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09 de septiembre de 2015

1919: La Semana de Enero (9)

Crónicas proletarias

 ¿Cuáles fueron las posturas de las distintas corrientes del movimiento obrero durante los hechos de enero de 1919? Analizar esto tiene importancia no sólo para esclarecer lo ocurrido, sino para ver las raíces de algunas cuestiones presentes hoy.

 ¿Cuáles fueron las posturas de las distintas corrientes del movimiento obrero durante los hechos de enero de 1919? Analizar esto tiene importancia no sólo para esclarecer lo ocurrido, sino para ver las raíces de algunas cuestiones presentes hoy.
El Partido Socialista Internacional se había separado del Partido Socialista de Juan B. Justo hacía un año. “El partido dirigía algunos gremios y tenía cinco miembros (sobre quince) en el Comité Ejecutivo de la FORA IX”, relata Otto Vargas en El marxismo y la revolución argentina, tomo 2. En las jornadas de enero del 19, tanto dentro de la FORA IX como en declaraciones como partido, el PSI trató de circunscribir la huelga a los reclamos económicos de los metalúrgicos de Vasena, y a la libertad de los presos de esos días. Tuvo en los hechos la misma posición que el Partido Socialista. Incluso, frente a un tiroteo dentro del Departamento de Policía y dentro del Correo, que algunos testimonios atribuyeron a que, en la confusión reinante ante la magnitud del alzamiento, los policías se dispararon entre ellos ante rumores de una toma del establecimiento por parte de los huelguistas, dijo el PSI que “los actos producidos en el Correo y el Departamento de Policía (…) no respondían a la finalidad del movimiento y que por restarle simpatía no pueden provenir de huelguistas auténticos”. Y con esta tesitura apoyó la decisión de la dirección sindicalista de la FORA del 9 de levantar la huelga el fin de semana del 10/11 de enero, declarando que apoyaba esa decisión “con su mayor entusiasmo” y llamó a los trabajadores “a su estricto cumplimiento”. 
Vargas analiza que la postura del PSI en enero del 19 evidencia una “línea marcada por los lastres que arrastraba esa dirección de su anterior militancia en el Partido Socialista, en cuatro aspectos claves: 1) el menosprecio al movimiento espontáneo de las masas; 2) el sectarismo ante los anarco-comunistas; 3) la posición pacifista frente a la violencia de las masas; 4) la lentitud para apoyarse en las formas organizativas revolucionarias que generaba el movimiento espontáneo de las masas y generalizarlas… Es posible que en la falta de un análisis profundo de las huelgas de enero de 1919 haya incidido la mentalidad eurocentrista que muchos dirigentes del PSI traían de su vieja militancia en el PS, y el desprecio, típico de la socialdemocracia, a la espontaneidad de las masas”.
Muchos años después, la historia oficial del Partido Comunista en 1947 exculpaba de la represión al gobierno yrigoyenista, contra lo que decía el PSI en marzo de 1919: “Entre el Gobierno y el Pueblo se interpone un río de sangre”.