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07 de octubre de 2015

El 5 de octubre de 1976 era secuestrado en Córdoba capital Raúl Mateo Molina, en ese entonces de 25 años, dirigente universitario del PCR de Córdoba.

A 39 años del asesinato de Raúl Molina

Dirigente universitario del PCR de Córdoba

Raúl presidió el Centro de Estudiantes de Arquitectura en dos períodos consecutivos (1973-75) y, siendo secretario gremial de la FUC (Federación Universitaria de Córdoba), denunció los planes golpistas a fines de 1975. 

Raúl presidió el Centro de Estudiantes de Arquitectura en dos períodos consecutivos (1973-75) y, siendo secretario gremial de la FUC (Federación Universitaria de Córdoba), denunció los planes golpistas a fines de 1975. 
Era un impulsor y referente del Taller Total, experiencia única en la comunidad universitaria, que se prolongó durante cinco años y marcó un verdadero camino para la enseñanza superior, de entrelazar los aprendizajes del aula con la práctica concreta en los sectores más necesitados del pueblo. 
Como se supo años después, Raúl fue llevado al centro clandestino de detención La Perla, donde fue asesinado a golpes. “El principal responsable del asesinato de mi hijo fue Menéndez y el autor material fue ‘Palito’ Romero…”, había denunciado la madre de Raúl, Sara “Coca” Luján, en el homenaje que se le hiciera en la Facultad de Arquitectura de Córdoba, en el 2009. Sara Luján fue amenazada y detenida por la dictadura genocida. 
En su testimonio en la Megacausa La Perla, la madre de Raúl, expresó “queremos justicia. Pero justicia completa, porque a nuestros hijos no les dieron ninguna oportunidad de un juicio justo con derecho a la defensa. Si hubiera sido así, mi hijo estaría vivo. Nosotros, que luchamos mucho para conseguir que esto no vuelva a suceder y se haga justicia, desearíamos que quien tenga que cumplir esta condena lo haga en la cárcel común, como todo el que ha cometido un delito. Es lo que yo más deseo y pido a Dios que me dé vida para poder ver terminado este juicio. No se olviden que tengo 87 años”.
En estos tiempos de tanto manoseo de la causa de los derechos humanos, y cuando se pretende imponer un “punto final biológico” de hecho, reafirmamos nuestro compromiso de seguir adelante con las banderas de lucha por las que Raúl Molina dio su vida, exigiendo el juicio y castigo a los culpables de su secuestro, y de los 30.000 detenidos desaparecidos.