Después del escándalo de FIFA y la muerte de Julio Grondona, se abrió un período de lucha por el poder en la AFA.
Después del escándalo de FIFA y la muerte de Julio Grondona, se abrió un período de lucha por el poder en la AFA.
La sucesión de “Don Julio” se abrió en una AFA que está con veedores judiciales, –por una denuncia de Graciela Ocaña que investiga la jueza Servini de Cubría– por la administración de los fondos recibidos del Programa de Fútbol para Todos.
A la muerte de Grondona, los grondonistas mantuvieron el poder, y designaron a Luis Segura para completar el mandato del fallecido, con la intervención del gobierno.
La gran puja se da con el ingreso de Tinelli en el escenario. Con un perfil de exitoso empresario y dirigente deportivo, antes del fallecimiento de Grondona, Marcelo Tinelli (vicepresidente de San Lorenzo) tuvo un acercamiento con el gobierno y propuso la incorporación de pauta publicitaria privada en el Programa de Fútbol para Todos.
Esto fue rechazado en un recordado episodio con el exjefe de Gabinete Jorge Capitanich, dado que era sumamente necesaria la masiva publicidad a través del fútbol en un año electoral.
Recordemos que Tinelli es socio -en Ideas del Sur- de Cristóbal López, empresario de máxima influencia con el gobierno, que pretende abrir nuevos negocios en el fútbol. Tras este intento fallido de Tinelli y la muerte de “Don Julio”, se abrió un nuevo período en la lucha por el poder en la AFA.
Enseguida, Santiago Carreras, mano derecha de Mariotto, senador de la provincia de Buenos Aires por La Cámpora y compañero de la fórmula de Víctor Santamaría para las elecciones presidenciales en Boca, se convirtió en vocero y ejecutor del gobierno (y de Máximo Kirchner) en la AFA. Así mantuvieron la continuidad con Luis Segura como presidente hasta el mes de octubre de este año, en un escenario que comenzó a dividirse entre grondonistas y opositores. A partir de los avances que hace Tinelli, comienza a ganar adeptos en su afán de ser presidente de la casa madre del fútbol argentino. Con ello, consiguió una interpretación favorable del Estatuto de la AFA que le allanó su candidatura.
Negociaciones y disputas
En este último tiempo se abrieron negociaciones y disputas: el despido de directivos que apoyan a Tinelli (como el presidente del Consejo Federal de Fútbol), la designación del moyanista Claudio Tapia como vicepresidente segundo (en el lugar que dejó vacante Angelici tras el escándalo del “Panadero” y el gas pimienta) y la designación de Tinelli como vicepresidente tercero.
Con la idea de postergar la elección de AFA hasta la asunción del nuevo presidente para negociar cómo prosigue Fútbol para Todos, en el mes octubre se define si prorrogan el mandato de Luis Segura y queda firme la fecha de elección programada para marzo de 2016.
Como resultado de la sociedad Tinelli-Cristóbal López con el aval del gobierno, no se descartan nuevos negocios: el arribo de las apuestas on line (el llamado “Prode bancado”), el cobro de la retransmisión de partidos por Internet, y la conversión de los clubes de actuales asociaciones civiles sin fines de lucro en sociedades anónimas. Esto último lo proyectaron en su momento los hoy candidatos presidenciales Daniel Scioli y Mauricio Macri.
Teniendo en miras que los objetivos de la AFA son fomentar el fútbol (según sus Estatutos) y no el afán de lucro, nos encontramos ante una posibilidad histórica de generar un debate amplio para discutir entre todos qué lugar ocupa el fútbol en la sociedad argentina, sobre todo el fútbol amateur, el fútbol del interior y también el fútbol profesional.
Está claro que en las circunstancias actuales, ninguno puede dirigir la AFA como lo hizo Grondona, dentro de un modelo basado en la trampa y el apriete. Por eso decimos que tenemos la oportunidad de una discusión amplia y democrática.
A la vez, teniendo en cuenta que la mayoría de los dirigentes de los clubes y los protagonistas de este debate son los que hundieron el fútbol, no tenemos expectativas. Sea el que sea quien gane esta pulseada, es más que probable que vuelvan a caer en "cambiar algo para no cambiar nada".
