El año pasado estalló el repudio generalizado cuando los jueces Horacio Piombo y Benjamín Sal Llargués, integrantes de la Cámara de Casación bonaerense, le redujeron la pena de condena por abuso sexual a Mario Tolosa, de seis a tres años de prisión.
El año pasado estalló el repudio generalizado cuando los jueces Horacio Piombo y Benjamín Sal Llargués, integrantes de la Cámara de Casación bonaerense, le redujeron la pena de condena por abuso sexual a Mario Tolosa, de seis a tres años de prisión.
Tolosa era el vicepresidente del club Florida, en San Martín, vivía a tres cuadras del chico de 6 años a quien sometió sexualmente, y lo pasaba a buscar una vez por semana para llevarlo al club.
Piombo y Sal Llargués adujeron para reducir la pena establecida en abril del 2012 por el juzgador que el niño tenía “una orientación sexual homosexual y estaba habituado a que lo abusen”.
Ahora la Suprema Corte de la provincia de Buenos Aires revocó el fallo discriminador planteando que se incurrió en una “arbitraria e irrazonable interpretación del texto legal al restringir la aplicación de la figura de abuso sexual gravemente ultrajante bajo argumentos desnaturalizadores” y que cuando los jueces Piombo y Sal Llargués quitaron el agravante de aprovechamiento de indefensión de la víctima, se basaron en sus ideas y no en las pruebas.
La lucha de todas formas por lograr fallos justos en casos de abuso sexual, no termina con este fallo. Seguramente la defensa de Tolosa acudirá a la Corte nacional. Y tenemos un poder judicial en el que los fallos discriminadores hacia las victimas de estos delitos predominan.
Es bueno recordar que el repudio llegó a tal punto, que los jueces renunciaron a sus cargos en el poder judicial. Tales renuncias, aceptadas por Scioli, impidieron que se realizara juicio político a los ex magistrados por lo que se aseguraron el beneficio jubilatorio.
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