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02 de septiembre de 2015

Beatriz Alperovich: ¡No tiene vergüenza!

Una senadora que descalifica los sufrimientos del pueblo

 
escribe Vicky Disatnik

 
escribe Vicky Disatnik
 Beatriz Rojkes de Alperovich nos tiene acostumbrados a los tucumanos a sus exabruptos en todas las oportunidades en que puede. Su incontinencia verbal y cerebral aparece cada vez que se “enoja”, la contrarían o se queda sin respuesta. Cuando se enoja muestra lo que realmente piensa, nunca se equivoca: siempre en sus exabruptos muestra su esencia de clase, la de las clases dominantes que representa.
Así fue en las inundaciones de la provincia este año cuando le dijo “vago de miércoles” a un hombre que exigía respuestas porque su casa estaba bajo el agua y que ella tenía diez mansiones, no una.
O cuando las Madres del Dolor salieron a luchar contra la mafia en los barrios, que envenenan a sus hijos con el paco y dijo “tenemos que cuidar a nuestros hijos, en vez de andar marchando”. 
En estos días de gran rebelión social frente al fraude dijo “los tucumanos no somos indios ni salvajes, ni ladrones”, en una clara discriminación a los pueblos originarios.
Y frente al asesinato de una niña en un barrio de la ciudad, dijo “No podemos tener al señor Estado cuidando a una niña mientras su familia está borracha”.
Estas son algunas de las perlas de “la Beti”. Siempre su enojo o sus consejos van en esa dirección, humillando a los que sufren o a los que se disponen a criticar o luchar contra la política de su gobierno.
 Su reciente intervención en el Senado de la Nación donde dijo: “la violencia se da de a dos, es como un matrimonio de violentos y de golpeados… la violencia se da de a dos”, es un insulto a las mujeres que sufren violencia, al movimiento de mujeres que viene luchando hace años contra la violencia de género, un insulto al sufrimiento de miles y representa lo más atrasado de las miradas sobre la opresión de las mujeres, porque naturaliza el lugar de la mujer víctima de violencia.
El Movimiento de Mujeres de la Argentina ha denunciado exhaustivamente de qué hablamos cuando hablamos de violencia contra las mujeres. Hablamos de opresión de género, del lugar subordinado de las mujeres en la sociedad y en la familia. Hablamos de una imposición de uno sobre el otro y no de dos violentos y golpeadores, si no habría que preguntarles a las 270 mujeres víctimas de femicidio en el año 2014, que tenía de igualitaria su relación con el golpeador.
El 3 de junio, la jornada “Ni una menos”, mostró la profundidad del movimiento que se desarrolla en la Argentina contra los femicidios y la violencia doméstica. 
“La Beti” es senadora de la Nación, es presidenta del Partido Justicialista y dirige la Red de Mujeres Solidarias, organización que se extiende por algunas municipalidades del interior que supuestamente toman como reivindicación principal la violencia contra las mujeres. Manejada con bolsones y dádivas intenta responder a los planteos de lucha contra la violencia, no resolviendo ni una de las decenas de necesidades que tienen las mujeres en esta situación, por ejemplo en nuestra provincia no existe un solo refugio para mujeres víctimas de violencia. En el discurso de inicio del año en la Legislatura Alperovich tomó como modelo de lucha contra la violencia a su organización, y la creación del Observatorio de la Mujer, institución del Estado provincial para atender esta problemática.
Queda claro hoy, después de sus palabras en el Senado, por qué en la provincia no se toman medidas para el abordaje de la violencia contra las mujeres. Queda claro por qué no hubo una sola medida después del 3 de junio que diera respuesta al sufrimiento de miles. Simplemente la ignorancia de la Rojkés en estos temas y su mirada machista y clasista dan cuenta del modelo de atención y prevención que el gobierno de su marido tiene hacia las mujeres.
Ayer (26/8) mientras las mujeres nos movilizábamos por justicia para Aída Correa, víctima de femicidio, esperando en Tribunales una condena ejemplar para sus femicidas, “la Beti” decía estas cosas. Queda claro a quién defiende esta señora. n