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02 de octubre de 2010

Julio-agosto de 1917: momentos de viraje

Los obreros y soldados de Petrogrado ya habían acumulado fuerzas revolucionarias suficientes como para tomar el poder. Pero aún no estaban en condiciones de conservarlo pues la mayoría en el país todavía estaba con los reformistas (eseristas y mencheviques). La dirección bolchevique procuraba contener las acciones revolucionarias prematuras. Pero no logró convencer a importantes sectores de las masas de no desatar acciones callejeras que diesen pie a la represión contrarrevolucionaria. Por tanto, el Partido decidió tomar parte de las demostraciones y pugnar por convertirlas en una movilización organizada a favor de que todo el poder pasase a los soviets.
Quinientas mil personas salieron a la calle el 4 de julio (del viejo calendario) y marcharon junto con la Guardia Roja obrera y miles de soldados y marineros. El gobierno convocó a las unidades militares que le eran fieles a venir a la ciudad. Y en varios puntos de ésta dispararon armas de fuego contra los manifestantes.
En los días siguientes la reacción pasó a la contraofensiva y a la represión. El gobierno provisional prohibió la prensa bolchevique y dictó orden de detención contra Lenin. Por decisión del Comité Central del Partido Lenin pasó a la clandestinidad. El general Kornílov fue designado jefe supremo de las fuerzas armadas.

Un punto de inflexión
Este general conspiraba preparando un golpe de estado. Como pantalla, las fuerzas burguesas convocaron una Conferencia de Estado en Moscú.
Al llamado del Partido bolchevique, 400 mil obreros moscovitas se declararon en huelga de repudio el día inaugural de dicha Conferencia.
Entonces, el general Kornílov decidió pasar a la acción militar con apoyo de Inglaterra, Francia y Estados Unidos. El 25 de agosto Kornílov retiró del frente al tercer cuerpo de caballería y lo hizo marchar sobre Petrogrado. Los reformistas llamaron a defender al gobierno provisional.
Lenin llamó a los obreros y al pueblo a aplastar a Kornílov pero no en apoyo al gobierno provisional. Los obreros empuñaron las armas y se formaron nuevos destacamentos de la Guardia Roja. Los obreros y campesinos, organizados por los bolcheviques, aplastaron la intentona golpista contrarrevolucionaria. Y obligaron a detener a Kornílov y sus secuaces.
Los trabajadores revocaban su mandato a los delegados en los soviets adeptos a los reformistas. Una semana después de la korniloviada, por primera vez, el Soviet de Petrogrado aprobó una resolución propuesta por los bolcheviques sobre el paso del poder a los soviets. Pocos días después, resoluciones similares fueron adoptadas por los soviets de Moscú, Kiev, Járkov y muchas otras ciudades, llegando a sumar 250.
Durante ese mes de agosto, en la clandestinidad, Lenin escribió una de sus obras fundamentales: El Estado y la Revolución.
Respecto de este libro, el Che Guevara, en apuntes inéditos de 1965-66 decía que “frente a la realidad de hoy, El Estado y la Revolución es la fuente teórico-práctica más clara y fecunda de la literatura marxista”.