En su alocución en el “Acto de presentación del proyecto Bosques nativos y comunidad”, del viernes 30 de octubre, aunque el título no lo contemplara, la presidenta de la Nación volvió de lleno a la campaña electoral, repartiendo críticas a sus oponentes en el balotaje y advertencias a “su” candidato, sin dignarse siquiera a nombrarlos.
En su alocución en el “Acto de presentación del proyecto Bosques nativos y comunidad”, del viernes 30 de octubre, aunque el título no lo contemplara, la presidenta de la Nación volvió de lleno a la campaña electoral, repartiendo críticas a sus oponentes en el balotaje y advertencias a “su” candidato, sin dignarse siquiera a nombrarlos.
Así dijo sobre Gabriela Michetti: “Hoy leía declaraciones del segundo miembro de la fórmula diciendo que se había arrepentido de no haber votado el matrimonio igualitario y yo digo y si llegara a ser vicepresidenta, ¿también después se seguiría arrepintiendo de hacer cosas y nos diría a los argentinos me arrepiento de tal cosa?”
Aunque enseguida quedó claro que hacía esa referencia para afirmar que ella no se arrepentía de haber vetado el 82% para los jubilados, cuando en la mañana “su” candidato había dicho lo contrario: “Una de las leyes que veté en el año 2010 cuando el Grupo A manejaba (¡?), fue el famoso 82 por ciento móvil. ¿Y saben qué? Después de vetar el 82 por ciento móvil me votó el 55 por ciento de los argentinos. ¿Saben por qué? Porque los argentinos no comen vidrio, porque saben que yo no les miento, porque saben que les digo la verdad, que podrá ser algunas veces, no sé si brutal, no sé si soberbia, no sé si tal vez demasiada pagada de mí misma, pero lo que nunca le voy a hacer a ningún argentino es hacer algo que le haga daño a cualquier compatriota. Eso quiero que lo tengan claro”.
Sin medir el daño hecho a millones de compatriotas, apelando a su situación de dolida viuda, terminó advirtiendo que todo lo había hecho por una Argentina “mejor de la que ningún dirigente después nos diga que se arrepintió de algo que no hizo”.
