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04 de noviembre de 2015

Conversamos con la coordinadora de Pueblos Originarios en Lucha para conocer la participación de las mujeres originarias en el 30 Encuentro Nacional de Mujeres.

Originarias en el Encuentro

Entrevista a Margarita Peñailillo

—¿Cómo llegan las mujeres originarias a este Encuentro?
—Llegamos llevando el peso de los sufrimientos y dolores que nos hace pasar la política del gobierno de Cristina y los gobernadores, ver nuestros hijos en pata, y muchas veces desnutridos, nuestros ancianos, que son lo más valioso, sufriendo. Luchando contra violaciones y la violencia de género.

—¿Cómo llegan las mujeres originarias a este Encuentro?
—Llegamos llevando el peso de los sufrimientos y dolores que nos hace pasar la política del gobierno de Cristina y los gobernadores, ver nuestros hijos en pata, y muchas veces desnutridos, nuestros ancianos, que son lo más valioso, sufriendo. Luchando contra violaciones y la violencia de género.
A la vez, llegamos siendo protagonistas de las grandes luchas de nuestras naciones y pueblos, abriéndonos paso en la conducción de ellas y de nuestras comunidades; luchas contra los desalojos, por nuestras tierras y territorios por el agua, contra la minería contaminante, contra el hambre, por vivienda, por las necesidades para producir.
Llegamos habiendo sido parte de la primera marcha en Buenos Aires de la mujer originaria, que estaba alumbrando como emergente la gran movilización nacional por Ni Una Menos del 3 de junio, movilización que por su magnitud y su desarrollo hasta en los pueblos más pequeños, nos tuvo como una de las protagonistas a las hermanas originarias. Dimos un enorme impulso a nuestra participación en el Encuentro nacional de Mujeres, donde el taller tuvo alrededor de 1.500 mujeres.
 
—¿Cómo fue el taller de mujeres y pueblos originarios? ¿Cuáles fueron los principales debates?
—Fue muy grande, con participación también de muchas mujeres no originarias. El primer día las sciolistas kirchneristas habían logrado “cautivar” a través de la sensibilidad, hablando de espiritualidad y cosmovisión, como eje para tapar la realidad existente y por supuesto no hablar de la política de Cristina, de los conflictos en todo el país, de las dos decenas de muertos asesinados en represión. Un eje para sensibilizar con nuestra sabiduría y a la vez poner a la defensiva, hacer sentir culpable al pueblo no originario por lo que ha pasado en estos más de 500 años y sobre todo los últimos 120 años. Impulsan la línea de “originarios solos y vengan detrás, que ustedes son culpables”, clásica línea impulsada por los agentes originarios de los imperialismos, para dividir y no unirse con el pueblo argentino contra los enemigos comunes. Por eso no hablan de Cristina y la tierra .
Al comienzo del segundo día dimos vuelta el viento. Desnudamos a fondo esta orientación, destapamos que algunas de ellas se habían sacado la foto con Scioli y Evo en la campaña kirchnerista, lo que sorprendió a la mayoría del taller. Pusimos los muertos en el medio del taller, las luchas, el protagonismo de la mujer originaria, la tierra y el territorio, la política K en todos sus aspectos contra nosotros y cómo esas mujeres oficialistas usan la sensibilidad “huinca” para meter la división, distraer, dividir, hacer culpables al pueblo argentino. Desnudamos a fondo en cada relato de lucha, la realidad existente y las aislamos, dejando en una pequeña minoría a las originarias colaboracionistas del gobierno, y sembrando la división entre ellas: las sciolistas con las de La Cámpora y otros sectores afines al gobierno. Aprovechamos las contradicciones existentes sobre la base del enorme protagonismo de la mayoría de las mujeres que participaban del taller de originarias y no originarias, que se dieron cuenta como les habían enroscado la víbora el sábado y cuál era el camino de unidad contra los imperialismos, los terratenientes y la burguesía intermediaria. Se reivindicó la marcha de las mujeres originarias y el 3 de junio, también como sufrimos la triple opresión y los avances en el terreno de la lucha de género.
 
—¿Qué significan estos 30 Encuentros para la lucha por la tierra?
—Son otro paso adelante, porque logramos poner el gran problema como eje político del taller y demostrar que no hay cosmovisión, espiritualidad, lengua por fuera de nuestra madre tierra y que cada pedazo que defendemos o conquistamos es una parte de nuestro territorio que recuperamos para vivir, producir y solo allí logramos la armonía con la naturaleza y avanzamos en recuperar nuestra sabiduría ancestral. En cada encuentro que hemos participado el taller ha sido más grande y un lugar de debate político muy profundo, que nos hace aprender a todas, a desnudar las líneas truchas, y eso nos ayuda mucho en las luchas por la tierra en cada conflicto que tenemos en el país.
 
—¿Qué se traen de este Encuentro?
—Alegría por la inmensa participación, por las discusiones, por lo que aprendimos y por lo que aportamos a ese gran colectivo, porque seguimos creciendo, por la fuerza que nos da para seguir sobrellevando las angustias, los sufrimientos y el dolor. Y el fortalecimiento para seguir esa unidad que necesitamos las naciones y pueblos originarios con el pueblo argentino.