezas: “hay que aprender de las masas”.