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07 de octubre de 2015

Nuestro corresponsal en Mar del Plata, conversó con una compañera obrera, quien en primera persona nos cuenta la situación de las mujeres en las empresas del pescado.

Frío y supereexplotación

Relato de una obrera de la industria del pescado

 “Desde los quince años trabajo en el pescado, hoy tengo 36 años y a lo largo he visto muchas injusticias que se pasa una mujer dentro de la industria. El abuso que hay hacia las mujeres es muy grande y pasan los gobiernos y se mantiene igual. 

 “Desde los quince años trabajo en el pescado, hoy tengo 36 años y a lo largo he visto muchas injusticias que se pasa una mujer dentro de la industria. El abuso que hay hacia las mujeres es muy grande y pasan los gobiernos y se mantiene igual. 
“Yo siempre trabajé en negro, en “cooperativa”. Luego de muchos años de remarla hoy estoy en blanco, tengo todo los “beneficios” (entre comillas porque estoy trabajando en blanco) pero no por el Convenio 75 que es el más viejo que hay. Trabajo en Pyme que a diferencia del Convenio 75 (trabajan 8 horas) para las horas extra, establece que tenés que trabajar 9 horas más la de refrigerio.
“Si te retirás por el motivo que sea te sacan el presentismo, o bono como le dicen algunos. 
“La mujeres que trabajamos en estos lugares tenemos muchos problemas de salud. La cintura, los brazos, las piernas con várices, la pérdida de vista por el brillo del pescado, de audición por los ruidos, el dolor en las manos por el frío y por la fuerza que tenés que hacer.
“En mi caso, cuando peinaba a mis nenas que las trenzaba se me trababan los dedos, se me duermen las manos, se me han caído cosas de las manos. Hoy soy nuevamente mamá y lo peor es que no puedo tenerla por mucho tiempo a upa porque no tengo fuerza, se me traba la muñeca y por miedo a que se me caiga no la alzo mucho.
“Como dije al principio: vi muchas injusticias.  Es inherente al poder que tienen los encargados y su abuso de que si te dan un premio para algo vos estás en deuda y se sienten con el derecho a que le tenés que pagar de alguna manera o insinuaciones. La vida de una mujer que trabaja en el pescado es muy difícil. Están las mujeres que trabajan en negro no tienen beneficios de nada,  o la que tiene que hacer changa, escuchar el horario y a ir adormir en la puerta de la fábrica para conseguir el lugar,  porque cuando llaman que necesitan changa piden dos o tres y siempre hay como 15 esperando para que queden dos o tres nada más.
“Ahora Scioli y Pulti nos prometen la guardería, lo mismo hicieron en el 2011 y 2013. El único camino para lograr ésta y otras reivindicaciones que venimos planteando,  como la mejora salarial y la jubilación anticipada es plantarse, unirse y no confiar en los que hace años nos vienen poniendo la pata en la cabeza.
“Espero que seamos muchas obreras del pescado en el Encuentro Nacional de Mujeres para cargarnos de pilas y energía para dar la pelea que tenemos por delante.”