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09 de septiembre de 2015

Nos levantamos el lunes 31 de agosto con la noticia: ¡el encuentro de la nieta 117! 

Una nieta más, la 117

Una conquista de 38 años de lucha

Cada una de esas 117 veces nos ha emocionado, nos ha fortalecido, nos ha convencido que podemos seguir apostando al futuro, a la verdad, a desocultar la historia nefasta de la dictadura más sangrienta de la historia argentina, a vencer los miedos, a juntarnos para darnos fuerza, a sacarlo a la luz a pesar del terror imperante…de la Plaza de Mayo en Buenos Aires a las rondas en la Plaza San Martín de Mendoza desde fines de los 80…

Cada una de esas 117 veces nos ha emocionado, nos ha fortalecido, nos ha convencido que podemos seguir apostando al futuro, a la verdad, a desocultar la historia nefasta de la dictadura más sangrienta de la historia argentina, a vencer los miedos, a juntarnos para darnos fuerza, a sacarlo a la luz a pesar del terror imperante…de la Plaza de Mayo en Buenos Aires a las rondas en la Plaza San Martín de Mendoza desde fines de los 80…
Esta vez esta nieta 117 nos toca de cerca a los/as mendocinas. María, ¡la María de la Plaza San Martín había encontrado a su nieta! 
En la historia de la formación de Madres en Mendoza, proceso que se inició en el 79 en reuniones en una capilla que nos prestaban en Godoy Cruz (Capilla Castelmonte), María es una de las que estuvo desde el principio. Supimos desde entonces que su nuera, Gladys, hija de Angelina, estaba embarazada de 6 meses… Fuimos conociendo los detalles, la familia entera que la buscaba, Osiris el abuelo, artesano si los había; Mabel, hermana de Gladys; el “Oso” hermano de Walter. Dos familias unidas por la cruel represión, el secuestro de sus jóvenes hijos y la diferencia: la búsqueda de su nieto o nieta.
En algún momento, allá por el 88, a María le llega un dato desde Córdoba sobre la existencia de un chico nacido en el 78 en su casa y atendido por partera (¡!) hijo de un militar, que figuraba como nacido en mi barrio de Mendoza. Nos pusimos rápidamente en la búsqueda, llegué a una maestra con la cual pude hablar, y me confirmó varios de estos datos. María hizo las denuncias pertinentes y después de muchas idas y vueltas, pudieron sacarle sangre a este chico pero no concordó con el ADN de Walter ni Gladys. Gran desilusión para María y su familia, pero la búsqueda continuó y continuó hasta hoy que por ¡suerte sus abuelas aún viven -no así sus abuelos- para conocerla!
María siempre hablaba entonces de un nieto… Pero la que aparece como reconocida es una mujer de 37 años de la cual todavía no sabemos nada.
La nieta debe estar procesando esta verdad conmocionante para su vida que es saber que su madre no la regaló, ¡que a su madre se la robaron! ¡Que sus padres amaban tanto la vida que luchaban por ella pero por todos los hijos de nuestro pueblo, por construir un mundo sin miseria, con sueños, con industria y trabajo para todos, para luchar por “cuando tenga la tierra”, el techo, sin droga ni abuso policial, por un país con justicia y por la verdadera soberanía no atada a ningún imperialismo!
Desde la perspectiva de la verdad, desde la verdadera historia las compañeras que estuvimos desde el principio en esta lucha en Mendoza, cuando aún el grupo era de Familiares de Detenidos Desaparecidos políticamente dirigidos por la Liga por los DH y el PC sabemos todo lo que sigue ocultándose. Para transformarnos en Madres, tuvimos que dar lucha política al interior del grupo que nos juntábamos en la Capilla de Castelmonte. Allí estaban familiares del PC quienes se oponían a la creación de Madres y que jugaron arteramente rompiendo el grupo y llevándose a la mayoría a funcionar en la Liga, pero también estaban las Clelia Forniés, las María Gutiérrez y su hija Charo, que nos sostuvimos cuando quedamos las 4 solas…
Comenzaron a volver los familiares (funcionábamos con padres y familiares de presos también)… En un largo proceso de más de un año, fuimos, Susana Demartini y yo, dando la discusión sobre adherirnos a Madres. Lo logramos y a fines de los 80 dimos las primeras vueltas a la Plaza San Martín… 
Ese PC, contra el cual tuvimos que luchar para la formación de Madres pues ellos apoyaban a Videla y Viola como “democráticos”, es el mismo, sin crítica mediante, que hoy sostiene a las Madres que aún siguen dando la vuelta a la Plaza. 
Falta mucha lucha por la verdad, por la verdadera historia para que la falsa historia no sea base de la falsa política, pero hoy festejamos este triunfo del encuentro de la nieta 117.
Nieta querida, hermana de mi hijo y de todos los HIJOS que siguen luchando, ¡te merecés un derecho humano básico que es la verdad sobre tu identidad!
La verdad muchas veces duele, pero sólo la verdad sana. Y siempre los interesados en la verdad son los oprimidos y los pueblos; los explotadores, las clases dominantes y los imperialismos tienen todo por ocultar porque todo lo que hacen son aberraciones humanas: no puede haber verdad ni justicia cuando todo se vuelve mercancía. Pero subestiman a los pueblos y sobre todo a las mujeres: su dolor y necesidad se vuelve una poderosa arma porque se transforma en lucha, lucha que se hace imparable. Llevamos 39 años y falta mucho: 320 nietos y más del 80% de los secuestrados sin justicia porque no tenemos las “pruebas”; más del 80% de los represores sin castigo… los Milani sin juzgar y ejerciendo altos cargos, en resumen el aparato represivo prácticamente intacto: ¡Stiuso estuvo 40 años en Inteligencia!
Por eso la lucha continúa, fortalecidos con lo conseguido, pertrechados para seguir hasta conocer todo: dónde están los 30.000, quiénes son los nietos que faltan, cuántos represores caminan entre nosotros. Todo esto se resume en que seguiremos reclamando ¡apertura de los archivos!
Todo está guardado en la memoria porque como diría Paco Urondo, asesinado en Guaymallén Mendoza: “arderá la memoria hasta que todo sea como lo soñamos”.